Fundación Amén Comunicaciones2024-04-062024-04-062023-01-07http://72.167.44.240:4000/handle/123456789/365https://drive.google.com/file/d/1eQ5eeVXKPcNidJlXXKutxcp_VbFpVmBL/view?usp=drive_linkTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES A pocos días de finalizar el tiempo litúrgico de la navidad, con la fiesta mañana de la Epifanía del Señor, y el lunes próximo del Bautismo del Señor, el evangelista Juan y la iglesia, nos ubica este texto precioso y conocido de las bodas en Caná de Galilea. Sabemos la expresión inmensa, de la Madre de Jesús, la Santísima Virgen María, cuando solicita su Hijo con preocupación: “Es una fiesta de matrimonio, es una boda y se ha acabado el vino”. ¿Cómo entender una boda, cómo entender la fiesta de la vida sin vino? Jesús sin embargo señala: “Que no ha llegado todavía a su hora”. Sin embargo, María es madre, y a una madre no se le niega nada, de alguna forma a María por su intercesión, ha adelantado la hora de Jesús, la hora de iniciar su vida pública, su vida de signos, milagros que respaldan su mesianismo. Más allá de todo el tema de logística, de llenar las seis tinajas de piedra con agua, y luego ver cómo se convierten en vino, hay una expresión poderosa que a nosotros nos pone a pensar, cuando afirmará el mayordomo, jefe de meseros de la fiesta: “Todo el mundo pone primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos o un poco alcoholizados, colocan el vino peor, pero en esta fiesta se ha colocado el vino mejor solo hasta el final”. Ese vino nuevo, en este hermoso relato alegórico, es el vino del Evangelio, es el vino del amor. La vida es insípida, la vida no tiene gusto ni sabor, cuando no le acompaña en la fiesta de la vida el vino nuevo del amor, el vino nuevo de Jesucristo, que nos enseña a entender la vida como servicio, justicia, paz en las relaciones interpersonales. Probablemente podemos llenar nuestra vida de cosas materiales, probablemente podemos llenar la pared de nuestra habitación de títulos académicos, probablemente podremos tener un álbum digital de fotos de numerosos viajes por el mundo entero, pero siempre, si no está el vino del Evangelio, el vino del amor en la fiesta de nuestra vida, esa celebración no tendrá sabor, le faltará algo, la fiesta de la vida quedará a mitad de camino, quedará sin realizarse. Esto es bello, y a veces nosotros nos quedamos en la literalidad del texto sin trascender lo que él nos quiere significar y enseñar. Hoy en nuestro mundo hay silenciosos desencantos, teniendo humanamente muchas posibilidades, porque hemos apostado la felicidad de la vida solamente a cosas materiales, a proyectos mundanos, pero no hemos construido nuestra vida y nuestra plenitud sobre el vino nuevo del Evangelio, que renueva las relaciones de matrimonio, rompe de alguna manera esa rutina, esa funcionalidad, esa vida monótona y mecánica en que vivimos como pareja. Solo el vino del Evangelio es capaz de hacer nuevas las relaciones conyugales en el matrimonio, las relaciones de sangre en la familia, las relaciones sociales con los demás. Señor, “qué me embriague del vino de tu amor”, como dirá el libro del cantar de los cantares, y permite que este nuevo año que apenas estamos iniciando, me llene de la alegría, del gozo y del sabor, de ese vino del Evangelio, que Tú has venido a entregar a la fiesta de la vida a todos los hombres. Que el Señor te bendiga en este día, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Juan 2, 1-11 Lectura del día de hoy De la primera carta del apóstol san Juan 5, 14-21 Queridos hijos: La confianza que tenemos en Dios consiste en que, si le pedimos algo conforme a su voluntad, él nos escucha. Si estamos seguros de que escucha nuestras peticiones, también lo estamos de poseer ya lo que le pedimos. Si alguno ve que su hermano comete un pecado de los que no llevan a la muerte, que pida por él y le obtendrá la vida. Esto vale para los que cometen pecados que no llevan a la muerte, porque hay un pecado que sí lleva a la muerte (por ése no digo que se pida). Toda mala acción es pecado, pero hay pecados que no llevan a la muerte. Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Hijo de Dios lo protege, y no lo toca el demonio. Sabemos que somos de Dios, mientras que el mundo entero yace en poder del demonio. También sabemos que el Hijo de Dios ha venido ya y que nos ha dado inteligencia para conocer al Dios verdadero. Nosotros permanecemos fieles al único verdadero, porque permanecemos en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios y la vida eterna. Hijos míos, no adoren a los ídolos. Palabra de Dios, te alabamos Señor. Salmo del día de hoy Salmo 149, 1-2. 3-4. 5 y 6a y 9b El Señor es amigo de su pueblo. Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo. El Señor es amigo de su pueblo. En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes. El Señor es amigo de su pueblo. Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares, que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace. El Señor es amigo de su pueblo. Evangelio del día de hoy Del santo Evangelio Según San Juan 2: 1-11 Tres días más tarde se celebraba una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. También fue invitado Jesús a la boda con sus discípulos. Sucedió que se terminó el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer, ¿por qué te metes en mis asuntos? Aún no ha llegado mi hora». Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga». Había allí seis recipientes de piedra, de los que usan los judíos para sus purificaciones, de unos cien litros de capacidad cada uno. Jesús dijo: «Llenen de agua esos recipientes». Y los llenaron hasta el borde. «Saquen ahora, les dijo, y llévenle al mayordomo», Y ellos se lo llevaron. Después de probar el agua convertida en vino, el mayordomo llamó al novio, pues no sabía de dónde provenía, a pesar de que lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Y le dijo: «Todo el mundo sirve al principio el vino mejor, y cuando ya todos han bebido bastante, les dan el de menos calidad; pero tú has dejado el mejor vino para el final». Esta señal milagrosa fue la primera, y Jesús la hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en Él. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.AguaBodas de CanáIntercesiónFiesta de la vidaJusticiaMadre de JesúsMesianismoTianajasServicioVida de milagrosVida de signosVida públicaVino del amorVino del EvangelioVino nuevoPazBibliaEvangelio¡Vive el vino nuevo del amor!