Fundación Amén Comunicaciones2024-04-062024-04-062023-01-10http://72.167.44.240:4000/handle/123456789/368https://drive.google.com/file/d/1JeKUZlTjnH4M0AGfU4Glkrv0BWyWuSIm/view?usp=drive_linkTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Iniciamos el primer día del llamado tiempo litúrgico ordinario o tiempo litúrgico corriente. Y el Evangelio de san Marcos nos presenta, tres hermosas enseñanzas para nuestra vida, a propósito del misterio de Jesús de Nazaret. La primera enseñanza que descubrimos: es la percepción que tenía el pueblo de Israel acerca de Jesús, cuando lo escuchaban predicar y enseñar en la sinagoga judía el día sábado. Ellos descubrían que, en Jesús, había un Rabino, pero distinto, diferente, de todos los otros rabinos que habían conocido hasta entonces. En Él, había un hablar con autoridad, un hablar con coherencia, un hablar con fuego interior. Cuánto necesitamos los anunciadores y predicadores del siglo XXI este hablar con autoridad: los papás a sus hijos, los maestros a sus estudiantes, los sacerdotes y evangelizadores a los feligreses. A veces, nuestro discurso religioso, puede caer en un sortilegio de palabras que se constituye, perdón la expresión, (en una verborrea espiritual), sin tener eco ni resonancia en la vida de los hombres. No somos capaces de iluminar, cuestionar, confrontar, animar, consolar, la vida de los seres humanos, porque no hablamos con la autoridad evangélica con la que la hizo Jesús, y con la que estamos nosotros llamados también a predicar. Autoridad que surge fundamentalmente de la coherencia de vida del predicador, y de sentirse ungido, lleno del Espíritu de Dios. Pero hay una segunda enseñanza: frente a un espíritu del inmundo que poseía un hombre, Jesús con autoridad, le increpa, le calla y le dice: “Sal de este hombre”, y el espíritu inmundo obedece. La gente se quede impresionada, y descubre que esta liberación se ha dado, por la autoridad en el hablar de Jesús de Nazaret. Hoy, aplicando nosotros esta enseñanza nos preguntamos, ¿por qué no hay más sanaciones?, ¿por qué no hay más liberaciones del mal en la vida de tantos hombres esclavos por su pecado? Y del fondo podríamos decir: porque a nosotros los liberadores, predicadores, nos falta esa autoridad, esa fe profunda, esa convicción, de que en nombre del Señor podemos sanar muchísimas personas, de los males, de las ataduras y esclavitud espirituales que les aquejan. En una tercera y última enseñanza: la gente sorprendida, estupefacta, dicen: “este enseñar con autoridad es nuevo, ¡qué es esto!, ¿quién es este hombre?” Ojalá nosotros, nos preguntemos también en nuestra vida, ¿quién es Jesús? Y lo digo muy a propósito, frente a aquellas personas que dicen: fue un gran maestro, como Buda, como Mahatma Gandhi, como Confucio, no. Es mucho más que un gran maestro, es mucho más que un gran sabio, no le quitemos su dimensión trascendente al Hijo de Dios. A diferencia de cualquier ser humano, por importante que haya sido en esta tierra, solo Jesucristo ha vencido la muerte, solo Jesucristo nos ha prometido una resurrección y una vida eterna que no conocerá de final, solo Jesucristo es capaz de perdonar el pecado total de nuestra vida. Y en el puro comienzo del año o del tiempo litúrgico ordinario o corriente, aprendamos a reconocer a aquél que habla con autoridad, sana con autoridad y es capaz de renovar mi vida. Que el Señor te bendiga en este día, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Marcos 1, 21-28 Lectura del día de hoy Lectura de la carta a los Hebreos (2,5-12): Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero, del que estamos hablando; de ello dan fe estas palabras: «¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que mires por él? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, todo lo sometiste bajo sus pies.» En efecto, puesto a someterle todo, nada dejó fuera de su dominio. Pero ahora no vemos todavía que todo le esté sometido. Al que Dios habla hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos. Dios, para quien y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación. El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos, cuando dice: «Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.» Palabra de Dios, te alabamos Señor. Salmo del día de hoy Salmo 8,2a.5.6-7.8-9 Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos ¡Señor, dueño nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra! ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? R/. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos. R/. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos Todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar. R/. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos Evangelio del día de hoy Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28: En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaúm, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.» Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él.» El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.» Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.Hablar con autoridadHablar con coherenciaHablar con fuego interiorHijo de DiosJesús de NazarethLiberaciónPredicar en la sinagogaPueblo de IsraelBibliaEvangelio¡Habla y actúa con autoridad!