Fundación Amén Comunicaciones2024-08-152024-08-152024-08-12http://72.167.44.240:4000/handle/123456789/650https://drive.google.com/file/d/1x1IUzD_mofZduZCLp4LcDtaum4qs3sfW/view?usp=drive_linkTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES El evangelio de san Mateo nos recuerda, que todo israelita debía de pagar cada año un tributo para el sostenimiento del templo, según nos recuerda el libro del antiguo testamento de Nehemías. Sin embargo, Jesús, como Hijo de Dios, sin estar obligado a pagar un tributo que se recoge como obsequio a su Padre, se somete como buen israelita para no escandalizar a sus o a los recaudadores. Pero más allá de esta segunda parte del evangelio, detengámonos en la primera parte del mismo, cuando Jesús hace por segunda vez anuncio de su propia Pasión, Muerte y Resurrección; lo había hecho en un primer momento ante el apóstol Pedro, y éste escandalizado, lo recrimina y le dice que Él no puede sufrir. Ahora, por segunda vez lo hace, y simplemente el evangelista Mateo nos dice, que los discípulos se sintieron tristes, no alcanzaban a entender la dimensión de la cruz en Jesús, y hace 2000 años, como ahora, a nosotros también nos resulta escandalizante y escandalizadora, la realidad del dolor y del sufrimiento humano. Hoy, sin embargo, quiero compartirte tres sencillas reflexiones para tu vida, si te visita el dolor por la enfermedad, por el desempleo, por un divorcio, por la pobreza, por las relaciones difíciles con alguien en tu casa: adicto a las drogas, al licor, porque has descubierto recientemente un adulterio, por tantas realidades humanas, que nos muestran lo frágiles que somos. Aprende estas tres lecciones a partir de que seguimos a un Mesías crucificado y no solamente glorioso, aplaudido y triunfante, detrás del dolor hay secretas y misteriosas bendiciones para nuestra vida. La primera, nadie ha viajado al mundo del dolor y no ha regresado de él transformado. El dolor con toda su carga, con todo su peso que humanamente nos agobia, nos hace más humildes, más compasivos, más solidarios, más generosos, crecemos y maduramos humanamente. Esto no lo dudes, poco aprendemos de los éxitos en la vida que se disfrutan, pero enseñan poco, aprendemos más como lo repito con frecuencia, de los reveses, los fracasos que, aunque duelan, son los grandes maestros de sabiduría. Hoy no digas ¿por qué pasa esto en mi vida?, sino para qué pasa, qué tengo que aprender y, sobre todo, qué debo de hacer en esta situación que estoy afrontando en mi vida, qué tengo que hacer con esta realidad. Pero hay una segunda sabiduría sobre el misterio del sufrimiento, y es reconocer que allí misteriosamente, está también el amor de Dios. Es fácil decir que Dios me ama cuando la vida me sonríe, el amor llena mi corazón, reboso de salud, gozo de un buen empleo, todos están bien en mi familia, tengo éxito profesional, reconocimiento social y demás, es fácil decir Dios me ama y le agradezco. Pero qué difícil es experimentar el amor de Dios, en momentos de cruz, y no lo dudes, en la cruz somos amados por Dios; si esto no fuera verdad, Jesús, el Hijo amado, hubiera sido abandonado del Padre Dios en el momento del Gólgota, en ese viernes aciago en la Cruz, y aunque en lo humano Jesús pudo sentir el abandono de Dios: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, al final se abandona en Dios y su última palabra sobre la faz de la tierra antes de su resurrección será: “Padre, en tus manos encomiendo mi vida, la misión que me has encomendado, encomiendo mi Espíritu, encomiendo todo mi ser”. Es un grito de confianza, es un grito de victoria y de triunfo, se sintió amado por Dios más allá del abandono, la traición y la ingratitud de los que eran sus amigos. Finalmente, en un tercer momento, a propósito de esta reflexión sobre los llamados anuncios de la Pasión y Muerte y Resurrección de Cristo, descubramos cómo Jesús en momentos de dificultad y de prueba suprema, en situaciones límites en la existencia, aprendamos de Jesús la total confianza, el abandono activo de esa enfermedad, de esa situación económica, jurídica, personal, afectiva, psicológica, abandonarnos totalmente en las manos providente del Señor, sabiendo que Él que nos ama tanto, nos da lo mejor para nuestra vida, así, desde el punto de vista racional y lógico, no lo entendamos. Créelo, el abandono en Dios, que no de Dios que es muy distinto, el abandono en Dios, en sus manos providentes, es la mejor actitud cuando sientes que has agotado todos los caminos humanos, cuando experimentas que tus fuerzas son insuficientes para salvar o solucionar una situación, entrégate al Señor y dile, Tú lo sabes todo, tú sabes qué necesito, y aunque no entienda cuál es la decisión sobre el futuro inmediato de mi vida, sé por fe y por la confianza en el amor que me tienes, que lo que me vas a dar o me estás dando, es lo mejor, lo mejor de lo mejor para mi vida. El día en que el ser humano deje de escandalizarse por el dolor, ese día habrá conocido que es ser cristiano, que es ser creyente de verdad, porque como dice san Pablo: “Para un creyente nada es bueno, nada es malo, todo es perfecto en Dios y todo sirve para el bien de aquellos que aman a Dios”. Que el Señor te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO San Mateo 17, 22-27 Lectura del día de hoy Ez 1, 2-5.24-28c: Era la apariencia visible de la gloria del Señor. El año quinto de la deportación del rey Joaquín, el día cinco del mes cuarto, vino la palabra del Señor a Ezequiel, hijo de Buzí, sacerdote, en tierra de los caldeos, a orillas del río Quebar. Entonces se apoyó sobre mí la mano del Señor, y vi que venía del norte un viento huracanado, una gran nube y un zigzagueo de relámpagos. Nube nimbada de resplandor, y entre el relampagueo como el brillo del electro. En medio de éstos aparecía la figura de cuatro seres vivientes; tenían forma humana. Y oí el rumor de sus alas, como estruendo de aguas caudalosas, como la voz del Todopoderoso, cuando caminaban; griterío de multitudes como estruendo de tropas; cuando se detenían, abatían las alas. También se oyó un estruendo sobre la plataforma que estaba encima de sus cabezas; cuando se detenían, abatían las alas. Y por encima de la plataforma, que estaba sobre sus cabezas, había una especie de zafiro en forma de trono; sobre esta especie de trono sobresalía una figura que parecía un hombre. Y vi un brillo como de electro (algo así como fuego lo enmarcaba) de lo que parecía su cintura para arriba, y de lo que parecía su cintura para abajo vi algo así como fuego. Estaba nimbado de resplandor. El resplandor que lo nimbaba era como el arco que aparece en las nubes cuando llueve. Era la apariencia visible de la Gloria del Señor. Al contemplarla, caí rostro en tierra. Salmo del día de hoy Salmo 148, 1-2.11-12ab.12c-14a.14bcd: Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto; alabadlo, todos sus ángeles, alabadlo, todos sus ejércitos. Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo; los jóvenes y también las doncellas, los viejos junto con los niños. Alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su Majestad sobre el cielo y la tierra. El acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo escogido. Evangelio del día de hoy Mt 17, 22-27: En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos la Galilea, les dijo Jesús: -Al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día. Ellos se pusieron muy tristes. Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: -¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? Contestó: -Sí. Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: -¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños? Contestó: -A los extraños. Jesús le dijo: -Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.Amor de DiosMisterio del sufrimientoMano providente de DiosMundo del dolorTotal confianza en DiosVidaBibliaEvangelio¡Aún en el dolor, Dios te ama!Amor de Dios en el dolor