Fundación Amén Comunicaciones2024-04-152024-04-152024-04-12http://72.167.44.240:4000/handle/123456789/434https://drive.google.com/file/d/19yomx3ZY0rQOQHtyRUijqLh7unVyC396/view?usp=drive_linkTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Para nadie es un secreto que la Iglesia nació, creció y ha pervivido a lo largo de los siglos, a través de persecuciones y de incomprensiones. Así lo detalla el libro de los Hechos de los Apóstoles en el capítulo 5, cuando precisamente uno de los más ilustres fariseos de la época de Jesucristo, Gamaliel, interviene a su favor ante el Sanedrín judío, (el órgano político religioso más importante de la ciudad de Jerusalén). Menciona concretamente el caso de dos hombres, Theudas y Judas el galileo, ambos aparentemente líderes políticos y religiosos de la época, pero una vez fueron muertos, sus seguidores se dispersaron y todo terminó. Gamaliel de alguna manera quiere llamar la atención, que, si la obra de Jesús que ya ha muerto en la cruz es simplemente humana, sus seguidores se dispersarán como ocurrió con Theudas y con Judas el galileo; pero en sentido contrario, si el proyecto de Jesús es una misión divina, se expondría al Sanedrín judío como máximo organismo político religioso en la ciudad de Jerusalén, a luchar contra el mismo Dios y contra el proyecto del Señor, en la persona de los seguidores de Jesús. Entendieron esta situación, hicieron caso nos dice el libro de Hechos de los Apóstoles, y después de azotar a estos apóstoles y de prohibirles hablar en nombre de Jesús, los dejan libres. Llama la atención que esta persecución contra los discípulos de Jesús, lejos de acobardarlos o intimidarlos, según nos relata el capítulo 5 del libro de los Hechos, hizo que los discípulos de Jesús, y concretamente los apóstoles, se sintieran alegres porque Dios les había concedido el honor de sufrir injurias y persecuciones por causa de Jesús. Hoy, cuando buscamos evitar cualquier tipo de sufrimiento en nuestra vida, cuánto tenemos que aprender de los apóstoles en la iglesia primitiva y como lejos de acobardarnos, desanimarnos, amilanarnos, tenemos que sentirnos gozosos, cuando venga esta gracia especial de ciertas incomprensiones humanas, en las que nació la Iglesia, en la que ha permanecido a lo largo de dos mil años. De hecho, es bien importante detallar, que la Iglesia ha crecido sobre todo cualitativamente, (el número de comprometidos y de santos), es precisamente en los tiempos de mayores persecuciones. Por eso hablemos a Dios con el salmo diciendo: “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida, espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor”. Pero dejemos la primera lectura y el salmo responsorial que nos propone hoy la liturgia y compartamos una breve reflexión, a propósito del evangelio de hoy, donde encontramos la multiplicación del pan y del pescado, a una multitud de más de cinco mil hombres, milagro que impactó profundamente a la comunidad primitiva, a la Iglesia naciente. Llama la atención de este milagro del que vamos a hablar en los próximos días, que la gente quizás un poco interesada, con una fe conveniente o por lo menos utilitarista, se deslumbran con la acción de Jesucristo, que ha calmado su hambre y ha multiplicado la comida de tal manera, que han recogido varios canastos, (12 en total, con las sobras del pan y del pescado), que comieron todos con apenas cinco panes de cebada. La gente, en medio del asombro y también de la emoción dicen: “Este Jesús, sí que es el profeta que debía de venir al mundo”. Pero quizás lo que más llama la atención del evangelio de hoy, de Juan, capítulo 6, es el señalamiento final que hace en el evangelio, de que Jesús, dándose cuenta de que iban a llevárselo a la fuerza para hacerlo rey, se retira, se escabulle otra vez Él solo, a la parte alta de la montaña para orar. Cuando hoy, queremos a veces cierta visibilizarían, cierto protagonismo no solamente en el mundo político, social, económico, de la farándula, del deporte, del arte; sino también en el mundo religioso, Jesús nos deja una grande enseñanza, lejos de dejarse de alguna manera exaltar por los suyos con ocasión del milagro de la multiplicación de los panes y los peces, Él se retira solo a la montaña a orar y agradecer al Padre Dios. Que el Señor nos ayude a cada uno de nosotros, a vivir nuestra fe con discreción, sin protagonismos, pero a ser muy activos en el anuncio del mensaje de la vida nueva que Jesús nos comunica. Que el Señor, te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Juan 6, 1-15 Lectura del día de hoy Hch 5,34-42: Salieron contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús. En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a aquellos hombres y dijo: – «Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con estos hombres. No hace mucho salió un tal Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a todos sus secuaces, y todo acabó en nada. Más tarde, cuando el censo, salió judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y dispersaron a todos sus secuaces. En el caso presente, mi consejo es éste: No os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se dispersarán; pero, si es cosa de Dios, no lograréis dispersarlos, y os expondríais a luchar contra Dios.» Le dieron la razón y llamaron a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando el Evangelio de Jesucristo. Salmo del día de hoy Salmo 27/ 26,1.4.13-14: Una cosa pido al Señor: habitar en su casa. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. Evangelio del día de hoy Juan 6, 1-15: Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron. En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: – «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?» Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: – «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.» Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: – «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?» Jesús dijo: – «Decid a la gente que se siente en el suelo.» Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: – «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.» Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: – «Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.» Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.Fe convenienteFe deslumbradaFe interesadaMilagrosMultiplicación de los panesBibliaEvangelio¡La multiplicación milagrosa!Fe - multiplicación de los panes