Fundación Amén Comunicaciones2024-04-022024-04-022023-04-10http://72.167.44.240:4000/handle/123456789/338https://drive.google.com/file/d/1jZNsGV55AV-a_KwKNtRYpZ1MG0AQtrOe/view?usp=drive_linkTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Comenzamos en firme este hermoso caminar en la Pascua, que durará cincuenta días, hasta cerrar con broche de oro con la fiesta de Pentecostés (la plenitud de la vida de Dios o la venida celebrada del Espíritu Santo). Pero de manera especial durante estos ocho días siguientes al gran día de Resurrección, se vuelven como una sola jornada, una sola celebración extendida a lo largo de ocho días y es lo que la liturgia de la Iglesia ha llamado la octava de Pascua. En efecto, durante toda esta semana estaremos hablando de sendos evangelios, donde Jesús Resucitado se aparece a distintas personas, es que es tan importante para la fe de la Iglesia, dejar la absoluta certeza de la Resurrección de Cristo, que por eso nos volvemos casi hasta el cansancio repetitivos, en este enunciar una y otra vez que el Resucitado se aparece, se revela, se manifiesta a distintas personas. Hoy encontramos en el evangelio de san Mateo, unos signos muy especiales, mientras algunas mujeres viven en Pascua, los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, viven en no Pascua; en ellas que buscan hacer el bien hay alegría, se emocionan, corren anuncian a los discípulos que Jesús ha venido a la vida, les dice Jesús: “Alégrense, saliendo a su encuentro, no tengan miedo y vayan a comunicar a mis hermanos en Galilea que allí me verán”. Por el contrario, los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, sobornan a los soldados que custodiaban el sepulcro, continúan con su mentira, con su engaño y en una fuerte suma de dinero para decir que Jesús no ha resucitado, sino que en la noche sus discípulos se han robado, han extraído de la tumba el cadáver porque tienen miedo, no aceptan la Resurrección de Jesús. Encontramos dos posiciones que 2000 años después se repiten, unos hombres y mujeres de buena voluntad, que viven la vida nueva del Resucitado, no tiene miedo, son confiados en Dios, viven con alegría, con gozo en el alma, experimentan una serenidad única, comunican a los demás la vida que Dios les ha dado a su corazón; y por el contrario hoy 2000 años después de este acontecimiento, algunos vivirán como los viejos ancianos de Israel o los sumos sacerdotes en engaños, en sobornos, en triquiñuelas del mundo. Reconozcamos que están las dos actitudes humanas, a la manera de una hermosa parábola de la condición del hombre reflejadas, quienes aceptan a Cristo Resucitado en su corazón y reviven interiormente, y por el contrario quienes no lo aceptan y siguen en su vieja vida de intrigas, de engaños, de pequeñas astucias humanas. ¿Ha resucitado Jesús en tu corazón? te lo pregunto hoy, más allá de una serie de actividades o de ritos religiosos. ¿Sientes la vida nueva de Jesús en ti? ¿Hoy lunes de Pascua tu existencia es una seguidilla de rutinas, de tensiones laborales y económicas, de peso en la convivencia matrimonial y familiar? Acuérdate, esa no es la Pascual del Señor, ese no es el proyecto de Jesús para la vida de ninguno de sus hijos amados, en ti está decir, Señor resucita en mí, hazme un hombre nuevo por la fuerza de la vida nueva que solo das Tú. Que el Señor te bendiga en este lunes de Pascua, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Mateo 28, 8-15 Lectura del día de hoy Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2,14.22-33 El día de Pentecostés, Pedro, poniéndose en pie junto con los Once, levantó su voz y con toda solemnidad declaró: Judíos y vecinos todos de Jerusalén, entérense bien y escuchen atentamente mis palabras, a Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante ustedes con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como ustedes mismos saben, a éste, entregado conforme al plan que Dios tenía establecido y previsto, ustedes lo mataron clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios lo resucitó, librándolo de los dolores de la muerte, por cuanto no era posible que esta lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él: Veía siempre al Señor delante de mí, pues está a mi derecha para que no vacile. Por eso se me alegró el corazón, exultó mi lengua, y hasta mi carne descansará esperanzada. Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos, ni dejarás que tu Santo experimente corrupción. Me has enseñado senderos de vida, me saciarás de gozo con tu rostro. Hermanos, permítanme hablarles con franqueza: el patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios “le había jurado con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo”, previéndolo, habló de la resurrección del Mesías cuando dijo que “no lo abandonará en el lugar de los muertos” y que “su carne no experimentará corrupción”. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Exaltado, pues, por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo ha derramado. Esto es lo que están viendo y oyendo. Palabra de Dios. Te alabamos Señor. Salmo del día de hoy Salmo 16 R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Protégeme, Dios mío, que me refugio en Ti. Yo digo al Señor: Tú eres mi Dios. El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano. R/. Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R/. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me abandonarás en la región de los muertos ni dejarás a tu fiel ver la corrupción. R/. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R/. Evangelio del día de hoy Evangelio según San Mateo 28, 8-15 En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: Alégrense. Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él. Jesús les dijo: No teman: vayan a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán. Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: Digan que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras ustedes dormían. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y los sacaremos de apuros. Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.AmorCorazónEntregaResurrecciónRutinaTensionesVida nuevaBibliaEvangelio¿Ha resucitado Jesús en ti?Signos de la resurrección