Fundación Amén Comunicaciones2024-12-052024-12-052024-12-05http://72.167.44.240:4000/handle/123456789/768https://drive.google.com/file/d/1EREBbT66fibpiTi2-fmxedcW2-jDFCg0/view?usp=drive_linkTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Sin lugar a duda, uno de los sermones más bellos que encontramos a lo largo de los evangelios, es el llamado Sermón del Monte, que se inicia con las bienaventuranzas y que termina precisamente con el evangelio de hoy, una preciosa imagen que Jesús utiliza para hablar de cómo construimos nuestra vida, nuestra familia, nuestro proyecto existencial, sobre roca, terreno firme o, por el contrario, sobre arena. Pero entendamos el contexto de las lecturas de hoy, reconociendo en el profeta Isaías que se nos propone en la primera lectura, como nos invita: “A confiar siempre en el Señor, porque Él y solamente Él, es la Roca eterna”. En la misma línea encontramos el salmo responsorial de la liturgia de este día cuando nos dice: “Es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres, es mejor refugiarse en el Señor que confiar en los magnates”. Hoy te pregunto: ¿la gran confianza de tu vida, el gran basamento o fundamento de tu existencia, lo pones en los hombres o lo pones totalmente en Dios? Tanto esta primera lectura como el salmo responsorial nos preparan para entender mejor este capítulo 7 del evangelio según san Mateo, donde Jesús dirá a sus discípulos: “No son los que repiten Señor, Señor, los que más hablan y lanzan peroratas espirituales, los que entrarán en el Reino de los Cielos; si no, y (pone Jesús la condición esencial) aquellos que escuchan su palabra, pero sobre todo cumplen la voluntad del Padre que está en los cielos”. Es un texto reiterado en diferentes pasajes evangélicos donde Jesús da una claridad meridiana, sin lugar a ninguna duda: “De que solo somos agradables a Dios y entraremos al Reino eterno, si obedecemos, si cumplimos, si vivimos la voluntad del Padre Eterno”. Y nos coloca esta preciosa imagen: “De construir nuestra vida sobre roca o sobre arena, a la manera en que se construye una casa sobre terreno firme y es capaz de soportar las crisis, las tormentas, las dificultades, las pruebas, los sufrimientos de la vida. Pero la casa no se cae, entiéndase la vida personal o familiar, no sucumbe porque está edificada sobre terreno firme, sobre la roca que es Cristo. Por el contrario, (y así acaba el evangelio de hoy): El que escucha las palabras de Dios pero no las guarda, no las obedece, no las vive en su corazón, es un insensato que edifica su casa, entiéndase su vida, su familia, sobre arena que es movediza, que como arena es deleznable. Vienen las crisis, las tormentas, las pruebas en la vida, las lluvias se precipitan, soplan los vientos huracanados y la casa entiéndase la vida personal o familiar, se destruyen con gran ruido, con gran estrépito”. Hoy te pregunto: ¿has construido tu vida sobre los valores del evangelio que Jesús nos propone, esto es la justicia, el amor, la honestidad, la limpieza de corazón, el recto obrar, el respeto, la solidaridad, la misericordia, el perdón al que me ofende?, si has construido tu vida sobre estos valores profundamente cristianos, profundamente evangélicos y siempre eternos y firmes, aunque vengan en tu vida dificultades, esos valores de justicia, honestidad, confianza en Dios, esperanza en el Altísimo, fe profunda, amor, perdón, ayudaran a superar cualquier viento huracanado, cualquier prueba que tengas en la vida. Por el contrario, si has construido tu vida, tu familia, tu trabajo sobre arena que es deleznable, vives de apariencias, vives de vanidades humanas, vives de las trampas de los caminos cortos o atajos en el trabajo, en el estudio, con los amigos; vives en medio de rivalidades, competencias, envidias, manejas egoísmos en tu corazón, te mueves a actuar por resentimiento, por ambición, por orgullo, ten la seguridad que has construido tu vida sobre arena y cuando vengan pruebas, sufrimientos, dificultades, vientos huracanados en tu alma, probablemente sucumbirás. Qué hermosa imagen evangélica la que hoy nos presenta san Mateo y con la que se concluye el Sermón del Monte, pero que hermosa y profunda enseñanza y sabiduría para nuestra vida. Construye tu existencia sobre la única roca que no falta, que no falla, que está siempre con nosotros, Cristo Jesús. Que el Señor te bendiga abundantemente en este día, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Mateo 7, 21.24-27 Lecturas del día de hoy: Primera Lectura: del libro de Isaías 26, 1-6 Aquel día, se cantará este canto en el país de Judá: «Tenemos una ciudad fuerte, ha puesto para salvarla murallas y baluartes: Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad; su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti. Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua: doblegó a los habitantes de la altura y a la ciudad elevada; la humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó al polvo, y la pisan los pies, los pies del humilde, las pisadas de los pobres.» Palabra de Dios, te alabamos Señor. Salmo del día de hoy: Salmo (118) Bendito el que viene en nombre del Señor. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres, mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los jefes. Bendito el que viene en nombre del Señor. Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Ésta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. Bendito el que viene en nombre del Señor. Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios, Él nos ilumina. Bendito el que viene en nombre del Señor. Evangelio del día de hoy: Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 21.24-27 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: – «No todo el que me dice «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.» Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.AmorConstruir sobra la rocaEsperanzaFeHonestidadJusticiaLimpieza de corazónMisericordiaPerdónRecto obrarRespetoSan MateoSolidaridadValores del evangelioBibliaEvangelio¡Construye bien tu vida!Construir la vida sobre roca