Fundación Amén Comunicaciones2024-06-222024-06-222024-06-22http://72.167.44.240:4000/handle/123456789/599https://drive.google.com/file/d/12D4PAtSkBidxykUQzeW-dd1sM8tByb7m/view?usp=drive_linkTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES n el hermoso texto del Sermón de la Montaña, contenido en los capítulos 5, 6 y 7 de san Mateo, hoy la liturgia de la Iglesia, nos invita a descubrir tres enseñanzas inmensas para nuestra vida. La primera, nadie puede servir simultáneamente a dos amos, a dos señores, hablando Jesús a propósito de servir a Dios Padre o servir al Dios de esta tierra, el dinero, y con el las ambiciones, las codicias humanas. Pero en un segundo momento, Jesús nos invita en cuatro ocasiones a no vivir agobiados, preocupados por lo que vamos a comer, por lo que vamos a vestir, por el tiempo que no nos alcanza. Y dirá Jesús: “Miren el ejemplo universal, los pájaros del cielo ni cosechan, ni mucho menos siembran, y sin embargo, no les falta el alimento de cada día. Miren los lirios de los campos, que se visten preciosamente de colores, y ellos que son tan simples, no les falta nada; cuánto más ustedes que son los hijos muy queridos del Padre de los Cielos, no les faltará ni el pan de cada día, ni el alimento necesario, y el vestido para cada ocasión”. Esto nos invita, a una palabra que es fácil de pronunciar, pero no es tan fácil de vivir, la providencia, la confianza en Dios, y hago una precisión, una cosa es la providencia y otra es el providencialismo. La providencia es orar a Dios, pedir con fe a Dios cada día, que no me falte el pan material, el sustento diario, pero también trabajar por el. Un poco como decían las abuelas: “A Dios rogando y con el mazo dando”. Pero hay también una desfiguración de la providencia, que es el providencialismo, y es sentarme y cruzarme de brazos en casa, esperando que las cosas me lluevan del cielo, puede acontecer, pero es la manera excepcional como Dios se manifiesta. Por el contrario, la manera común, corriente u ordinaria como Dios habla a los hombres, es a través de las acciones humanas que emprendemos, para adquirir los bienes necesarios para el sustento diario. Esto es la fe, y esto es muy importante que lo entendamos, porque hay algunas personas que creen que la fe es simplemente un acto mágico, donde yo me siento a esperar que Dios me provea, me prodigue lo necesario para la vida, y Dios normalmente y lo repito, obra a través de las acciones humanas, a través de mis esfuerzos personales, Dios va proveyendo. De hecho, los santos entendieron esto perfectamente y un san Ignacio de Loyola afirmaba: “En la vida haz todo con tal empeño como si el resultado dependiera de ti, pero con tal confianza como si el resultado dependiera sólo de Dios”. Hoy te pregunto, ¿qué te agobia en la vida?: ¿la falta de empleo?, ¿el poco dinero que recibes?, ¿las deudas que te acompañan?; recuerda como decían las abuelas: “Dios no se ha muerto ni está enfermo”, o también repetían ellas: “Arriba de Dios no hay nadie”, en el fondo es una clara invitación a la fe, a la confianza en Dios. Los paganos, los no creyentes, viven pensando que su seguridad la dará el acumular bienes, pero los discípulos de Jesús, los hijos de Dios, los creyentes verdaderos, aprenderán a trabajar y con toda tranquilidad después de su trabajo, dejar con total confianza su futuro, sus proyectos, en las manos providentes y amorosas del buen Dios. Terminará el texto evangélico de hoy de Mateo, capítulo 6, con una clara invitación que hace Jesús a sus discípulos: “En la vida hay una gran sabiduría, una profunda verdad, en buscar sobre todo el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se dará por añadidura”. Nos equivocamos cuando en la evangelización, en los proyectos pastorales, buscamos primero la añadidura y luego el Reino de Dios. Cuando por ejemplo piensas, que lo más importante es tener dinero para evangelizar, terminas a veces sin conseguir el dinero y sin realmente anunciar la vida nueva de Jesús para el mundo. Por eso no cambiemos la lógica que nos propone Jesús a la hora de anunciar el Reino; primero, buscar la santidad de las personas, el recto obrar, la limpieza de corazón, la justicia en las decisiones, buscar el reinar de Dios como la meta suprema de todo evangelizador, y la añadidura, el sustento diario que necesitamos, vendrá, vendrá como consecuencia de ello. Señor, dame la gracia de que, en medio de las pruebas de la vida, sepa poner toda mi confianza, toda mi esperanza sólo en ti, Dios amoroso y providente. Que el Señor te bendiga en abundancia en este día y por tu fe y tu trabajo diario, no te falte con el pan material, y te bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Mateo 6, 24-34 Lectura del día de hoy 2Cro 24,17-25: Zacarías, al que matasteis entre el santuario y el altar. Cuando murió Yehoyadá, los jefes de Judá fueron a postrarse ante el rey y éste siguió sus consejos. Se olvidaron del templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a las estelas y a los ídolos. Este pecado provocó la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén. Les envió profetas para que se convirtiesen, pero no hicieron caso a sus amonestaciones. Entonces el Espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, que se presentó ante el pueblo y le dijo: -Esto dice el Señor: ¿Por qué no cumplís los preceptos del Señor? Vais al fracaso. Habéis abandonado al Señor y él os abandonará a su vez. Pero ellos conspiraron contra él y lo apedrearon en el atrio del templo por orden del rey. El rey Joás, sin tener en cuenta el bien que le había hecho Yehoyadá, mató a su hijo Zacarías, que murió diciendo: -¡Que el Señor te lo tome en cuenta! Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Joás, penetró en Judá, hasta Jerusalén; mataron a todos los jefes del pueblo y enviaron todo el botín al rey de Damasco. El ejército de Siria no era muy numeroso, pero el Señor le entregó un ejército enorme, porque el pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así se vengaron de Joás. Al retirarse los sirios, dejándolo gravemente herido, sus cortesanos conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá. Lo asesinaron en la cama. Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no le dieron sepultura en las tumbas de los reyes. Salmo del día de hoy Salmo (89) 88,4-5.29-30.31-32.33-34: Le mantendré eternamente mi favor. Sellé una alianza con mí elegido, jurando a David mi siervo: Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades. Le mantendré eternamente mi favor y mi alianza con él será estable; le daré una posteridad perpetua y un trono duradero como el cielo. Si sus hijos abandonan mi ley y no siguen mis mandamientos, si profanan mis preceptos y no guardan mis mandatos. Castigaré con la vara sus pecados y a latigazos sus culpas; Pero no les retiraré mi favor ni desmentiré mi fidelidad. Evangelio del día de hoy Mt 6, 24-34: No os agobiéis por el mañana. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mi­rad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embar­go, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vues­tro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, por­que el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.» Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.Acciones humanasAmor de DiosOrar con feObrar de DiosPan materialTrabajar por el sustentoBibliaEvangelio¡Arriba de Dios, no vive nadie!Providencia de Dios