Fundación Amén Comunicaciones2024-03-272024-03-272024-03-21http://72.167.44.240:4000/handle/123456789/317https://drive.google.com/file/d/1RRpeujCeBR2HCSbyWsXFCtw8jxEJT2SC/view?usp=drive_linkTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Avanzamos en esta llamada semana de Dolores o semana de Pasión, y todas las lecturas nos muestran la creciente tensión entre Jesús y su pueblo. Vino como luz a los suyos, sin embargo, los suyos no lo reconocieron. Aprendamos del evangelio de hoy, tres enseñanzas para nuestra vida. La primera, cuando Jesús va a hablar con autoridad, casi como un juramento, utiliza la fórmula: “En verdad, en verdad les digo”. Y así comienza el evangelio de hoy: “En verdad, en verdad les digo, quien guarda mi palabra, entiéndase quien obedece, cuida y vive el mensaje de Jesús, no verá la muerte para siempre”. Meditemos sobre esta expresión: ¡La muerte es el gran tabú en la vida del hombre!, y resulta paradójico, que por más que avance la ciencia, la tecnología, la medicina, con nuevos y fascinantes descubrimientos y progresos, no dejan de aterrarnos: las pandemias, los virus nuevos y asesinos, las bacterias ocultas en el medio ambiente y una serie de situaciones que generan inseguridad al hombre, porque descubre su radical mortalidad, su caducidad, su finitud. No somos inmortales, no somos eternos, y la muerte, gústenos o no, al pobre, pero también al rico, al hombre de a pie, pero también al importante, al viejo, pero también al joven, al ignorante, pero también al ilustrado y estudioso, a todos nos llega el día final. Sólo la fe cristiana, sólo la palabra de Jesús, nos evidencia una promesa que nos llena de esperanza: “Si dejamos entrar a Jesús en nuestro corazón, no moriremos para siempre”. Jesús no habla de la muerte del cuerpo. De hecho, es un organismo y como tal, nace, crece, se reproduce, madura, se envejece, se deteriora y muere. Jesús habla de una vida más profunda que la que miramos en apariencia, la vida biológica, orgánica, externa o material, la que necesita ejercicios, medicamentos, alimentos sanos y saludables. Jesús habla de la vida interior, la vida espiritual, entiéndase la vida divina, la vida de Dios, dentro de cada uno de nosotros. Si por la fe creemos en Jesús, sentimos a Jesús, experimentamos su Espíritu en nosotros, no conoceremos la muerte eterna del alma espiritual, no moriremos para siempre, no hay motivo para el temor, la angustia, la ansiedad, sentimientos y emociones que manejan tanto los hombres y mujeres del siglo 21, que a veces pensamos que lo hemos conseguido todo, para terminar nuestra vida y corroborar, que somos simplemente como la hierba que por la mañana nace y crece, y por la tarde se marchita y muere. Pero una segunda enseñanza nos muestra, que el poder de Jesús no viene de Él, sino del Padre Dios, quien permite que Él sea glorificado, es el Padre Dios que actúa, haciendo que Él sane enfermos de manera prodigiosa, maravillosa, que Él resucite muertos, que libere posesos por el mal, que Él muestre con autoridad un mensaje y una enseñanza que llena de alegría, de júbilo y de luz, la vida de los hombres y mujeres de su tiempo. Aunque algunos no le creen, Jesús habla de que Él no se glorifica a sí mismo, si no es el Padre Dios el que actúa a través de todas las obras grandiosas, que Él realiza entre los suyos. En una tercera enseñanza y final, descubrimos con dolor, que más allá del amor entregado de Jesús, los suyos no le creyeron, y nos dice la parte final del evangelio: “Que algunos tomaron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo donde hablaba a la gente”. No te escandalices cuando eres rechazado, si fue rechazado el Maestro, el Hijo de Dios; tú no puedes esperar una suerte distinta, es más, el sello del verdadero profeta, pasa por la incomprensión, por el cuestionamiento y aun por la persecución. Pero el Señor nos dice que tengamos ánimo, que Él al final ha triunfado, que Él ha vencido el espíritu del mundo. Que el Señor te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Juan 8, 51-59 Lectura del día de hoy Gn 17,3-9: Serás padre de muchedumbre de pueblos. En aquellos días, Abraham cayó de bruces, y Dios le dijo: – «Mira, éste es mi pacto contigo: Serás padre de muchedumbre de pueblos. Ya no te llamarás Abraham, sino que te llamarás Abraham, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré crecer sin medida, sacando pueblos de ti, y reyes nacerán de ti. Mantendré mi pacto contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como pacto perpetuo. Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios.» Dios añadió a Abraham: -«Tú guarda mi pacto, que hago contigo y tus descendientes por generaciones.» Palabra de Dios. Te alabamos Señor Salmo del día de hoy Salmo 105/ 104,4-5.6-7.8-9: El Señor se acuerda de su alianza eternamente. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro. Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca. El Señor se acuerda de su alianza eternamente. ¡Estirpe de Abraham, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. El Señor se acuerda de su alianza eternamente. Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abraham, del juramento hecho a Isaac. El Señor se acuerda de su alianza eternamente. Evangelio del día de hoy Jn 8,51-59: Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día. En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: – «Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre.» Los judíos le dijeron: – «Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abraham murió, los profetas también, ¿y tú dices: «Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre»? ¿Eres tú más que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?» Jesús contestó: -«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: «Es nuestro Dios», aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: no lo conozco» sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abraham, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría.» Los judíos le dijeron: – «No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?» Jesús les dijo: – «Os aseguro que antes que naciera Abraham, existo yo.» Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor JesúsCorazónCustionamientoIncomprensiónMorir para siempreMuertePadre DiosPermanecer en JesúsPersecuciónPoderVida eternaVerdadero profetaBibliaEvangelio¡Quién guarda mi palabra, no vera la muerte para siempre!Vida eterna en Jesús