Fundación Amén Comunicaciones2024-04-152024-04-152024-04-14http://72.167.44.240:4000/handle/123456789/436https://drive.google.com/file/d/1_cyhVvv2CiuEwKNV7q1iPigZ0y0mO73Z/view?usp=drive_linkTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES La primera lectura tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles, nos muestra un Pedro anunciador de la buena noticia de Jesús, una noticia kerigmática, que es el núcleo mismo de la evangelización, donde habla a su pueblo desde el corazón reconociendo, que el pueblo renegó del santo (hablando de Jesús) del justo por excelencia. Y aunque pidieron el indulto de un asesino, hablando de Barrabás, mataron al autor de la vida, pero Dios con poder lo ha resucitado de entre los muertos y nosotros somos testigos de ello. Aquí, está parte de la esencia del núcleo, del kerigma evangélico, aquel que nos muestra que sí hay un Salvador, que sí hay un redentor de nuestras vidas y que quizás como hace 21 siglos, nosotros lo dejamos pasar de largo, nosotros no lo valoramos, no lo reconocimos. Pedro sin embargo excusa a la comunidad judía y a las autoridades de la ciudad y les dice: “Tal vez por ignorancia de ustedes y las autoridades, dejaron morir al justo, pero Dios cumplió de esta manera lo que habían anunciado los profetas años y siglos atrás, que el Mesías de Dios, el enviado Salvador de Dios, tenía que sufrir, tenía que padecer”. Y culmina el apóstol Pedro invitándolos a todos al arrepentimiento y a la conversión, para que se borren las heridas, la enfermedad y el pecado que hay en sus corazones. Pero continuando con el mensaje de hoy en la segunda lectura de la carta de san Juan, en el capítulo 2, nos asegura el apóstol que más allá de nuestro pecado, tenemos uno que abogue, que interceda ante el Padre, y ese que aboga por nosotros es Jesucristo el justo, que se entregó en la cruz, y sólo lo conocemos en verdad, si guardamos sus mandamientos, una línea muy clara de pensamiento en los evangelios, sólo amamos a Dios si obedecemos sus preceptos. Y también afirmará: “Que aquel que diga que conoce a Jesús, pero no obedece sus mandamientos, no guarda sus preceptos, es un mentiroso y la verdad no está en él, y al contrario quien guarda su palabra ciertamente, el amor de Dios ha llegado a su plenitud en esa mujer, en ese hombre”. Pero pasemos al evangelio que hoy nos presenta este tercer domingo de Pascua y encontramos una expresión profundamente resucitadora y pascual, cuando Jesús presentándose a los suyos después del encuentro en Emaús, les dice: “Paz a ustedes”. El Shalom bíblico es un estado de paraíso, un estado del hombre redimido, un estado del hombre por encima de la esclavitud, la ceguera y la enfermedad, lo que el mundo hoy desconoce y niega, pero que es la realidad más dramática y dolorosa, el pecado personal. Sin embargo, frente al saludo y el don del Shalom de la Paz a los discípulos, ellos se alarman, todavía no terminan de creer que Jesús ha resucitado, surgen dudas en su corazón, es más, piensan que es un fantasma, y Jesús presentando su profunda realidad, se hace uno con ellos, muestra su ser y, es más, quiere compartir la vida con ellos compartiendo los alimentos. Al final, después de comer con ellos (esto es de compartir la vida), les dirá: “Que todo lo que ha acontecido a propósito de su pasión dolorosa, su crucifixión injusta, pero también su muerte gloriosa y su resurrección desafiante de toda lógica humana, estaba profetizado en la escritura de siglos atrás, nada nuevo ha acontecido, sino que se va desarrollando el plan de Dios y todo se va cumpliendo según ese propósito divino”. Hoy si te escandalizas de Jesús resucitado porque has tenido en tu vida experiencia de muerte y no de resurrección: en tus abuelos, en tus padres, en tus seres queridos; entiende que la mera racionalidad humana y la mera experiencia humana, son insuficientes para entender la gran bondad, el gran don para la humanidad, la vida nueva que Dios nos ofrece. Necesitas de la fe y sólo por el camino creyente de la fe, que implica humildad y apertura del corazón, comprenderás que hay una vida más alta que la vida del mundo con sus placeres sibaritas, pero al final de todos, efímeros. Ni el aplauso, ni los goces de los sentidos, ni la comida abundante, ni los reconocimientos sociales, ni el poder que otros pobres hombres mortales como tú te dan, nada llena el corazón humano, sino sólo quien nos ha creado, Dios nuestro Padre. Por eso, el camino que Él ha escogido de expiar tu pecado y el mío a través de su Hijo, haciéndolo pecado en la cruz, siendo el inocente por antonomasia, Él ha crucificado el mal en la cruz, lo ha hecho impotente y a ti te ha declarado libre. Cree esta verdad, sana de tus heridas y empieza la vida nueva, que sólo nos viene de la experiencia de sentir en ti, en mí, en la familia, en la comunidad creyente, que Jesús está Resucitado o como dice san Pablo: “Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí”. Que el Señor nos bendiga a todos en este día domingo día del Señor, en el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Lucas 24, 35-48 LECTURA DEL DÍA Primera lectura Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles Hch 3, 13-15. 17-19 En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a Pilato, y a quien rechazaron en su presencia, cuando él ya había decidido ponerlo en libertad. Rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos y de ello nosotros somos testigos. Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por ignorancia, de la misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió así lo que había predicho por boca de los profetas: que su Mesías tenía que padecer. Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que se les perdonen sus pecados". Segunda lectura Lectura de la primera carta del Apóstol San Juan 1 Jn 2, 1-5a Hijitos míos: Les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Porque él se ofreció como víctima de expiación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero. En esto tenemos una prueba de que conocemos a Dios, en que cumplimos sus mandamientos. El que dice: "Yo lo conozco", pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto conocemos que estamos unidos a él. EVANGELIO DEL DÍA Lectura del santo Evangelio según San Lucas 24, 35-48 Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Ellos, desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: "No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo yo". Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: "¿Tienen aquí algo de comer?" Le ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de ellos. Después les dijo: "Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos". Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: "Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto". Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.AmorCegueraEnfermedadPazEsclavitudShalomTranquilidadBibliaEvangelio¡Paz a ustedes!Paz