¡Tibieza vs. Firmeza!

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2024-11-19
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Lucas 19, 1-10 Lecturas del día de hoy Primera Lectura: Ap 3, 1-6.14-22: Yo, Juan, oí al Señor, que me decía: -Al ángel de la iglesia de Sardes escribe así: Esto dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas. Conozco tu conducta; tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir. Pues no he encontrado tus obras perfectas a los ojos de mi Dios. Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi palabra: guárdala y arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Ahí en Sardes tienes unos cuantos que no han manchado su ropa; ésos irán conmigo vestidos de blanco, pues se lo merecen. El que venza se vestirá todo de blanco, y no borraré su nombre del libro de la vida, pues ante mi Padre y ante sus ángeles reconoceré su nombre. El que tiene oídos, que oiga lo que dice el Espíritu a las Iglesias. Al ángel de la Iglesia de Laodicea escribe así: Habla el testigo fidedigno y veraz, el Amén, el principio de la creación: Conozco tu manera de obrar y no eres frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente, pero como estás tibio y no eres frío ni caliente, voy a escupirte de mi boca. Tú dices: Soy rico, tengo reservas y nada me falta. Aunque no lo sepas, eres desventurado y miserable, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro refinado en el fuego, y así serás rico; y un vestido blanco, para ponértelo y que no se vea tu vergonzosa desnudez; y colirio para untártelo en los ojos y ver. A los que yo amo los reprendo y los corrijo. Sé ferviente y conviértete. Estoy a la puerta llamando: si alguien oye y me abre, entraré y comeremos juntos. A los vencedores los sentaré en mi trono, junto a mí; lo mismo que yo, cuando vencí, me senté en el trono de mi Padre, junto a él. El que tiene oídos, que oiga lo que dice el Espíritu a las Iglesias. Palabra del Señor. Te alabamos Señor Salmo del día de hoy: Salmo (15)14, 2-3ab.3cd-4ab.5: Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono junto a mí. El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua. Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono junto a mí. El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino; el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono junto a mí. El que no presta dinero a usura, ni acepta soborno contra el inocente. El que así obra, nunca fallará. Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono junto a mí. Evangelio del día de hoy: Del Santo Evangelio según San Lucas 19, 1-10: En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: -Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa. Él bajó en seguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: -Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador. Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: -Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más. Jesús le contestó: -Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Continuamos con la lectura del libro del Apocalipsis, donde Juan escribe a las distintas iglesias de Asia, en concreto, siete. Ayer mirábamos cómo escribía el ángel a la iglesia de Éfeso, hoy encontramos cómo escribe a las iglesias de Sardes y la Odisea. En el caso de Sardes dirá: “Conozco tus obras, tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto”. Hoy hagámonos una reflexión a propósito de esto, ¿nos sentimos vivos sólo por nuestra vida biológica? o ¿sentimos que estamos vivos por la vida de Dios que todos llevamos dentro? Por eso el ángel escribe a la Iglesia de Sardes y advierte: “Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir, pues no he encontrado tus obras llenas a los ojos de mi Dios. Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi palabra, guárdala y arrepiéntete de tus malas obras”. Este escrito de hace 2000 años, hoy tiene vigencia para nuestra vida y nos invita a no sentirnos cadáveres vivientes, porque si estamos sólo con vida biológica, no dejamos de ser eso, muertos en vida. Sólo la vida divina, la vida de Dios dentro de nosotros, es la que nos permite experimentar la plenitud del ser. Pero es tal vez más interesante el escrito dirigido al ángel o del ángel a la iglesia de la Odisea cuando afirma: “Habla el Amén, el testigo que es fiel y que es veraz”, y afirmará de manera categórica y perturbadora: “Conozco tus obras, conozco tu vida y no eres frío, ni caliente; ojalá fueras frío o caliente, pero como estás tibio y no eres ni frío, ni caliente, voy a vomitarte de mi boca”. Quizás este texto de Apocalipsis 3, refleja como nadie la condición humana actual del hombre del siglo XXI; hay tanta tibieza espiritual en nuestro ser, hay tanta incapacidad de vibrar, de apasionarnos, de sentir la vida de Dios en nosotros. Hay tibieza te pregunto ¿en tu amor de pareja?, ¿hay tibieza en tu trabajo diario?, ¿hay tibieza en tus relaciones de familia?, ¿hay tibieza en tu proyecto de vida? Recuerda lo que hoy te dice precisamente al ángel de la iglesia de la Odisea que escribe: “Porque no eres ni frío, ni caliente, sino tibio, por eso mi boca te vomita”. Terminará el texto de la primera lectura de hoy, recordándonos la invitación a ser fervorosos y a arrepentirnos de nuestra vida mediocre y superficial, y en labios del ángel dirá hablando del Dios mismo: “Mira que estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos, comeremos juntos”, concluirá diciendo: “Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias”. Hoy siente que el Señor toca la puerta de tu corazón y quiere entrar a compartir la vida, a cenar contigo, a conocer de tu ser, a abrir su corazón, a compartir la amistad. Nada más lejano a la tibieza de corazón que denuncia precisamente el ángel a la iglesia de la Odisea en la primera lectura, que la actitud radical de Zaqueo en el evangelio de hoy y (que había salido en un evangelio relativamente reciente). Zaqueo con radicalidad, acoge a Jesús en su casa. De hecho, Él le dice: “Zaqueo, baja enseguida porque hoy debo de alojarme en tu casa”. Zaqueo lo recibe contento y en un acto profundo de conversión, sabiendo que muchos lo juzgaban de ladrón y deshonesto por ser publicano y cobrador de impuestos, dirá a Jesús: “Doy la mitad de mis bienes a los pobres y si de alguno me he aprovechado económicamente, le restituiré cuatro veces más”. Descubrimos en esta actitud la profunda conversión de Zaqueo y algo que es tan difícil en el hombre de todos los tiempos, ser generoso desde su bolsillo, compartir sus bienes materiales, Zaqueo dice: “Que la mitad de su herencia, de su patrimonio personal, lo dará a los pobres, y si a alguien le ha robado hasta cuatro veces le va a restituir”. Hoy te pregunto ¿la conversión, la búsqueda de Dios que tienes en tu corazón, llega solamente a tus pensamientos, a tus emociones? o ¿es capaz de bajar al bolsillo y compartir de tu patrimonio con tantos necesitados, con tantos pobres, con tantos que son víctimas de injusticia y que no han tenido las oportunidades laborales, profesionales y económicas que tú has tenido? Terminará el evangelio diciendo en labios de Jesús: “Hoy ha llegado la salvación a la casa de Zaqueo, porque el Hijo del hombre (hablando Jesucristo de sí mismo), ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”. Que el Señor bendiga abundantemente tu vida y nos permita a todos salir de nuestra tibieza y mediocridad espiritual, y te bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Incapacidad de vibrar, Distracciones, Nuevo corazón, Nuevo sentir, Proyecto de vida, Radicalidad, San Lucas, Vida de Dios en nosotros, Biblia, Evangelio
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