¡Ángel de la Guarda!

Abstract
REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Mateo 18, 1-5.10 Lectura del libro del Éxodo 23, 20-23a Así dice el Señor: «Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado. Respétalo y obedécelo. No te rebeles, porque lleva mi nombre y no perdonará tus rebeliones. Si lo obedeces fielmente y haces lo que yo digo, tus enemigos serán mis enemigos, y tus adversarios serán mis adversarios. Mi ángel irá por delante». Palabra de Dios, Te alabamos Señor Salmo 91 (90) A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos. Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti». A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos. Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás. A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos. Su brazo es escudo y armadura. No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía. A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos. No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos. A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos. Lectura del santo Evangelio según San Mateo 18, 1-5. 10 En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Quién es el más importante en el Reino de los Cielos?». Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: ─ «Les aseguro que, si no vuelven a ser como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ese es el más grande en el Reino de los Cielos. El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles están viendo siempre en el Cielo el Rostro de mi Padre celestial». Palabra del Señor, gloria a ti Señor Jesús.
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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES En una conversación de los discípulos con Jesús, ellos tratan de indagar al maestro: “¿Cuál es el hombre verdaderamente importante para Dios?, ¿cuál es el hombre que será reconocido grandemente en el cielo?”; Jesús, siempre desde su estilo pedagógico, llama a un niño, lo pone en medio de los discípulos y con autoridad utiliza esta palabra: “Les aseguro, que si no vuelven a ser como niños no entrarán en el reino de los cielos”. En el fondo parece una paradoja, porque los niños junto con las viudas eran mirados como ciudadanos de segunda categoría, débiles, indefensos, en el fondo es tal vez lo que el Señor quiere de nosotros. Y para que no quede ninguna duda, señalará Jesús a sus discípulos: “Sólo el hombre, sólo la mujer adultos que se hagan pequeños como un niño, ése será el más grande, el más importante en el reino de los cielos”. Luego invita a sus discípulos a acoger a los niños en nombre de Jesús acogiéndolo a Él mismo que en el fondo tiene corazón de niño. Pero nos preguntamos ¿cómo es ese corazón de niño al que invita Jesús a sus discípulos y que en el fondo Él también tiene?. Y encontramos tres dimensiones esenciales de ese mundo interior que nos lleva a ser hombres con corazón de adulto, o por el contrario con corazón de niño. La primera dimensión es la de un corazón limpio, sin malicia, sin cálculos o conveniencias humanas. Recordamos la famosa bienaventuranza: “Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”. Cuando hoy nos quejamos de las amistades por conveniencia, de las influencias políticas para acceder a una universidad o al empleo dentro de una empresa, Jesús mismo tiene corazón de niño, cuando nos muestra que su interior no tiene cálculos humanos según la conveniencia o el interés personal. Es un corazón sin malicia, sin marrulla, por el contrario, limpio de corazón, piensa que así deben de obrar todos los hombres. ¿Cómo sería nuestro mundo?, ¿cómo serían nuestras ciudades?, ¿cómo serían nuestras familias si tuviéramos relaciones humanas y afectivas más transparentes, menos solapadas, más generosas, más limpias, más desinteresadas? Pero hay una segunda característica del corazón de los niños, y así es el corazón de Jesús el Hijo de Dios. Es un corazón confiado que sabe entregarse totalmente al Padre Dios, que se sabe dependiente de Él, un corazón que cree, que espera, que ama, pero que sobre todo está abierto a recibir el amor de Dios. Hoy te pregunto, ¿sientes el amor de Dios en tu vida?, ¿es una experiencia constante donde descubres que el Señor, el Padre de los cielos te ama en las bendiciones que has recibido a través de tus seres queridos, de las circunstancias de tu vida y aun de aquellas contradicciones y cruces que tienes en tu existencia?. Descubre que Dios ama en manos y en rostros concretos, no ama en abstracto mira tus circunstancias, mira aún repito tus adversidades y descubre que allí está el amor providente de Dios. Un niño sabe confiarse, sabe depender totalmente de su padre y de su madre; y así nos quiere Jesús, menos autosuficientes, menos prepotentes, más confiados en que Dios con sabiduría, con poder y con amor, guía y sustenta nuestra vida. Finalmente reconocemos y es una afirmación clara de Jesús al invitarnos a no despreciar y no utiliza la palabra niños sino a estos pequeños de Dios. En el fondo, tener corazón de niño es sentirnos pequeños frente a Dios, es tener un corazón pobre como los anawim en Israel, que sin soberbia, sin prepotencia, saben ponerse confiadamente en las manos de Dios. Es tener un corazón humilde, un corazón que sabe admirarse y maravillarse con cada amanecer, con el aire que respiramos, con los sencillos acontecimientos de la cotidianidad, un corazón pequeño y humilde es un corazón agradecido que reconoce que todo es regalo y don de Dios. Señor, en el día del Ángel Custodio, te pedimos que nos des corazón de niños, corazón limpio, sin malicia, sin cálculos, uno, corazón confiado que cree, espera, y se abre al amor de Dios confiándose totalmente a Él, dos, y un corazón humilde, pobre, que se siente pequeño y que sin soberbia es capaz de agradecerlo todo, de maravillarse, de asombrarse y de admirar, todas las bendiciones que Dios permanentemente realiza en su vida. Que el Señor, te bendiga con abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Amor, Corazón confiado, Corazón de niño, Corazón limpio, Entrega, Humildad, Padre Dios, Biblia, Evangelio
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