¡Bienaventurado por creer en las promesas de Dios!

Abstract
REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Lucas 1, 39-45 Lecturas del día de hoy: Primera Lectura: de la profecía de Sofonías 3, 14-18ª Regocíjate, hija de Sión, grita de júbilo, Israel; alégrate y goza de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás. Aquel día dirán a Jerusalén: «No temas, Sión, no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta.» Palabra de Dios. Te alabamos Señor. Salmo del día de hoy: Salmo (33) Aclamad, justos, al Señor, cantadle un cántico nuevo. Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; cantadle un cántico nuevo, acompañando los vítores con bordones. Aclamad, justos, al Señor, cantadle un cántico nuevo. El plan del Señor subsiste por siempre, los proyectos de su corazón, de edad en edad. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él se escogió como heredad. Aclamad, justos, al Señor, cantadle un cántico nuevo. Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos. Aclamad, justos, al Señor, cantadle un cántico nuevo. Evangelio del día de hoy: Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-45 En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías, y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo, y dijo a voz en grito: – ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú, que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
Description
TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Avanzamos en estas llamadas ferias privilegiadas, que disponen nuestro corazón y nos preparan espiritualmente, para celebrar la próxima Navidad, no simplemente como un recuerdo del nacimiento de Jesús hace 2000 años, sino, y sobre todo, como un nacimiento actual, en el orden espiritual pero completamente cierto, celebrado desde la fe, Jesús que nace en nuestro corazón. El evangelio de san Lucas nos presenta hoy, la visita de María a su parienta santa Isabel, para ponerse a su servicio durante los días de su embarazo y por lo menos el final de este. Destacamos de este acontecimiento ampliamente conocido por la fe católica, la Visitación de María a Isabel, destacamos tres momentos puntuales. El primero, Isabel se llena del Espíritu Santo, por el contacto cercano con María, la llena de gracia, la llena de Dios, la llena del Espíritu Santo. En efecto el evangelista Lucas recalca hoy en dos momentos, que la criatura, el futuro Juan el Bautista, que estaba en su vientre, salta de júbilo, de alegría, cuando María la Madre de Jesús, se acerca a la madre de Juan, Isabel. Ella es la llena del Espíritu Santo y en el fondo es reconocer, que nuestra cercanía a Jesús nos llena de Dios. Nos acercamos a Jesús leyendo y meditando su Palabra, pero nos acercamos de manera privilegiada a Jesús, en la celebración eucarística de cada día, cuando en asamblea litúrgica vivimos nuestra misa y comulgamos el Pan de la vida. Finalmente nos acercamos a Jesús, cuando desde la experiencia del amor fraterno, vivimos en comunión con los demás y servimos caritativamente a los que sufren, a los próximos, los prójimos, a nosotros. Pero hay una segunda enseña, María es llamada ¡bendita entre todas las mujeres!, es reconocida por Isabel como la Madre del Señor. Que misión altísima, que reverencia la que debemos a la Santísima Virgen María, no es la Madre de un niño cualquiera, es la Madre del Salvador, la Madre del ungido, el enviado de Dios. Tiene que ser María una criatura completamente distinta de todas las mujeres y lógicamente de todos los hombres de toda la historia, porque Ella llena de gracia, inmaculada en su concepción, Virgen, Virgen en todos los sentidos, asunta a los cielos, María es una criatura especial que su pariente Isabel reconoce como la Madre del Salvador. Hoy aprende a rendir tributo de una especial veneración a la Virgen Santísima, nadie como Ella tan llena de Dios, nadie como Ella discípula tan destacada de Jesús, nadie como Ella tan grande intercesora ante su Hijo Jesús por nosotros, en medio de nuestras debilidades. En un tercer momento y final, reconozcamos esta expresión muy afortunada que le dice Isabel a María: “Bienaventurada, bendita la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor, lo que le ha prometido el Señor, se cumplirá”. Hoy, aplica estas palabras a tu vida y si crees en las promesas de Dios, serás un bendecido, una bendita, porque la promesa de Dios sólo se cumple, sólo se realiza, en aquellos que tienen fe y se confían totalmente a Dios. Hoy, sin miedos, avanza en tu vida, cree, confía, espéralo todo de Dios, verás grandes bendiciones, inmensos milagros que se realizan en tu vida, porque has creído las promesas de Dios sobre tu vida. Que el Señor te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Amor fraterno, Entrega, Espíritu Santo, Eucaristía, Manantial de amor, Presencia de Dios, San Lucas, Santa Isabel, Servir caritrativamente, Virgen María, Vivir en comunión con los demás, Biblia, Evangelio
Citation
Collections