¡No endioses a quien no es Dios!
Date
2024-03-08
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO
Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
– «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Respondió Jesús:
– «El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.» El segundo es éste: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó:
– «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
– «No estás lejos del reino de Dios.»
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
Description
TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES
De una manera especial, queremos congratularnos y felicitar a las mujeres en el día internacional, en que se reconocen sus derechos y los grandes valores en el plano de la familia, en el nivel del trabajo, en la vida pública y social. Qué bueno ese feminismo de valoración o reivindicación del papel de la mujer en la vida familiar, política, empresarial, laboral, en general. No es tan bueno, ese feminismo de confrontación, que por la vía del odio, del resentimiento, entra a chocar con el hombre o con otras instituciones como la Iglesia; está bien, hoy hay que reconocer en la mujer el gran don de Dios para la humanidad. De una mujer Madre nace el hijo salvador, por esa mujer Madre, la Santísima Virgen María, encontramos en Ella la más grande intercesora que tenemos ante su Hijo Jesús. ¡Qué bueno por nuestras madres que nos han dado la vida, por su testimonio de coraje, entrega, sacrificio, donación! ¡Qué bueno por nuestras hermanas, por sus esposas, novias, por nuestras amigas, porque ellas con su testimonio y su mirada distinta frente a la Iglesia, frente a la sociedad, aportan grandemente a la construcción de un mundo mejor! ¡Qué bueno por tantas servidoras dentro de la Iglesia!; ¿qué sería de la Iglesia en su tarea evangelizadora, sin la tarea primordial de la mujer por excelencia, un ser para el servicio?, un ser de donación, de entrega generosa por los demás.
Hoy oremos para que la mujer, en esa reivindicación de su identidad y de su misión en la sociedad y en el mundo, no adquiera los vicios del hombre, no adquiera a veces actitudes que desdicen de su ser de mujer, renegando de la maternidad o negándose a ella y de alguna forma pensando que sólo el éxito laboral y económico es el único camino de realización humana, cuando una mujer o un hombre en su maternidad, paternidad, se realizan grandemente en sus vidas.
Pero hablemos del evangelio de hoy y a la pregunta del escriba que se acerca a Jesús interrogándole sobre: “¿Cuál es el mandamiento o el precepto más importante y primero, entre todos los que dejó Moisés en la Torá, en la ley mosaica?”. Él señalará como el gran mandamiento, el amor en tres dimensiones.
En primerísimo lugar, el amor a Dios con todo el corazón, con todos los pensamientos, la mente, con todo el ser, con toda la vida, y en un segundo plano y a nivel igual, el amor a los demás y el amor a nosotros mismos.
Esto nos lleva a nosotros a descubrir, que Dios lejos de ser celoso de nuestro amor como principio universal de sabiduría nos dice: “Poner nuestro corazón en la única realidad que no acaba, que no es caduca, que no es cambiante, la realidad del misterio del amor divino. Cuando ubicamos, cuando ponemos nuestras esperanzas, nuestro futuro en Dios y su amor que no defrauda, en nosotros hay seguridad, hay confianza, hay paz, hay esperanza, porque sabemos que cualquier otra realidad del mundo y de la vida distinta de Dios, es falible, es limitada, es caduca, termina.
En una segunda enseñanza y en esta misma línea de pensamiento, estoy convencido, y lo digo con toda la fuerza de mi corazón, que muchos sufrimientos en la vida, muchas preocupaciones y angustias en el diario vivir, se dan con ocasión de que no le hemos dado el primer lugar en nuestra existencia y en nuestro corazón a Dios, sino a cualquier realidad terrenal, y como tal, por ser terrena, es temporal, es cambiante y genera en nosotros temores, miedos, inseguridades.
Hoy te invito, para que reconozcas que sufres en tu vida, porque quizás el primer lugar de tu corazón lo ocupa tu trabajo y lo puedes perder, la empresa se puede cerrar, un jefe malqueriente te puede echar del trabajo, en fin, hay tantas realidades, no endioses tu trabajo que no es Dios.
Pero podríamos decir, no endioses el dinero que no es Dios, si lo tienes solucionará muchos problemas tuyos, pero si no lo tienes por malos negocios, porque te roban o simplemente porque no has tenido la posibilidad de adquirirlo, sufrirás tremendamente.
En la vida cuando endiosamos cualquiera de estas realidades creadas y nos faltan o nos fallan, en demasía nos preocupamos y sufrimos.
Coloco un tercer ejemplo y final en este segundo punto o enseñanza, y es que cuando endiosas a una persona como tantas veces lo he señalado: ¿un hijo, un cónyuge, un padre, un familiar y esta persona se muere, se ausenta o simplemente deja de amarte, la vida se te cierra, el corazón se arruga, te sientes morir, no encuentras proyecto existencial, porque toda la fuerza existencial la colocaste en una criatura que no es Dios, no es eterna, no es definitiva?
Terminamos con una tercera enseñanza y decimos, nos ganamos muchos de estos sufrimientos y muchas de estas preocupaciones en la vida, cuando a una persona, cuando a una realidad humana, cuando a una cosa creada, la volvemos un absoluto en nuestro corazón: ¿un equipo de fútbol?, ¿un partido político?, ¿la defensa de una ideología?, y ¿ese el líder político, empresarial, ese equipo de fútbol nos fallan, sentimos que la vida se nos viene abajo?
Encuentra en estas tres enseñanzas: la primera, ¿entre los tres amores, el más importante es el amor a Dios? La segunda, ¿nos evitamos muchos sufrimientos si le damos a Dios ese primerísimo lugar?, y la tercera ¿nos ganamos, ya no evitamos sino que ganamos muchos dolores y preocupaciones en la vida cuando a un ser humano, a una realidad creada, le damos el primer lugar en nuestro corazón?
Terminemos simplemente con la segunda parte del evangelio, cuando Jesús al escriba le dice: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Ciertamente se necesita el amor a nosotros mismos, pero no en demasía como ocurre en nuestra sociedad, que hablamos de una cultura de egolatría, adoración del yo, una cultura narcisista que sólo se quiere a sí misma, porque el hombre o la mujer que solo saben quererse a sí mismos, al final se pudren en el sinsentido de su vida, como el agua estancada que no es capaz de donarse a los demás, se pudre, se descompone, se desnaturaliza y no cumple su tarea como agua, de dar vida al paso de los terrenos por donde trasega. Tu vida y la mía no es amarnos sólo a nosotros, por más que esta sociedad nos hable de que todo lo merecemos, de que sólo en el disfrute personal y egoísta está la satisfacción de la vida, no es verdad, no te engañes. En un momento de oración reflexiona tu existencia y date cuenta que los egoístas, los egocentristas, el centro es su propio yo, los ególatras, los adoradores del yo, los narcisistas, aunque vivan para sí mismos, nunca han sido, nunca son y nunca serán personas felices.
Que el buen Dios te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Amor, Corazón, Cosa creada, Dios, Entrega, Existencia, Lugar central, Primer lugar, Realidad, Sustitutos, Vida, Biblia, Evangelio