¡Sana la esterilidad del corazón!
Date
2023-12-23
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO
Lucas 1, 57-66
Lecturas del día de hoy:
Primera Lectura: de la profecía de Malaquías 3, 1-4.23.24:
Así dice el Señor:
«Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis.
Miradlo entrar – dice el Señor de los ejércitos-.
¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca?
Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido.
Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos.
Mirad: os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible. Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la tierra.»
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
Salmo del día de hoy:
Salmo (25)
Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
Las sendas del Señor son misericordia
y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza.
Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
Evangelio del día de hoy:
Del Santo Evangelio según san Lucas 1, 57-66:
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo:
– «¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron:
– «Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió:
«Juan es su nombre.»
Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:
– «¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él.
Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES
El evangelio de san Lucas comienza de esta manera, según nos presenta la liturgia de este día: “A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo, se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia y se alegraban con ella”.
Que hermosa palabra la que encontramos hoy al comienzo del evangelio que nos presenta la liturgia de este día, los vecinos y familiares de Isabel entienden, que con su embarazo tardío y el parto de Juan el Bautista, Dios ha hecho una gran misericordia en aquella mujer, que llamaban estéril. Recordemos que en la mentalidad judía, la esterilidad era mal vista, por el contrario, la maternidad siempre se reconocía como una gran bendición de Dios.
Hoy descubramos, que todo el misterio de la Navidad es muy en el fondo, la gran misericordia de Dios, que quiere vernos fecundos, no estériles. Es que el mundo de hoy, la humanidad de hoy, mujeres y hombres de nuestro tiempo, somos estériles al ser incapaces de dar a luz a Jesús en nuestros corazones; Dios quiere conjurar, exorcizar, liberarnos de esa esterilidad de Dios en la vida personal.
Hoy reconocemos en nuestra generación, a una humanidad muy despierta para el mundo, muy dormida para el cielo, muy abierta al materialismo y a los placeres terrenales y muy cerrada a la verdadera experiencia de Dios amor que transforma y renueva radicalmente nuestra vida. En la Navidad, fiesta de la fecundidad, Dios viene a nuestro encuentro como decíamos ayer, para decirnos claramente, no estás solo, vengo a salvarte, vengo a renovar tu vida, vengo a mostrarte una manera nueva, diferente y maravillosa de existir; no puedes ser que tu vida sea una constante esclavitud del trabajar, del tener, del andar mendigando afectos humanos; no puede ser que tu vida se vuelva miserable, esclava de pagar una hipoteca, un crédito durante años, no puede ser que tu vida sea solamente conseguir y acumular algunos bienes que con el paso del tiempo se deterioran y se pierden. La vida es más grande, el misterio de la existencia es mucho más alto, y sólo en el Niño Jesús que en la simplicidad de un establo o pesebrera nos nace, se nos ilumina y nos aclara este don tan grande para la humanidad. Ese Niño en su indefensión, es omnipotente, es todopoderoso y nos quiere señalar que vino a salvarnos de nosotros mismos, de nuestra esclavitud del pecado, de nuestra incapacidad para amar, de nuestra incapacidad para relacionarnos sana y sólidamente con los demás.
Hoy el Señor, viene a tu encuentro y al mío y nos dice, quiero que seas una mujer, un hombre nuevo, quiero salvarte de las esclavitudes que hay en tu corazón, quiero ofrecerte una nueva vida; aprende a conocerla a partir de mi Encarnación, que empieza la carrera de la vida, 33 años de existencia intramundana en esta tierra, a partir del seno virginal de María y el alumbramiento que celebramos precisamente en próximas horas. Hoy el Señor te dice, abre el corazón para recibir las misericordias de Dios. Isabel se abrió a la ternura infinita del Señor y por eso es fecunda, se abre a la vida nueva de Dios, engendra este niño del cual dirá el propio Jesucristo: “No hay nadie más grande en la tierra nacido de vientre de mujer humana, que Juan el Bautista”.
Hoy reconoce que tu vida puede estar renovada, que no tienes que estar esclavizado de nadie, lleno de miedos, con tedio y hastío, huyendo de ti mismo en experiencias efímeras de consumismo, de drogas, de placeres terrenales, escapando del tedio y del sinsentido de tu propia vida; deja entrar a Jesús en tu corazón, deja que la misericordia de Dios renueve y transforme tu vida.
Terminemos nuestra reflexión, haciendo oración con el salmo que hoy nos propone la liturgia y en espíritu de plegaria uniéndonos al salmista digamos todos: “Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas, haz que camine con lealtad, enséñame porque Tú eres mi Dios y Salvador; el Señor es bueno y es recto, y enseña su camino a los pecadores, hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes; las sendas del Señor son misericordia y lealtad, para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía a los que le temen y les da a conocer su alianza”.
Que el buen Dios te bendiga en este día y en la próxima Navidad, y renueve por sus misericordias tu vida, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Amor, Cielo, Corazón, Despertar, Esclavitudes, Esteril de Corazón, Fruto de Dios, Humanidad dormida, Jesús, San Lucas, Vida, Biblia, Evangelio