¡Estén alegres en Dios!
dc.contributor.author | Fundación Amén Comunicaciones | |
dc.date.accessioned | 2024-12-16T17:24:07Z | |
dc.date.available | 2024-12-16T17:24:07Z | |
dc.date.issued | 2024-12-15 | |
dc.description | TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES En este tercer domingo de Adviento o llamado Domingo de la Alegría, meditamos sobre uno de los sentimientos y dimensiones más importantes de la vida, como que todos los seres humanos, de manera más o menos consciente, buscamos de forma universal estar bien con nosotros mismos, estar en paz con los demás, vivir una alegría sostenida en la vida. Ya filósofos como Cicerón hablaban: “De que la alegría es un estado del alma, es la posesión de un bien que no se pierde y que, por el contrario, nos da serenidad”. Y también el filósofo Spinoza afirmaba: “Que las tres dimensiones básicas del alma son la alegría, la tristeza y el deseo, y que entre estas tres emociones discurren los días y las noches de la vida humana”. Pero hablemos de las lecturas de hoy, donde precisamente el profeta Sofonías, en un grito de júbilo nos invita: “Alégrate, hija de Sión, grita de gozo Israel, el Señor ha revocado tu sentencia condenatoria, ha expulsado a tus enemigos de tu territorio, el Señor Dios está en medio de ti. No temas mal ni maldad alguna, no desfallezcas. El Señor está en medio de ti, valiente y salvador, y te renueva con su amor divino y poderoso”. Hoy reconozcamos más allá de lo que dicen algunos profetas, o mejor, algunos filósofos, aprendamos con el profeta Sofonías que la gran alegría de la vida es Dios con nosotros, Dios en medio de nosotros, Dios renovando nuestra vida con su constante y continuo amor. Pero meditemos brevemente el salmo que la liturgia de este día nos propone, en donde se nos invita a entonar como antífona: “Griten jubilosos, porque es grande en medio de ti, el Santo de Israel”. Y en las estrofas se nos invita a meditar: “Confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, Él es y ha sido siempre mi salvación”. Y nos invita: “A dar gracias al Señor, a contar sus hazañas en la historia de Israel; pero también a contar sus maravillas en nuestra vida y a proclamar que su nombre es excelso, excelente, maravilloso, porque en muchos momentos en que hemos estado caídos Dios nos levanta, en momentos de peligro nos ha protegido, en momentos de cansancio nos descansa, en momentos de soledad nos acompaña y no nos falta con su amor”. Pero quizás la lectura más expresiva en torno al tema de la alegría cristiana, la brinda hoy la carta de Pablo a los filipenses, cuando dice de manera tajante: “Hermanos, alégrense siempre en el Señor, se los repito, alégrense siempre en el Señor” y da una razón para ello: “El Señor está cerca, la proximidad de Dios en nuestra vida tiene que ser motivo para la alegría, como también en sentido contrario, un alma que se sienta abandonada de Dios es un alma condenada a la melancolía y a la tristeza”. Pero continúa el apóstol Pablo escribiendo a la comunidad de Filipo y les dice: “Nada les preocupe, sino que, en toda ocasión, en su oración, en su súplica diaria, en su acción de gracias de cada día, en sus peticiones que son presentadas ante Dios, recuerden que Él les va a dar lo mejor, por eso no hay motivo para perturbación”. Y concluirá diciendo: “Que la paz de Dios que es fuente de alegría y que supera todo juicio humano y todo razonamiento terrenal, custodiará, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”. Estas bellas lecturas de Sofonías, de filipenses y de Isaías 12 como salmo, nos preparan para entender el evangelio de hoy, donde la gente pregunta a Juan, ¿qué deben de hacer ante la proximidad de la llegada del Mesías? Y el Bautista les dirá: “El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene, el que tenga comida, también que haga lo mismo, y también los invitará a que obren en justicia, a que no exijan más de lo mandado en la ley, a que no se aprovechen de nadie, a que vivan en paz”. Nos dice Lucas, el evangelista: “Que el pueblo estaba expectante ante la próxima llegada del Mesías”. Pero aún nos preguntamos de manera práctica para tu vida y la mía, claves para vivir en alegría en un mundo donde hemos visto especialmente este año, signos de guerras, de violencia, de corrupción, del crecimiento de la maldad ¿cómo permanecer alegres? Y te daré cinco claves más de orden espiritual y humano que de orden material y económico. La primera de ellas, para vivir en alegría, cumple con tu deber de cada día. La recta conciencia es una fuente fecunda de alegría, no trampees, no le hagas el mal a nadie, vive de cara a Dios, cumple con tu deber desde el oficio, trabajo, profesión, actividad que realizas y te acostarás con la gratificación inmensa del deber cumplido, según lo manda Dios. Pero una segunda clave o camino para la alegría cristiana, es que aprendas, además de cumplir el deber de cada día y la recta conciencia, aprende a agradecer todo lo que ha acontecido en tu vida. Es que cuando uno es grato y agradecido por el bien y aun el mal sufrido, por las bendiciones y aquello que nos parece que no lo es, aprendes a adoptar una actitud existencial que te lleva a reconocer “Que todo sirve para bien de aquellos que aman a Dios” como dirá Pablo a los romanos en el capítulo 8 versículo 28. Por oposición, aquella persona que reclama y pide a Dios constantemente por su vida, por sus necesidades, que siempre siente que le faltan los cinco centavos para completar el peso, será una persona eternamente insatisfecha. Créeme que cuando das gracias a Dios por ver, escuchar, caminar, saborear, respirar, por las cosas más simples de la vida, aprenderás a no sentirte fastidiado, triste o amargado por algunas cosas, sobre todo de orden material que te pueden faltar, y aun descubrirás que los sufrimientos y pruebas de la vida también hay que agradecerlos, porque Dios quizá no lo ha querido, pero lo ha permitido para formarte, corregirte, madurarte, hacerte crecer. En un tercer camino o clave para la alegría, descubre tres grandes verbos que en lo humano generan alegría: uno, dar, porque hay más alegría en dar que en recibir, dos, servir, porque Jesús vino a servir y no a ser servido, y detrás de la enseñanza de Jesús hay una verdad profunda. Y tres, compartir, porque aprendemos que una alegría o un triunfo compartido, se duplica, y también una tristeza, un fracaso compartido se parte por la mitad y es menos doloroso. Tres sencillos verbos en lo humano: dar, servir y compartir, y créeme que son fuentes fecundas de gozo y alegría interior para tu vida, que la alegría no está solamente en comer, beber, comprar, vender, motelear o los placeres del mundo tan efímeros y superficiales. Pero avanzando en esta reflexión, más allá, uno, del deber cumplido cada día y la recta conciencia, dos, de la gratitud por todo y por todos en la vida, tres, por la conjugación de tres grandes verbos: dar, servir y compartir. Cuatro, hay una gran alegría de corazón cuando amamos y cuando nos sentimos amados, que al fin de cuentas es el gran mandamiento de Jesús, el mandamiento nuevo y eterno. Mira en tu vida, analiza tu historia y quizás reconocerás que los momentos de mayor plenitud en tu vida, no han sido en la compra o venta de algo, no ha sido en el viaje a X o Y lugar, sino cuando has vivido la experiencia profunda de amar a alguien y de sentirte amada, amado por ese alguien. El amor es la única dimensión de la vida que la hace en colores y que le da plenitud a la existencia. Finalmente, en una quinta clave o camino para una alegría ya más de orden sobrenatural, es la alegría que nace de la confiada y total puesta de la vida en Dios por la oración, por la fe, por la esperanza. Cuando hay una experiencia de abandono amoroso en quien está cerca, en quien lo puede todo, cuando hay la certeza de que Dios me ama y que lo mejor está por venir, cuando descubres eso en tu oración, en la vida sacramental, en la meditación de la Palabra de Dios, en la vida fraterna, en familia y con los amigos, en la vida de caridad y servicio al necesitado, experimentarás una alegría que, más allá de lo natural de una comida, de escuchar música, de hacer deporte, de un baile, hay una alegría más honda, más verdadera, más grande, más sobrenatural; la alegría de sabernos amados por Dios, y en su amor confiarnos totalmente a Él. Que el Señor te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. | |
dc.description.abstract | REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Lucas 3, 10-18 Lecturas del día de hoy: Primera lectura: Sf 3, 14-18a Canta, hija de Sión, da gritos de júbilo, Israel, gózate y regocíjate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha levantado su sentencia contra ti, ha expulsado a todos tus enemigos. El Señor será el rey de Israel en medio de ti y ya no temerás ningún mal. Aquel día dirán a Jerusalén: “No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, tu poderoso salvador, está en medio de ti. Él se goza y se complace en ti; él te ama y se llenará de júbilo por tu causa, como en los días de fiesta”. Palabra del Señor. Te alabamos Señor Salmo del día de hoy; Salmo Responsorial Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6 El Señor es mi Dios y salvador. El Señor es mi Dios y salvador, con él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección y mi fuerza y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la fuente de salvación. El Señor es mi Dios y salvador. Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es sublime. El Señor es mi Dios y salvador. Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido grande con ustedes. R. R. El Señor es mi Dios y salvador. Segunda lectura del día de hoy: Flp 4, 4-7 Hermanos míos: Alégrense siempre en el Señor; se lo repito: ¡alégrense! Que la benevolencia de ustedes sea conocida por todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios en la oración y la súplica, llenos de gratitud. Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Palabra del Señor. Te alabamos Señor Evangelio del día de hoy: Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 3, 10-18 En aquel tiempo, la gente le preguntaba a Juan el Bautista: “¿Qué debemos hacer?” Él contestó: “Quien tenga dos túnicas, que dé una al que no tiene ninguna, y quien tenga comida, que haga lo mismo”. También acudían a él los publicanos para que los bautizara, y le preguntaban: “Maestro, ¿qué tenemos que hacer nosotros?” Él les decía: “No cobren más de lo establecido”. Unos soldados le preguntaron: “Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?” Él les dijo: “No extorsionen a nadie, ni denuncien a nadie falsamente, sino conténtense con su salario”. Como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja; guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”. Con éstas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena nueva. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús. | |
dc.identifier.uri | http://72.167.44.240:4000/handle/123456789/778 | |
dc.identifier.uri | https://drive.google.com/file/d/15iGSh-n1Sh5AbcAUP_lsbtrz3ZBrVusq/view?usp=drive_link | |
dc.subject | Agradecer | |
dc.subject | Amor | |
dc.subject | Conciencia recta | |
dc.subject | Compartir | |
dc.subject | Cumplir el deber | |
dc.subject | Dar | |
dc.subject | Diario vivir | |
dc.subject | Entrega | |
dc.subject | Gozo | |
dc.subject | San Lucas | |
dc.subject | Servir | |
dc.subject | Vivir en unidad con los designios de Dios | |
dc.subject | Biblia | |
dc.subject | Evangelio | |
dc.title | ¡Estén alegres en Dios! | |
dc.title.alternative | Alegría |
Files
License bundle
1 - 1 of 1
No Thumbnail Available
- Name:
- license.txt
- Size:
- 1.71 KB
- Format:
- Item-specific license agreed to upon submission
- Description: