¡Las promesas de Dios se cumplen!

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2024-11-29
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Lucas 21, 29-33 Lecturas del día de hoy: Primera Lectura: Ap 20, 1-4.11-21.2: Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo llevando la llave del abismo y una cadena grande en la mano. Agarró al dragón, que es la antigua. serpiente, el diablo o satanás, y lo encadenó para mil años; lo arrojó al abismo, echó la llave y puso un sello encima, para que no pueda extraviar a las naciones antes que se cumplan los mil años. Después tiene que estar suelto por un poco de tiempo. Vi también unos tronos y en ellos se sentaron los encargados de juzgar; vi también las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús y el mensaje de Dios, los que no habían rendido homenaje a la bestia ni a su imagen y no habían recibido su señal en la frente ni en la mano. Estos volvieron a la vida y reinaron con Cristo mil años. Luego vi un trono blanco y grande, y al que estaba sentado en él. A su presencia desaparecieron cielo y tierra, porque no hay sitio para ellos. Vi a los muertos, pequeños y grandes, de pie ante el trono. Se abrieron los libros y se abrió otro libro, el registro de los vivos. Los muertos fueron juzgados según sus obras, escritas en los libros. El mar entregó sus muertos, Muerte y Abismo entregaron sus muertos, y todos fueron juzgados según sus obras. Después Muerte y Abismo fueron arrojados al lago de fuego -el lago de fuego es la segunda muerte-. Los que no estaban escritos en el libro de los vivos fueron arrojados al lago de fuego. Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Palabra del Señor. Te alabamos Señor Salmo del día de hoy: Salmo (84)83, 3.4.5-6a.8a: Esta es la morada de Dios con los hombres. Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. Esta es la morada de Dios con los hombres. Hasta el gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los Ejércitos, rey mío y Dios mío. Esta es la morada de Dios con los hombres. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichosos los que encuentran en ti su fuerza: caminan de baluarte en baluarte. Esta es la morada de Dios con los hombres. Evangelio del día de hoy: Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 21, 29-33: En aquel tiempo, puso Jesús una comparación a sus discípulos: -Fijaos en la higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber que la primavera está cerca. Pues cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. Os aseguro que antes que pase esta generación, todo eso se cumplirá. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES En la línea de la lectura más o menos continuada del libro del Apocalipsis, y ya en el final de este año litúrgico, se nos habla cómo Juan el vidente alcanza a ver un cielo nuevo, una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado y el mar ya no existe. Y afirmará el vidente: “Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo”. Es una pura mirada poética, metafórica y simbólica de la instauración de un nuevo mundo donde Cristo verdaderamente será Rey del cosmos, Rey de la creación, Rey de la humanidad. Pero para llegar a este punto entendamos lo que nos presenta el evangelio de hoy, una sencilla parábola de un arbusto pequeño, la higuera, donde Jesús, sirviéndose de un ejemplo cotidiano, nos invita a la vigilancia y a reconocer los signos de la naturaleza, para también en ellos reconocer las señales y los signos de Dios. En efecto, dirá Jesús: “Fíjense en la higuera o en cualquier árbol cuando echan brotes, les basta verlos para saber que la primavera ha llegado y que el verano se acerca”. (Esto lo entienden más las personas que viven en países de estaciones, como hay una renovación continua de la vida con el paso de las estaciones climáticas). Y Jesús agregará en un segundo momento: “Que la acción de Dios es igual que la acción natural de la obra de la creación, en los árboles, en una sencilla higuera, y que cuando veamos estos signos, descubramos la cercanía, la proximidad del reinado de Dios. Atrás quedará la violencia y vendrá la paz, atrás quedará la injusticia y vendrá la justicia, atrás quedará la mentira y será instaurada la verdad, atrás quedará la maldad y la oscuridad y se instaurará el bien y la luz”, es la gran promesa que nos hace Jesús en esta parte final del evangelio según san Lucas. Y para que no quede dudas en un tercer momento, además de invitarnos, uno, a reconocer el cambio del mundo en los brotes de las plantas, el cambio de la primavera al verano, dos, además de reconocer que todo en esta tierra pasará, pero que sus palabras no pasarán, que sus palabras son eternas, que permanecen, nos invita a descubrir que vendrá, como nos decía el libro del Apocalipsis: “Cielos nuevos, tierra nueva que desplazarán al primer cielo y a la primera tierra”. Hoy tú y yo permanezcamos vigilantes y en oración, para reconocer que todo lo del mundo es pasajero, es finito y que la realidad definitiva sólo se da con la Muerte y Resurrección de Cristo, que abre paso por su Pascua a una nueva creación, a un nuevo hombre, a una nueva realidad de cielo y tierra nuevos. No es mentira, no todo lo que nos espera en el tiempo que vivimos es guerras como la de Rusia, Ucrania, amenazas nucleares, recesión económica, inflación, devaluación de nuestras monedas frente al dólar, amenaza de nuevas pandemias, crisis familiares y social, esto no es sólo lo que le queda al hombre; en Cristo, y por la fe y la esperanza en Él, confiamos y esperamos en la llegada de cielos y tierra nuevos de un hombre, una mujer recreados, vueltos a crear, llenos de la justicia, del amor y de la santidad que nos viene sólo de Dios. No te angusties, la Palabra de Dios no pasa, las promesas de Dios todas se cumplen. Que el Señor te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Confiar en las promesas de Dios, Esperar las promesas de Dios, Instaurar el bien, Instaurar la luz, Justicia, Maldad, Oscuridad, Paz, Promesas de Dios, San Lucas, Verdad, Violencia, Biblia, Evangelio
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