¡El poder de la cruz!
Date
2024-05-03
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO
Juan 3, 13-17
Lectura del día de hoy
Lectura del libro de los Números 21, 4b-9
En aquellos días, el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo.» El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: «Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes.» Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: «Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla.» Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado. «Palabra de Dios. Te alabamos Señor»
Salmo del día de hoy
Salmo 77 (78), 1-2. 34-35.38
R/. No olvides las acciones del Señor.
Escucha, pueblo mío, mi enseñanza, inclina el oído a las palabras de mi boca: que voy a abrir mi boca a las sentencias, para que broten los enigmas del pasado. /R.
Cuando los hacía morir, lo buscaban, y madrugaban para volverse hacia Dios; se acordaban de que Dios era su roca, el Dios Altísimo su redentor. /R.
Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas mentían: su corazón no era sincero con él, ni eran fieles a su alianza. /R.
Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba la culpa y no los destruía: una y otra vez reprimió su cólera, y no despertaba todo su furor. /R.
Evangelio del día de hoy
Lectura del santo Evangelio según San Juan 3, 13-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»
Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Description
TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES
Hoy en nuestro país, Colombia, la liturgia celebra la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en otros países se celebra el 14 de septiembre, en la víspera de la memoria litúrgica de Nuestra Señora de los Dolores, la Santísima Virgen María, al pie de la Cruz y concretamente al pie de su Hijo crucificado. Pero más allá de la celebración en nuestro país hoy en mayo o en otros países en septiembre, ¿qué enseñanzas podemos sacar al hoy de nuestras vidas sobre el poder de la cruz?, y ¿por qué la Iglesia en su liturgia dedica un día especialmente a hacer una exaltación, un reconocimiento del misterio de la Santa Cruz?
Reconozcamos cinco grandes enseñanzas para nuestra vida.
La primera, todos tenemos cruz en la vida, todos tenemos una realidad en la convivencia humana, en situaciones particulares, en el cumplimiento y la vivencia misma del evangelio, que nos lleva a morir a nosotros mismos. Y podríamos decir que la cruz, más allá de dos travesaños de madera superpuestos, uno vertical y otro horizontal, en un sentido más espiritual, la cruz es toda realidad que me lleva a morir a mí mismo, recordando que Jesús cargó con su cruz y subió a ella en la colina del Gólgota, precisamente para morir atado, clavado a la cruz.
Hoy, en un momento de silencio reflexiona: si es tu pareja, si es tu temperamento difícil, si es tu afectividad desbordada, si son tus hormonas no controladas, si es una ambición desmedida, si es tu lengua murmuradora, si son celotipias y envidias, si es la incapacidad para amar y para perdonar, lo que se ha vuelto cruz en tu vida y te hace incapaz para morir a ti mismo, morir a tu orgullo, morir a tu propio yo.
Pero hay una segunda enseñanza, reconoce y reflexiona en esa cruz que hoy tienes, que no es un signo de maldición, que no debes de renegar de ella, ni cuestionar a Dios por la cruz que tienes. A veces nos parece la más pesada, la más difícil de cargar y sin embargo comprende hoy, que Dios nunca permite pruebas superiores a nuestras propias fuerzas, ni que seamos tentados por encima de nuestras capacidades. Asimismo, no permite una cruz que no seas capaz de cargar, aunque de entrada te escandalice, ella es camino de salvación para tu vida.
En una tercera enseñanza, reconocemos que misteriosa y contradictoriamente, la cruz que hay en nuestra vida es un signo del amor preferente de Dios por ti y por mí; una cruz que nos lleva a crecer humana y espiritualmente, una cruz que nos permite purificarnos de nuestros pecados, una cruz que nos lleva a ser pacientes en momentos de prueba, de enfermedad, una cruz que nos hace más humildes porque nos doblega el orgullo, una cruz que nos hace más sabios para tomar mejores decisiones, una cruz que en definitiva, nos hace más fuertes, porque en el momento en que la cargamos decimos no voy a ser capaz, pero el Señor te da la fortaleza para cargar esa cruz, para sacarla adelante, te hace más fuerte, más sabio, más humilde, más paciente, más puro, en definitiva, te hace crecer y madurar. San Pablo entendió esto perfectamente y por eso afirmará en sus cartas: “Líbreme Dios de gloriarme, si no es en la cruz de Cristo”. Él no se gloriaba en sus capacidades y talentos que él los tenía, él no se gloriaba en su oratoria fogosa, en su capacidad para escribir que lo tenía, él no se gloriaba en su liderazgo pastoral y apostólico que lo tenía. Él se gloría en lo naufragios, persecuciones, hambres, fríos, desnudez, amenazas de muerte, incomprensiones, toda la cruz y todas las pruebas que vivió a lo largo de su vida.
En una cuarta enseñanza, te invito para que nunca olvides que seguimos como cristianos a un crucificado que triunfó desde el aparente fracaso de la cruz. Y digo aparente fracaso, porque para los hombres y mujeres de su tiempo, con su crucifixión y muerte, aparentemente terminaba la amenaza del mensaje y del nuevo camino, la nueva vida que proponía, pero, por el contrario, allí empezaba todo. No fue fracaso, repito, es aparente, porque es el triunfo del amor y se nos pide seguir a Jesús, hacer un seguimiento verdadero, cargando la cruz de cada día. En efecto, en los evangelios Jesús, no una, sino tres veces, nos invita a hacer seguimiento de su vida, negándonos a nosotros mismos y cargando la cruz que la vida y el mismo evangelio nos propone.
Concluyamos con una quinta y última enseñanza, y es que reconocemos que más allá del dolor de la cruz, que ciertamente acongoja, apesadumbra, entristece, el dolor de la cruz hay que asumirlo, no resistirlo, porque todo lo que por vía síquica, mental y emocional se resiste, persiste, (dirán los psicólogos). Todo lo que tú resistes mentalmente, persiste en tus pensamientos, todo lo que resistes emocionalmente, persiste en tu mundo emocional. No se trata de resistir la carga y el peso de la cruz, sino de asumirlo en la vida. Pero también se trata de expresar el dolor que sentimos por la cruz y no guardarlo, no reprimirlo; hay que comunicarlo, hay que hablarlo, porque una carga comentada y compartida se aligera, y así lo dirá Jesús: “Vengan a mí, acérquense a mí los que se sientan sobrecargados por el peso de la vida, que Yo haré que su cruz, que su carga sea ligera y que tengan un mayor descanso”.
Se nos invita además de asumir la cruz y de comunicar, expresar el dolor de la misma a ofrecerla para darle un sentido redentor. El sufrimiento si no es desde la fe y con amor, es un total absurdo que destruye y aplancha como una aplanadora, aplancha la vida humana; pero si sabemos darle un sentido redentor a nuestro sufrimiento, le damos sentido vital y se vuelve ofrecido con amor, en fuente de redención por nosotros y por las personas por quienes aplicamos el ofrecimiento del dolor de la cruz.
Terminamos diciendo que ese dolor de la cruz hay que orarlo, entendiendo como dice san Pablo en la carta a los Romanos: “Que todo lo que acontece en nuestra vida sirve para nuestro bien, si amamos a Dios”. Aunque nos parezca terrible lo que ha acontecido en nuestra vida, si oramos el dolor de la cruz, entenderemos que el Señor, aunque no lo ha querido, lo ha permitido para hacernos crecer, para hacernos mejores, o como dice Juan capítulo 15: “Nos ha podado a la manera en que se poda la vid, para que dé frutos más abundantes”.
Cinco enseñanzas, cinco motivos para no renegar la cruz que hay hoy en tu vida, sino por el contrario, abrazarla y entender como decía santa Rosa de Lima: “No hay cielo sin cruz”.
Que el Señor te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
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