¡No dejes entrar al diablo, escucha a Dios!

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2025-03-27
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO San Lucas 11, 14-23 Lecturas del día de Hoy: Primera Lectura: del libro de Jeremías 7, 23-28: Esto dice el Señor: «Esta fue la orden que di a mi pueblo: “Escuchen mi voz. Yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo; sigan el camino que les señalo, y todo les irá bien”. Pero no escucharon ni hicieron caso, al contrario, caminaron según sus ideas, según la maldad de su obstinado corazón, me dieron la espalda y no la cara. Desde que salieron sus padres de Egipto hasta hoy les envié a mis siervos, los profetas, un día tras otro; pero no me escucharon ni me hicieron caso: al contrario, endurecieron la cerviz y fueron peores que sus padres. Ya puedes repetirles este discurso, seguro que no te escucharán; ya puedes gritarles, seguro que no te responderán. Aún así, les dirás: “Esta es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar. Ha desaparecido la sinceridad, se la han arrancado de la boca”». Palabra de Dios. Te alabamos Señor. Salmo de Hoy: Salmo 95(94), 1-2. 6-7ab. 7c-9 Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: «No endurezcan su corazón». Vengan, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su Presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: «No endurezcan su corazón». Entren, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque Él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que Él guía. Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: «No endurezcan su corazón». Ojalá escuchen hoy su voz: «No endurezcan el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando sus padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras». /R. Evangelio del día de hoy Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 14-23 En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo, sucedió que apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: «por arte de Belcebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios». Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues ustedes dicen que yo echo los demonios con el poder de Belcebú; pero, si yo echo los demonios con el poder de Belcebú, los hijos de ustedes, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama». Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES El evangelio de hoy nos muestra los ardides, los engaños, las mentiras que algunas autoridades judías manifestaban frente a Jesús a propósito de la sanación de un hombre que estaba mudo. Lejos de agradecer y admirarse, señalan aquellos: “Que Jesús expulsa el mal con el poder de satanás (el príncipe de los demonios)”. La mentira, el engaño, la manipulación desde siempre, desde los tiempos bíblicos, ha sido una clara estrategia del maligno para alejar a los hombres de la verdad de Jesucristo, para alejarnos del bien. Muy a propósito de nuestro mundo donde recibimos tantos mensajes, tenemos que ser muy críticos para no tragar entero y no comprarnos la primera propaganda política, el primer mensaje ideológico que nos manden, sobre todo en las redes sociales, en el mundo digital. Hoy Jesús reconoce que siempre existirán hombres de buena y de mala fe, de buena y de mala voluntad, unos, los primeros que aceptarán y acogerán su mensaje, otros, los segundos que, aunque vean milagros todos los días en la Iglesia, no creerán y, por el contrario, denigrarán, señalarán y sospecharán y atacarán el mensaje evangélico, el mensaje cristiano. Pero pasemos a una segunda enseñanza. Jesús, defendiéndose de aquellos que le acusan de que sana con el poder del demonio, Él dice ¿cómo voy a sacar el mal con el mismo poder del mal? “Sería entonces un reino dividido y un reino dividido siempre va a la derrota segura”. Hoy reconozcamos que la división, además de la mentira, son armas predilectas del diablo para engañar a los hombres. Mientras los frutos del Espíritu Santo son la unidad, la comunión, el amor y la paz, los frutos del maligno son el engaño, la mentira, la división, la cizaña contra los demás. Nuestro mundo asiste estupefacto a una crisis política y militar en Europa oriental frente a una agresión injustificada de una potencia militar, y miramos cómo en estos juegos políticos en nombre precisamente de causas muy humanas dividimos sociedades, dividimos familias, vemos el fenómeno migratorio que alcanza cientos de miles de personas ante la tragedia de la guerra. No te dejes dividir, no dejes que un discurso político, un mensaje ideológico, una propaganda que tiene unos claros intereses, te ponga en contradicción contra nadie. No podemos creer en ningún líder que construya su plataforma política sobre el odio y la división contra los demás. Pensemos también en el plano de las familias y de los matrimonios como por pequeñeces, por tonterías nos dividimos y pienso que el diablo se ríe, se ríe, goza, disfruta cuando tú estás peleado, dividido, separado de tu familia, encerrado en tu habitación, fastidiado y al fin de cuentas, amargándote la vida. Dios no quiere eso y alerta precisamente en el evangelio de hoy Jesús: “Que todo reino dividido, entiéndase, toda familia dividida, todo matrimonio dividido o toda persona dividida en su interior, va al fracaso, va a la destrucción”. Terminemos nuestra reflexión escuchando y haciendo eco del salmo responsorial que hoy nos propone la liturgia de la Iglesia, cuando nos invita: “Que no seamos sordos y a que escuchemos la voz de Dios”. Hoy como una clara sabiduría espiritual para evitar el engaño, primer punto, y la división, segundo punto, ten claro escuchar a Dios, escuchar sus palabras, dejar que ellas iluminen tu vida, no dejar endurecer tu corazón, no rebelarte contra el Señor. Que, en nuestro mundo, donde tenemos tanto ruido, tanto por escuchar, no nos aturda para escuchar el verdadero mensaje, el gran mensaje, la gran palabra de vida que nos viene sólo de Jesucristo. Que no endurezcamos el corazón y oremos por los líderes políticos para que no nos lancen a una guerra fratricida, oremos por aquellos manipuladores de turno que nos hablan de falsos paraísos, oremos por aquellos que nos venden como proyectos de felicidad, los que son simplemente conveniencias personales. Solo en Jesucristo hay verdad, sólo en Él no hay engaño, sólo Él quiere nuestra felicidad. Por eso, “Ojalá escuchemos hoy la voz de Dios, no seamos rebeldes, no endurezcan nuestro corazón”. Que el Señor, que es sabio y sabe hablarte a tu vida, te bendiga en abundancia en este día. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Corazón dócil, Discernimiento, División, Endurecer el corazón, Engañar, Mentira, Orar a Dios, Reconocer el mal, San Lucas, Ser critico frente a la información, Voluntad de Dios, Biblia, Evangelio
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