¡Buenos Pastores!

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2024-07-21
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Marcos 6, 30-34 Primera lectura del día de hoy Jer 23, 1-6 «¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer a las ovejas de mi rebaño!, dice el Señor. Por eso habló así el Señor, Dios de Israel, contra los pastores que apacientan a mi pueblo: «Ustedes han rechazado y dispersado a mis ovejas y no las han cuidado. Yo me encargaré de castigar la maldad de las acciones de ustedes. Yo mismo reuniré al resto de mis ovejas de todos los países a donde las había expulsado y las volveré a traer a sus pastos, para que ahí crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las apacienten. Ya no temerán ni se espantarán y ninguna se perderá. Miren: Viene un tiempo, dice el Señor, en que haré surgir un renuevo en el tronco de David: será un rey justo y prudente y hará que en la tierra se observen la ley y la justicia. En sus días será puesto a salvo Judá, Israel habitará confiadamente y a él lo llamarán con este nombre: ‘El Señor es nuestra justicia’ «. Salmo del día de hoy Salmo Responsorial Salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5.6. R. (1) El Señor es mi pastor, nada me falta El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R. El Señor es mi pastor, nada me falta. Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R. El Señor es mi pastor, nada me falta. Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume, y llenas mi copa hasta los bordes. R. El Señor es mi pastor, nada me falta. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R. El Señor es mi pastor, nada me falta. Segunda lectura del día de hoy Ef 2, 13-18 Hermanos: Ahora, unidos a Cristo Jesús, ustedes, que antes estaban lejos, están cerca, en virtud de la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz; él hizo de los judíos y de los no judíos un solo pueblo; él destruyó, en su propio cuerpo, la barrera que los separaba: el odio; él abolió la ley, que consistía en mandatos y reglamentos, para crear en sí mismo, de los dos pueblos, un solo hombre nuevo, estableciendo la paz, y para reconciliar a ambos, hechos un solo cuerpo, con Dios, por medio de la cruz, dando muerte en sí mismo al odio. Vino para anunciar la buena nueva de la paz, tanto a ustedes, los que estaban lejos, como a los que estaban cerca. Así, unos y otros podemos acercarnos al Padre, por la acción de un mismo Espíritu. Evangelio del día de hoy Mc 6, 30-34 En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: «Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco», porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer. Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES La figura de los pastores era bien conocida en la cultura de Israel, al fin de cuentas hace 2000 años, el pueblo de Dios era fundamentalmente una sociedad de pequeños comerciantes, de agricultores, de pescadores y de numerosos pastores de rebaños. Los pastorcillos eran jóvenes sin ninguna educación, normalmente pobres y a veces con una mala imagen de deshonestos o ladronzuelos. Nos llama la atención que Jesús precisamente, se quiere equiparar con estos pastores de rebaños de ovejas y de cabras, pero Él se da un auto calificativo que lo hace distinto de los otros pastores, Él se llama a sí mismo el ¡Buen Pastor!, y este Buen Pastor como nos dirá el evangelista Juan en el capítulo 10, se distingue por cuidar de las ovejas, por llevarlas a pastizales frescos, por cuidarlas y protegerlas de fieras salvajes, por estar atentos a los desvaríos de cualquier oveja o cabrita despistada, por sanar las heridas y las enfermedades de los inocentes animales en medio del rebaño. En este contexto de pastores, es que podemos leer las lecturas que nos presenta la liturgia de este día. En efecto, del libro de Jeremías se advierte a todos por parte del profeta: “Que nos cuidemos de aquellos pastores y que cargarán con su culpa los que no supieron cuidar a las ovejas, entiéndase a las almas, que dejaron que se perdieran, se desperdigaran”, y afirmará: “Que va a pedir cuentas a cada una de ellas por la maldad y la ineptitud de sus acciones, y por el contrario, se presenta a Dios por labios del profeta Jeremías, como aquel pastor que reunirá al resto de las ovejas y las conducirá a pastos donde tengan comida abundante”. Hoy descubramos que pastores, en el fondo somos todos los que tenemos una responsabilidad, un compromiso en la formación en valores, en la educación, en iluminar el camino de los demás. Así, por ejemplo, los papás son pastores sobre sus hijos, los maestros son pastores que guían y enseñan no solamente conocimiento técnico y teórico a sus alumnos, sino que les enseñan a descubrir los grandes valores de la vida y a construir proyecto existencial en los años de juventud de sus estudiantes. Los sacerdotes somos pastores con nuestros feligreses, estamos llamados a alimentarles la fe, la esperanza y la caridad a todas las almas a nosotros entregadas; los líderes políticos y empresariales, también son pastores que están llamados a construir sociedades más justas, más humanas. Por eso esa primera lectura de Jeremías, nos invita a descubrir la gran responsabilidad, el inmenso compromiso que en el siglo XXI nosotros, los nuevos pastores, tenemos con tantas personas. Yo en lo personal como sacerdote, siento el compromiso a través de las redes sociales de este mensaje diario que damos, que compartimos con ustedes, de alimentar sus almas, de fortalecer su fe, de animar su esperanza, de encender en caridad sus corazones, de mostrarles la verdad del evangelio, de cuidarlos y defenderlos de tantas ideologías engañosas del mundo: ideologías de consumismo, de materialidad y de egoísmo, que nos vuelve infelices y desdichados en la vida. Hoy te pregunto, ¿cuál es tu tarea como pastor frente a tus hijos si eres mamá o papá, frente a tus empleados si eres jefe, frente a tus estudiantes si eres maestro, frente a tus ciudadanos si eres líder político, en general frente a aquellas personas que tienen responsabilidad? Nos dirá el evangelio de san Marcos, que el pastor fundamentalmente es el que enseña, y así lo señala el capítulo 6 del evangelista Marcos, cuando dice que Jesús con toda paciencia como buen pastor, se pone a enseñarles muchas cosas a sus discípulos. Pero también en un segundo verbo, el pastor es aquel que se compadece, que siente dolor con el dolor de los demás, que sufre con el sufrimiento de las almas a él encomendadas. Jesús se compadeció de la multitud y lo dice claramente: “Porque andaban como ovejas, como almas que no tienen pastor, que no tienen guía”. Finalmente, Jesús en el evangelio, uno, además de enseñar, dos, además de compadecerse, nos enseña el valor de la amistad con el discípulo, cuando los invita a tener intimidad, cercanía con ellos en la comida y en el descanso. Es que, en medio de los atafagos de la actividad apostólica, Jesús sabe ser amigo que comparte la comida, comparte la vida con sus discípulos y también los lleva a lugares solitarios, al descanso, a la oración, al encuentro humano en la amistad. Hoy en nuestro mundo, donde tantas personas viven en familias unipersonales (de un solo miembro), hoy donde le decimos a la soledad que esto es autonomía, hoy cuando sentimos fácilmente depresión en nuestra vida porque somos incapaces de construir relaciones profundas de afecto, de familia, de amistad; preguntémonos estas lecturas que nos hablan del pastoreo en el amor, de la guía con sabiduría de la vida de los demás, qué nos enseñen a cada uno de nosotros a ser verdaderos pastores, guías, maestros y amigos para las personas más cercanas y sobre todo para aquellas personas que se nos ha encomendado, la guía y la orientación de sus vidas. Que el buen Dios te bendiga en abundancia en este día, que te dé sabiduría para ser pastor para tu familia y te llene de luz y de paz. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Amigos, Amistad, Amor, Compadecer, Enseñar, Fortalecer la amistad, Guías, Maestros, Verdaderos pastores, Biblia, Evangelio
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