¡Aménse!
dc.contributor.author | Fundación Amén Comunicaciones | |
dc.date.accessioned | 2024-05-08T21:20:24Z | |
dc.date.available | 2024-05-08T21:20:24Z | |
dc.date.issued | 2024-05-05 | |
dc.description | TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Muy impresionante la lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles, cuando el apóstol Pedro, ante una inclinación para rendir homenaje, una postración de Cornelio ante la persona de Pedro, le dice con humildad y con verdad y realismo: “Levántate Cornelio, no te postres ante mí, que soy un hombre como tú”. Esto muy a propósito de que la obra no sólo de Pedro, el primer Papa de la Iglesia Católica, el gran apóstol, sino la obra de todos los seres humanos, no deja de ser la obra de Dios a través de pobres instrumentos humanos, a través de criaturas hechas del barro de la tierra. Pero nos presenta esta primera lectura de Hechos de los Apóstoles, la discusión si el Espíritu Santo podía descender solamente sobre los creyentes que habían pasado primero por la circuncisión ritual judía de iniciación religiosa, o también podía acontecer el descendimiento, la llegada del Espíritu Santo sobre los paganos, y descubren ellos, así se presenta en la primera lectura de hoy, que también a los llamados paganos que no eran circuncisos como lo era todo el pueblo judío, también a ellos descendió el Espíritu Santo y por eso también se podían bautizar por igual. De hecho, Pedro dirá con sabiduría: “Ahora comprendo con toda verdad, que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta a todo el que tiene temor de Dios y practica la justicia, sea de la nación que sea”. Son las dos condiciones que reconoce el apóstol Pedro, para recibir la vida divina: temor de Dios que es obediencia a las leyes de Dios y vivir en justicia, vivir en rectitud, como se dice por ejemplo de San José, el hombre justo, para señalar el hombre recto, el hombre probo, el hombre íntegro, el hombre sin malicia en su corazón. Pero avancemos a la segunda lectura de hoy, de la primera carta de san Juan, capítulo 4, sin lugar a dudas, el más hermoso texto de todo el nuevo testamento, sobre el misterio del amor. Así empieza el apóstol san Juan diciendo: “Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios”, y nos habla de tres verdades que nunca como creyentes podemos olvidar: “Todo el que ama verdaderamente ha nacido de Dios y conoce a Dios, y quien no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”. En todos los 73 libros de la Biblia, en todos los 27 libros del nuevo testamento, (la segunda parte de la Biblia), no encontramos una acepción más potente, más profunda, más concisa sobre el misterio de Dios, como la que presenta hoy Juan en esta corta primera carta suya, cuando dice: “Dios es amor”. Pero en segundo término dice: “Que el amor se manifiesta, el amor que Dios nos tiene se manifiesta en que envió al mundo a esta tierra, a la humanidad a su Hijo único, para que tengamos vida, vida eterna por medio de Él”. Sabe que estos cuerpos como los de los animales o el de las plantas, nacen, crecen, se reproducen, maduran, se envejecen, se deterioran y mueren, pero la vida divina, la vida de Dios dentro de nosotros permanece si creemos a su Hijo, al que Él ha enviado, para que vivamos por medio de Él. Y concluirá este texto de la primera carta de Juan en el capítulo 4, hablando de en qué consiste verdaderamente el amor de Dios, y afirmará de manera magistral y categórica: “Que el amor no consiste en que hayamos amado nosotros primero a Dios, sino en que Él tomó la iniciativa, Él nos amó primero, y como fruto de ese amor, como expresión de ese amor, nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados, permitiendo que fuera sacrificado en la cruz, en el Gólgota”. En esto consiste el amor, nadie ama primero si Dios no enciende esa chispa, ese primer fuego en el corazón de cada uno de nosotros. Pero estas dos preciosas lecturas, primera y segunda, nos preparan para el evangelio de hoy, que en la misma línea tiene tres enseñanzas eternas para nosotros. La primera, nos reitera lo dicho en evangelios en días precedentes: “Permanezcamos en el amor de Dios” y sólo permaneceremos en el amor de Dios, si guardamos, si obedecemos, si somos dóciles a sus mandamientos que nos piden perdonar, servir, dar la vida, entregarnos. De hecho, lo repetirá en un segundo momento: “Este es mi mandamiento, que se amen unos a otros, pero no de cualquier manera, que se amen unos a otros como Yo los he amado”, y agregará: “Es que nadie tiene amor más grande que aquel que da la vida, (dice aquí) por sus amigos”, pero podríamos decir, una madre por sus hijos, un sacerdote por sus feligreses, un maestro por sus alumnos, un buen gobernante por sus subordinados, los ciudadanos. El amor más grande consiste en dar la vida, y es que quitarle o agregarle a este evangelio es traicionar su mensaje, por eso lo citamos de manera casi literal. Y continuará explicando en esta segunda enseñanza del evangelio, además uno, de permanecer en el amor, dos, de amarnos unos a otros. Dirá Jesús: “Que nos amamos si somos amigos y no siervos, porque el siervo no conoce la sabiduría y los secretos del corazón de su maestro; el amigo por el contrario conoce todo, y Jesús toda la sabiduría del Padre Dios, la ha dado a conocer a sus discípulos que son amigos antes que siervos”. Concluirá el evangelio haciendo una afirmación que en lo personal me conmueve hasta las lágrimas, que la dijo Jesús no solamente a sus discípulos hace dos mil años, sino que hoy la dirige a nosotros, y afirmará de manera enfática: “No son ustedes los que me han elegido, soy Yo, soy Yo quien los he elegido y los he destinado para que vayan y den fruto, y su fruto permanezca en el mundo, de modo que lo que pidan al Padre en mi nombre se los de”. ¡Qué impresionante!, cómo no sentirnos conmovidos al saber que nosotros no elegimos nada, por el contrario, somos elegidos por el amor preferente de Dios, un amor inmerecido porque somos de barro, somos pecadores. Pero cuando a veces, y lo confieso de manera personal, le digo al Señor, ¿por qué me hizo sacerdote?, ¿por qué me llama a evangelizar a través de medios de comunicación y digitales?, ¿por qué me ha dado tantas bendiciones en la vida?, simplemente escucho en mi corazón que el Señor me dice, porque me da la divina gana. Tú puedes sentir lo mismo, porque Dios ha sido tan pródigo contigo en una familia, en tu salud, en tu trabajo, en talentos y capacidades que te ha dado, y el Señor te dirá que es por liberalidad, libremente, por gratuidad, porque le da la divina gana, porque así es Dios y así debemos dejarnos amar por Él. Que el Señor, que sólo es amor, bendiga tu día, tu vida, tus seres amados, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. | |
dc.description.abstract | REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Juan 15, 9-17 Lectura del día de hoy Primera Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10, 25-26. 34-35. 44-48) En aquel tiempo, entró Pedro en la casa del oficial Cornelio, y éste le salió al encuentro y se postró ante él en señal de adoración. Pedro lo levantó y le dijo: “Ponte de pie, pues soy un hombre como tú”. Luego añadió: “Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que fuere”. Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo descendió sobre todos los que estaban escuchando el mensaje. Al oírlos hablar en lenguas desconocidas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes judíos que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se hubiera derramado también sobre los paganos. Entonces Pedro sacó esta conclusión: “¿Quién puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros?” Y los mandó bautizar en el nombre de Jesucristo. Luego le rogaron que se quedara con ellos algunos días. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Salmo del día de hoy Salmo Responsorial Salmo 97 El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad. Aleluya. Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. Segunda Lectura Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (4, 7-10) Queridos hijos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él. El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Evangelio del día de hoy Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-17 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena. Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre. No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. | |
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dc.subject | Amor | |
dc.subject | Conocer a Dios | |
dc.subject | Elegido de Dios | |
dc.subject | Fruto | |
dc.subject | Nacer de Dios | |
dc.subject | Permanecer en Dios | |
dc.subject | Biblia | |
dc.subject | Evangelio | |
dc.title | ¡Aménse! | |
dc.title.alternative | Amar y dar fruto en Dios |
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