¡No dejes de hacer el bien!
Date
2023-01-12
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO
Marcos 1, 40-45
Lectura del día de hoy
Lectura de la carta a los Hebreos (3,7-14):
Como dice el Espíritu Santo:
«Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis el corazón, como cuando la rebelión, cuando la prueba del desierto, donde me pusieron a prueba vuestros padres y me tentaron, a pesar de haber visto mis obras durante cuarenta años; por eso me indigné contra aquella generación, y dije: “Siempre tienen el corazón extraviado; no han conocido mis caminos, por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso.”»
¡Atención, hermanos! Que ninguno de vosotros tenga un corazón malo e incrédulo, que lo lleve a desertar del Dios vivo.
Animaos, por el contrario, los unos a los otros, día tras día, mientras dure este «hoy», para que ninguno de vosotros se endurezca, engañado por el pecado.
En efecto, somos partícipes de Cristo, si conservamos firme hasta el final la actitud del principio.
Palabra de Dios, te alabamos Señor.
Salmo del día de hoy
Salmo 95/ 94,6-7.8-9.10-11
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón»
Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón»
Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masa en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R/.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón»
«Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: “Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso.”» R/.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón»
Evangelio del día de hoy
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45:
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.»
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.»
La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.»
Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES
En la curación del leproso que nos presenta el Evangelio de hoy, hay consideraciones humanas muy especiales.
La primera que encontramos: es que, frente a la súplica que de rodillas formula el leproso diciéndole a Jesús: “Si quieres puedes limpiarme, si deseas puedes curarme de mi lepra”, la expresión que utiliza el evangelista Marcos es preciosa, Jesús sintió lástima, se compadeció de aquel hombre. Esta primera actitud humana, tiene que desafiar y romper la insensibilidad, indolencia, indiferencia, incapacidad para amar, individualismo, que hay en muchos de nosotros hoy día. El Evangelio es sobre todo un mensaje de humanidad, la capacidad de sentir el dolor, el sufrimiento del otro. No puede ser que la vida se me agote en mí mismo y cuanto más, en cuatro o cinco familiares o seres queridos.
En una segunda enseñanza: nos dice que Jesús venciendo todos los paradigmas rituales, acerca de la purificación, toca al leproso quedando Él impuro. Pero entiende que las leyes religiosas de su tiempo no pueden impedir hacer el bien a un hombre. Lo toca efectivamente, quedando impuro desde el punto de vista ritual, pero sabe, que es más importante devolverle la paz, la salud, la alegría de vivir, aquellos que eran completamente marginados en la sociedad de su tiempo, porque más allá de su enfermedad, por demás inocultable, siempre visible, eran separados del seno de su familia, del seno de su comunidad y estaban llamados a vivir en soledad o cuando más con otros leprosos, por temor al contagio comunitario. Esto nos lleva a nosotros a pensar, hasta qué punto ponemos límites a nuestras obras del bien, hasta qué punto nosotros, de alguna manera decimos: no me meto a este barrio pobre, no me meto a este lugar porque considero peligroso, no me entrometo en la vida de este ser humano, pues Jesús se metió en el lugar difícil, con la persona que le podía generar una impureza ritual, y no le importó, nada lo detuvo, con tal de hacer el bien.
Finalmente, encontramos un tercer mensaje: Jesús todo el bien que hace, lo realiza de manera silenciosa, no alardea de su poder, no alardea de su servicio. De hecho, cuando despide a leproso la afirmará: “No se lo digas a nadie”, porque Él quiere que el bien se hagan silencio. Pienso, en algún tipo de fundaciones o voluntariados o algunas empresas que publican el balance social de dicha empresa, para mostrar, wao, como somos de generosos, como somos de caritativos, no. Jesús nos invita a amar, a sanar al otro en sus heridas en silencio, sin alardear, sin hacer aspavientos del bien que podamos realizar, porque sin lugar a dudas perderemos el mérito, y teniendo el aplauso humano, no tendremos el aplauso de Dios.
Que el Señor te bendiga en este día, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Alegría de vivir, Curación del leproso, Hacer el bien silenciosamente, Paz, Purificación, Salud, Si quieres puedes limpiarme, Servir sin límites, Biblia, Evangelio