¡No endurezcan su corazón!
| dc.contributor.author | Fundación Amén Comunicaciones | |
| dc.date.accessioned | 2024-03-07T02:02:24Z | |
| dc.date.available | 2024-03-07T02:02:24Z | |
| dc.date.issued | 2024-03-07 | |
| dc.description | TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES El salmo responsorial de la liturgia de este día, nos hace una exhortación clara: “Ojalá escuchemos hoy la voz de Dios, no dejemos endurecer el corazón”. A propósito de este salmo nos preguntamos, ¿qué puede endurecer el corazón humano?, y puedo señalar de manera genérica tres grandes realidades, que nos hacen personas absolutamente impermeables a la ternura, al amor, a los sentimientos más altos y nobles, y lógicamente a la acción de la gracia de Dios en nuestra vida, impermeables porque se endurece nuestro corazón. Estas tres grandes realidades son el desamor: ¿cuánta gente hoy, es hija o hijo de una historia de desamor familiar?, ¿de desamor y rechazo escolar?, ¿de desamor y abandono quizás de papás, de novias, de novios, de desencanto frente a la vida? Estas personas con alguna probabilidad no siempre, pueden experimentar un endurecimiento en su corazón, una incapacidad para dar el amor que ellas mismas reclaman a la vida y a los demás que no han recibido. Pero una segunda característica de la persona que tiene endurecido su corazón, es aquella que vive en el pecado, que se acuesta cada día y se levanta cada mañana en situación de pecado. Es que el pecado en un primer momento de la vida, nos hace remorder la conciencia, se siente como una herida abierta, y uno dice, esto no está bien del todo. Pero cuando tú te acostumbras al pecado, pareciera que tú conciencia se cauteriza, que tu conciencia se cicatriza y ya no te reclama esa voz de Dios que habla en la conciencia, (sagrario humano), no te reclama y te parece que todo es normal. Coloco ejemplos que he reconocido en mi vida como sacerdote. Cuando uno escucha a un sicario, (el que mata por dinero), el primero o el segundo, muertos, tal vez le remuerde la conciencia, pero luego ella se cicatriza, se cauteriza, se endurece y ya siente que es de lo más natural, y hasta se atreven a decir que es una profesión, un trabajo, un empleo más en la vida, matar personas por dinero. ¡Que locura de ceguera y de insensatez humana! Coloco un segundo ejemplo. Cuando una persona se mete con un hombre o una mujer casados, al principio sienten que dañan una relación matrimonial, de familia o de hogar, les remuerde la conciencia. Luego les parece con el paso del tiempo, es lo más normal y se dan argumentos falsos de esta índole: no, yo amo a esa mujer, ese hombre, él o ella me aman a mí, aquí no había nada en este matrimonio, yo no estoy haciendo nada malo. Cómo buscamos silenciar la conciencia, cómo se endurece nuestro corazón, porque vivimos en pecado de manera continuada, y lo que al principio nos lastimaba, nos gritaba, esto no está bien, nos gritaba el corazón, ya hoy lo hemos normalizado. Así ocurre con una mujer que aborta la primera vez, siente que le falló a la vida y a su misión como madre, pero en el tercer o cuarto aborto, le parece que es lo más normal cuidar su cuerpo, no asumir la responsabilidad de una nueva vida y el corazón se cauteriza. Pero además del desamor y del pecado continuado, hay una tercera realidad que hace que el corazón se endurezca: todo sufrimiento que en la vida no se asume desde el amor y desde la fe en Dios, tiende a amargarnos, a endurecernos. El mundo está lleno de personas amargadas, intoxicadas, dañadas interiormente; descúbrelas, cuando en la conversación cotidiana o en lo que publican en sus redes sociales, todo es malo, nadie sirve, todo lo cuestionan, todo lo critican, parece que la vida es un tedio para ellas o para ellos. No permitamos que el sufrimiento que todos hemos tenido en la vida y con toda probabilidad sufrimientos injustos, nos amarguen, nos endurezcan el corazón. Hoy es un poco lo que nos muestra el evangelio, cuando Jesús realizando una acción totalmente buena, liberar a un hombre de su mudez, de la enfermedad y del espíritu del mal que había en él, mientras la multitud de hombres y mujeres sencillos de corazón se admiraban, otros que se decían a sí mismos ilustrados e importantes, cuestionan y sospechan de Jesús y dicen: “Éste no sana y no expulsa el demonio por el dedo, el poder de Dios, sino que lo hace con el poder de Beelzebú, el príncipe de los demonios”. Esa es la realidad, siempre habrá personas que valoren, que agradezcan, que se maravillen por tu buena vida, por tu bondad, por tu generosidad, por tu nobleza humana; y también, y no te escandalices, siempre existirán personas que aunque hagas milagros, nunca creerán en ti. Lo ha vivido la Iglesia durante 2000 años, siempre habrá creyentes, personas de buen corazón, sencillas y humildes, que ponen su fe en Dios y viven su práctica religiosa, cristiana y católica con devoción y con autenticidad, y siempre habrá personas que por más que vean santos, héroes, mártires dentro de la Iglesia, siempre sospecharán de la Iglesia, siempre criticarán a los miembros de la Iglesia, siempre hablarán mal de toda la jerarquía dentro de la Iglesia. Es la realidad, de hecho, llama la atención la reacción frente a la autoridad de Jesús, admirados repetimos había unos, pero otros piden pruebas y cizañeros dicen, que es con el poder del mal: “Palo porque boga, palo porque no boga”. En el fondo Jesús, con gran libertad interior responderá a los detractores de siempre, a los enemigos graduados que muchas personas tienen, dirá: “Es que todo reino dividido va a la ruina, y si yo libero de satanás a un hombre con la acción y el poder de satanás, es que satanás está dividido”, lo que quiere señalar Jesús es que es un total contrasentido, una total contradicción lo que exponen sus detractores, y simplemente dice: “Que el Reino de Dios está llegando a todos, porque lo que Él hace sanar y liberar del mal, lo hace con el poder de Dios”. Hoy, que nuestro corazón no se endurezca, que no pequemos por ignorancia frente a Dios, que no lleguemos al final de la vida rebeldes, desobedientes, rechazando a Dios, que no lo pongamos a prueba como nos dice el salmo responsorial de hoy, que escuchemos y guardemos la voz y el mensaje que Dios hoy tiene para nuestra vida. Que el Señor, que conoce como nadie tu corazón, lo ablande, que no lo dejes endurecer, que la vida es bella más allá de toda la oscuridad que hayas vivido o padecido, y te bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. | |
| dc.description.abstract | REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Lucas 11, 14-23 En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada. Pero algunos decían: "Éste expulsa a los demonios con el poder de Belzebú, el príncipe de los demonios". Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: "Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios con el dedo de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama". Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús. | |
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| dc.identifier.uri | https://drive.google.com/file/d/14rC27w6377vi5amWG_Nl0qP8bLRMkZQO/view?usp=drive_link | |
| dc.subject | Amor | |
| dc.subject | Asumir | |
| dc.subject | Corazón | |
| dc.subject | Desamor | |
| dc.subject | Dios | |
| dc.subject | Fe | |
| dc.subject | Pecado | |
| dc.subject | Piedra | |
| dc.subject | Sufrimiento | |
| dc.subject | Biblia | |
| dc.subject | Evangelio | |
| dc.title | ¡No endurezcan su corazón! | |
| dc.title.alternative | Dureza del corazón |
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