¡Permanece en Cristo, para dar frutos!
| dc.contributor.author | Fundación Amén Comunicaciones | |
| dc.date.accessioned | 2024-05-08T19:58:55Z | |
| dc.date.available | 2024-05-08T19:58:55Z | |
| dc.date.issued | 2024-05-01 | |
| dc.description | TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES El precioso evangelio de san Juan en el capítulo 15, nos muestra una de las más bucólicas imágenes acerca de la persona divina de Jesús. En efecto, Jesús se identifica con los grandes viñedos, (cultivos de la vid) que existían en su época, y habla claramente como Él es la verdadera vid, y estamos llamados a dar fruto en la medida en que el Padre Dios sea nuestro labrador, cultive con esmero el arbusto de la vid. A renglón seguido afirmará: “Todo sarmiento, toda planta de vid que dé fruto, el Padre Dios la podará para que dé fruto más abundante, y, por el contrario, si no da fruto, no sirve para nada, será arrancada y tirada al fuego”. De este texto evangélico aprendamos tres enseñanzas universales y eternas, aplicadas no solamente a los cultivos de la vid o viñedos, sino aplicadas sobre todo a nuestra vida personal. Primera enseñanza, tú y yo estamos llamados en la vida a dar fruto, nuestra existencia no puede ser estéril, no podemos llegar al final de nuestra historia, el día de nuestra muerte, sin haber dado frutos de justicia, de servicio, de amor y donación por los demás. De manera simple, tenemos que dejar el mundo cuando partamos de él, un poco mejor de como lo hemos encontrado, pensando en las nuevas generaciones. Pero Jesús hace una precisión definitiva: “Sin Él, sin Jesucristo, nada podemos hacer”. Hoy me parece que estamos frente a una de las más luminosas expresiones de todo el nuevo testamento, cuando pretendemos torpemente dar frutos desde nuestras capacidades, nuestra inteligencia, nuestra intuición, olvidando que sólo hay frutos espirituales, frutos de vida eterna y verdadera, si estamos apoyados en Dios, unidos a Jesús tan vitalmente, como vitalmente está unida la rama al tronco del árbol. Hoy, si te preguntas, ¿qué he hecho de mi vida?, ¿por qué no he dado frutos abundantes?, ¿por qué en mi matrimonio las cosas no se dan?, ¿por qué tus hijos han salido de tal o cual manera?, pregúntate si has estado unido profundamente a Cristo y sólo por esa unidad podrás dar frutos verdaderos. Pero viene un segundo mensaje que de alguna manera es una advertencia para todos nosotros: “Si nos pasan los años, si transcurre nuestra vida sin dar frutos, nos secaremos, seremos tirados fuera a la calle y seremos echados al fuego eterno”. Recordamos en esta misma línea la función de la sal, aquella, aquel ingrediente de la vida doméstica que da sabor a los alimentos, que los conserva y los sazona; la sal, en definitiva, da sabor a la vida, y la sal, que pierde su capacidad de sazonar y de salar, simplemente se tira a la calle para ser pisoteada. Lo mismo pasará con nosotros si como viñedos no damos frutos, simplemente seremos arrancados de la tierra, por tanto, nos secaremos y seremos tirados afuera para ser pisoteados y, en definitiva, para ser quemados. ¡Que advertencia! Hoy pregúntate: ¿en tu vida hay frutos de eternidad o tu vida ha sido estéril y piensa en el futuro que te espera? Terminamos nuestra reflexión, retomando el texto precioso de Jesús cuando afirma: “Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que deseen y se realizará, se cumplirá”. Cuatro veces aparece en el evangelio de hoy una invitación de Jesús: “Permanezcan en mí”, ¡permanecer en su amistad!, ¡permanecer en su amor!, ¡permanecer en su Espíritu de vida nueva! Es que he visto tantas personas en mi vida como hombre y como sacerdote, que, en principio muy entusiasmadas, se acercan a Jesús con ocasión de una crisis personal, o también de un retiro espiritual, pero pasan los meses y prontamente se enfrían. Hoy el gran verbo sustantivado que aparece en el evangelio es este: ¡Permanece en Mí!, si no estamos unidos y perseverantes en el tiempo a Jesús, no daremos verdaderos frutos; por el contrario, si permanecemos en Jesús y perseveramos en su amor, sus palabras producirán abundantes frutos en nosotros, y todo lo que pidamos por las almas y para el bien de las almas se nos concederá. Padre de familia, sacerdote, empresario que luchas por una familia, una comunidad o una empresa mejor, tal vez has tenido frutos exiguos, pequeños en tu familia, en tu ministerio sacerdotal, en tu empresa, porque quizás no has permanecido profundamente, en la vida divina de Jesús, como la rama del viñedo recibe la savia vital, la savia del Espíritu, del tronco del árbol, que es el mismo Jesucristo. Que el Señor te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. | |
| dc.description.abstract | REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Juan 15, 1-8 Lectura del día de hoy Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 15, 1-6: En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia. Ellos, pues, enviados por la Iglesia provistos de lo necesario, atravesaron Fenicia y Samaría, contando cómo se convertían los gentiles, con lo que causaron gran alegría a todos los hermanos. Al llegar a Jerusalén, fueron acogidos por la Iglesia, los apóstoles y los presbíteros; ellos contaron lo que Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron, diciendo: «Es necesario circuncidarlos y ordenarles que guarden la ley de Moisés». Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto. Palabra de Dios. Te alabamos Señor. Salmo del día de hoy Salmo (122) 121,1-2.4-5 R/.Vamos alegres a la casa del Señor ¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestro pies tus umbrales, Jerusalén. R/. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor. R/. Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/. Evangelio del día de hoy Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-8: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos». Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús. | |
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| dc.subject | Frutos de eternidad | |
| dc.subject | Frutos de vida eterna | |
| dc.subject | Frutos de vida verdadera | |
| dc.subject | Frutos espirituales | |
| dc.subject | Fidelidad | |
| dc.subject | Permanecer | |
| dc.subject | Vida estéril | |
| dc.subject | Biblia | |
| dc.subject | Evangelio | |
| dc.title | ¡Permanece en Cristo, para dar frutos! | |
| dc.title.alternative | Permanecer en Dios |
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