¡Florecerá la justicia y la paz!
dc.contributor.author | Fundación Amén Cominicaciones | |
dc.date.accessioned | 2023-12-14T20:25:07Z | |
dc.date.available | 2023-12-14T20:25:07Z | |
dc.date.issued | 2023-12-05 | |
dc.description | TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES En el salmo responsorial que la liturgia de la Iglesia nos presenta en este día, decimos jubilosos: “Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente”. Si bien este salmo fue escrito hace más de 3000 años, hoy tiene toda la vigencia, tiene toda la pertinencia, para las circunstancia de nuestras vidas, de nuestro mundo, donde falta tanta justicia y donde falta tanta paz en los corazones, en las familias, en las sociedades y entre las naciones. Por eso es bellísimo el capítulo 11 de Isaías que nos presenta hoy la primera lectura, cuando el profeta, anuncia la llegada siglos después, de aquel que brotará como un renuevo del tronco de Jesé, y su raíz florecerá como la de un vástago, será el lleno del Espíritu Santo y precisará los dones del Espíritu que llenarán su vida, espíritu de sabiduría y entendimiento, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor, que no es nada distinto, sino respeto a Dios y a sus leyes. Pero continuará afirmando, que este rey prometido al pueblo elegido, no será injusto, no juzgará a nadie por apariencias, no sentenciará o proclamará sentencia de nadie, simplemente de lo que ha oído, sino que por el contrario, juzgará a los pobres con justicia, y a los sencillos los sentenciará con rectitud de corazón, pero también tendrá el coraje para golpear al violento con la vara de su boca y con el soplo de sus labios, hará morir al malvado que se siente lleno de autosuficiencia por encima del juicio de Dios. Pero tal vez, la parte más hermosa del texto de la primera lectura de hoy de Isaías 11, nos muestra claramente, cómo llegará la paz y la justicia, la armonía y el equilibrio a la obra creada por Dios, y de una manera casi poética afirmará Isaías: “Que el lobo y el cordero, victimario y víctima, el leopardo y el cabrito, el león y el ternero, el oso y la vaca, en principio animales antagonistas como el león y el buey, todos comerán juntos, pasearán juntos, se tumbarán en los pastizales juntos, porque ha llegado la paz cósmica, la paz de Cristo Niño a toda la obra creada por Dios”. Continúa poéticamente Isaías diciendo: “Que el Niño recién nacido que todavía se amamanta del pecho de su Madre, jugará en el escondrijo de la serpiente, y aun recién destetado extenderá la mano hasta la madriguera del áspid, pero no le causará ningún daño ni estrago en toda la montaña santa de Dios, porque está lleno esta región, de la sabiduría de Dios, así como las aguas están llenas o mejor el mar está lleno, de las aguas que la colman”. Es una mirada bellísima, una mirada nostálgica, frente a un mundo que ha vivido en guerra y donde creemos en las promesas de Dios a través de Isaías, de que Cristo bebé, Jesús Niño con su Navidad, con su nacimiento, traerá una nueva dimensión de relaciones, de paz, de equilibrio, de armonía, de justicia entre los hombres. Así lo canta el salmo de hoy cuando afirma: “En sus días florezca la justicia y la paz, hasta que falte la luna, Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector. Él se apiadará del pobre y del indigente y salvará la vida del necesitado, Él sea la bendición de todos los pueblos y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra” Pero ahora pasemos al evangelio de Lucas capítulo 10, cuando Jesús da gracias al Padre Dios, Señor de cielo y tierra, porque la sabiduría profunda y misteriosa del evangelio, se revela a los simples y pequeños de corazón y se esconde a los inteligentones, a los orgullosos intelectuales, a los sabelotodo de esta tierra, que siempre los ha habido, los hay y probablemente los habrá. Es que es difícil encontrar una persona llena de sabiduría humana y simple en su corazón, es una combinación extraña estas tres palabras por la letra ¡S!, ser un hombre sabio por S, pero a la vez sencillo y simple, palabras que inician por la letra S. Dios reconoce que sólo el pequeño de corazón es capaz de asumir, como un niño se confía en los brazos maternales de mamá, así el cristiano, el creyente se confía a la vida divina que le ofrece Jesús. En un segundo momento, Jesús reconocerá que el misterio del Padre Dios, no lo puede conocer nadie si primero no conoce el misterio y la inteligencia y sabiduría que hay en el Hijo Jesús, y de igual manera nadie conoce la sabiduría de Jesús Hijo, si el Padre Dios no se lo da en revelar. Concluirá el evangelio llamando Bienaventurados, a los hombres y mujeres de la generación de Jesús, porque ellos vieron con la retina de sus ojos, y ellos escucharon el timbre y la cadencia de la voz del Hijo de Dios, la Palabra encarnada. En algún momento de la vida, a 2000 años de la visita y la presencia del Jesús hombre a nuestra tierra, nosotros hemos siempre tenido una nostalgia interior, cómo hubiera sido de hermoso ver a Jesús a sus ojos, escuchar el timbre, y la voz serena que salía de su boca, conocer sus ademanes. Pero esa dicha, ese privilegio lo tuvieron sólo los de su generación, y sin embargo, ¡oh paradoja!, muchos de ellos no le creyeron. Hoy sintámonos bienaventurados y extendamos esta bendición de la parte final del evangelio de hoy, si en verdad creemos en Jesús y le creemos al mensaje de Jesús, porque hay muchas personas hoy, que de palabra dicen que creen en Jesús, pero con su vida disipada, con su existencia mundana, con su frialdad en la oración, con su falta de solidaridad, de sentido de justicia, de amor y de perdón, desdicen de su nombre de cristianos. Que el Señor te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. | |
dc.description.abstract | REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Lucas 10, 21-24 Lecturas del día de hoy: Primera Lectura: Isaías 11, 1-10: Sobre él se posará el espíritu del Señor. Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada. Palabra de Dios. Te alabamos Señor. Salmo del día de hoy: Salmo 72/71, 1-2.7-8.12-13.17: Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente. Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente. Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente. Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará, del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres. Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente. Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol: que él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente. Evangelio del día de hoy: Lucas 10, 21-24: Jesús, lleno de la alegría del Espíritu Santo. En aquel tiempo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó Jesús: – «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.» Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: – «¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.» Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús. | |
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dc.subject | Confianza | |
dc.subject | Conocer | |
dc.subject | Dios | |
dc.subject | Fe | |
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dc.subject | San Lucas | |
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dc.title | ¡Florecerá la justicia y la paz! | |
dc.title.alternative | Creerle a Dios |
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