¡Se les dara el espiritu de la verdad

dc.contributor.authorFundación Amén Comunicaciones
dc.date.accessioned2024-04-10T23:59:21Z
dc.date.available2024-04-10T23:59:21Z
dc.date.issued2023-05-14
dc.descriptionTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Tres ideas centrales nos presenta el evangelio de este domingo, la primera muy en la línea de los evangelios precedentes de esta semana: “Si me aman, guardarán mis palabras”. Sólo el amor a Dios se expresa por obediencia a Dios, y repetimos lo que decíamos en alguno de los evangelios de estos días, somos tan dóciles, y entendemos tan fácilmente la obediencia ciega a las leyes humanas, leyes civiles, penales, laborales, comerciales, financieras; leyes económicas, aún leyes culturales, pero no entendemos la obediencia a la ley sabia, a la ley eterna, a la ley universal, a la ley perfecta de Dios. A veces se nos da en pensar que son mandamientos anticuados porque a algún ser humano se le ocurrió decir esto; créanme, en los mandamientos de Dios sólo hay sabiduría, caminos de libertad y de realización personal. Pero hay un segundo mensaje en el evangelio de hoy, y es la promesa bendición de Jesús. Cuando estamos ya a un par de semanas de la fiesta de Pentecostés, Jesús anuncia el envío del Espíritu Santo, lo llama el defensor, el Espíritu de la verdad, de alguna manera el Maestro interior, para no vivir un auto engaño en la vida; y en eso hoy te hago una reflexión: ¿sientes que vives en la verdad?, que no te acontezca como algunas personas que conozco, que le pasan los años y dicen, me equivoqué: me entregué a trabajar, me entregué a producir, se me olvidó compartir con la familia, se me olvidó vivir; que no te pase como algunas personas, me creí la mentira del mundo y pensé que podía vivir de las apariencias ante los demás, de la vanidad de presentarme exitoso y triunfador ante los otros; pero me siento ahogado, solitario y frustrado. Hoy reconoce que el Espíritu Santo se le da a aquel hombre de sincero corazón, que con una fe profunda se abre a la acción de Dios en su vida; hoy reconoce que el Espíritu Santo se da a aquel que obedece las palabras sabias de Dios, y hoy reconoce que el Espíritu Santo se da a aquél que en oración humilde pide las bondades, las gracias, carismas y dones de Dios, del Espíritu de Dios. Habría una tercera y última idea o mensaje en el evangelio que hoy nos presenta este domingo, y es que de alguna manera, el mundo no entiende fácilmente el mensaje cristiano, porque no ha tenido la posibilidad de conocer y recibir el Espíritu Santo. Muchas personas que a veces nos parecen chocantes porque no comparten nuestra fe, no lo son, son buenos seres humanos, simplemente no han conocido el amor de Dios. Concluyamos diciendo, que no hay verdadero anuncio del evangelio, no hay auténtica misión, ni evangelización profunda, sin la acción del Espíritu Santo en nuestra vida; y su acción fundamental es santificarnos. Hoy el más grande servicio que puedes prestar a la Iglesia, más allá de una obra social, más allá de un mensaje evangélico comunicado en redes o en medios de comunicación, es tu santidad personal. El santo ilumina con la luz de Cristo, el santo habla con la verdad de Cristo, el santo fortalece, y consuela al mundo con la fortaleza y el consuelo de Cristo; el santo es por excelencia presencia de Cristo en el mundo. Hoy nos hemos cansado de hablar, la palabra se ha desgastado, hablan los comunicadores, hablan los maestros, hablan los sacerdotes, habla el mundo, pero ese hablar se nos ha vuelto parloteo; hoy se necesitan hombres y mujeres ungidos, que como nos dice la segunda lectura de este domingo del apóstol Pedro, sepamos dar razón de nuestra esperanza y aún estemos dispuestos a padecer, haciendo el bien a los demás y viviendo incomprensiones. Señor, dame el coraje de anunciarte, Señor, dame el fuego de tu Espíritu para que la palabra y el testimonio de mi vida sea luz que anime a otros para permanecer en el recto obrar. Que el Señor te bendiga en este día, en el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
dc.description.abstractREFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Juan 14, 15-21 Primera lectura del día de hoy Hechos 8, 5-8. 14-17: En aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba allí a Cristo. El gentío escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacia, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos, paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría. Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que Samaria habla recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por los fieles, para que recibieran el Espíritu Santo; aún no habla bajado sobre ninguno, estaban sólo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo. Salmo del día de hoy Salmo 65, 1-3a.4-5. 6-7a. 16.20 Aclamad al Señor, tierra entera. Aclamad al Señor, tierra entera, tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria; decid a Dios: «Qué temibles son tus obras.» Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres. Transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos con Dios, que con su poder gobierna eternamente. Fieles de Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo. Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su favor. Segunda lectura del día de hoy 1 Pedro 3,1 5-18: Queridos hermanos: Glorificad en vuestros corazones a Cristo Señor y estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere; pero con mansedumbre y respeto y en buena conciencia, para que en aquello mismo en que sois calumniados queden confundidos los que denigran vuestra buena conducta en Cristo; que mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal. Porque también Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Evangelio del día de hoy Juan 14, 15-21: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.» Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
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dc.subjectAcción de Dios
dc.subjectCorazón sincero
dc.subjectEspíritu Santo
dc.subjectFe profunda
dc.subjectFuerza de lo alto
dc.subjectObedecer a Dios
dc.subjectPoder de Dios
dc.subjectVerdad
dc.subjectBiblia
dc.subjectEvangelio
dc.title¡Se les dara el espiritu de la verdad
dc.title.alternative¡No les dejaré huéfanos, volveré a ustedes!
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