¡El que no ama, está muerto!
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2024-01-05
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO
Juan 1, 43-51
En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le dice:
– «Sígueme.»
Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice:
– «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó:
– «¿De Nazaret puede salir algo bueno?»
Felipe le contestó:
– «Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
– «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta:
– «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde:
– «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
Natanael respondió:
– «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó:
– «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.»
Y le añadió:
– «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
Description
TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES
Encontramos la preciosa carta tomada de la primera Carta del apóstol san Juan en el capítulo 3, versículos 11 al 21, que la liturgia de la Iglesia nos presenta en este día, cuando afirmará en palabras del apóstol Juan: “Este es el mensaje que han oído desde siempre, que nos amemos unos a otros”, e invita san Juan: “A que no procedamos como Caín, que procedía del maligno, del demonio, y por eso asesinó a su hermano, porque sus obras eran malas, mientras las obras de su hermano Abel eran justas y agradables a Dios”.
Luego Juan, que es tan denso y tan profundo en su intuición teológica, en su experiencia de Dios, afirmará: “No les sorprenda hermanos, que el mundo los odie, es parte de la dinámica de la vida, lo hicieron con Jesús, no esperemos nada distinto los seguidores del Señor. Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos”. Y afirmará de manera categórica, una frase perturbadora si se quiere, pero profundamente disiente: “El que no ama permanece en la muerte”.
Hoy preguntémonos, en los primeros días de este nuevo año, ¿si en nuestro corazón hay amor o si, por el contrario, estamos muertos interiormente? Y para que no quede duda sobre esta afirmación, continuará san Juan en su primera carta diciendo: “El que odia a su hermano es un homicida, y ya saben que ningún homicida lleva permanentemente en sí, la vida eterna de Dios”.
Hoy, como un gran propósito del nuevo año, preocúpate, preocúpate, por no alimentar, por no guardar, por no engordar, rencores, rabias, resentimientos contra nadie. No podemos caer en esa trampa de enfrentar hombres contra mujeres, mujeres contra hombres, jóvenes contra mayores, mayores contra jóvenes; ricos contra pobres, pobres contra ricos, empleadores contra empleados, empleados contra empleadores. No podemos fragmentar más nuestra sociedad, es del diablo no es de Dios toda división, que se fomente desde la ideología o desde ciertas políticas.
Pero continúa esta carta preciosa de san Juan diciendo: “Hemos conocido el amor de Dios a partir de un hecho puntual, en que Dios en su Hijo Jesucristo, dio su vida en la cruz por nosotros” y nos invita a renglón seguido: “También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos”. Concluirá la carta diciendo: “Hijos míos, no nos amemos solo de palabra, de labios, sino con la verdad y con las obras de cada día”.
Pero avancemos en nuestra reflexión y miremos el texto lindo, del evangelio también de san Juan, ya no su primera Carta, sino el evangelio propio del apóstol, cuando en un llamamiento a Felipe a su seguimiento, a seguir a Jesús, este, Felipe se encuentra con Natanael y le dice: “Aquél del que profetizaron Moisés en la ley y los mismos profetas del Antiguo Testamento, lo hemos encontrado”. Andrés es el cauce, es la intermediación, el intermediario, para que Natanael o Bartolomé, encuentre a Jesús. Felipe, le contesta: “Ven y verás”, a la pregunta de Natanael, “¿si de Nazareth puede salir algo bueno?”, porque sabía que el gran rabino que querían seguir, era originario de Nazareth. La respuesta de Jesús al ver a Natanael, no puede ser más impactante: “Ahí tienen a un israelita de verdad en quien no hay engaño, un hombre limpio de corazón”.
Natanael que estaba hasta cierto punto reticente a recibir a Jesús, que lo había cuestionado por su origen Nazarethano, se quebranta y le pregunta: “¿De dónde me conoces?”, y Jesús le responde: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo del arbusto de la higuera”. Esto lleva, a que Natanael quebrante su corazón, a que pase de la incredulidad a una vida creyente, a que de un paso del escepticismo a la fe. Nos preguntamos, ¿qué ocurrió tan especial debajo de la higuera?, no lo sabremos si no en la vida eterna, por ahora es un secreto entre Jesús y este nuevo apóstol Natanael, y simplemente sabemos que él quebrantado, Natanael, hace una profesión de fe de Jesús diciéndole: “Rabí, Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el verdadero Rey de Israel”. Jesús simplemente le dice: “¿Porque te he dicho que alcancé a verte debajo de la higuera ahora tienes fe, ahora crees?”, y le hace una promesa bendición: “Te lo aseguro, has de ver cosas mayores”, y añadirá Jesús: “En verdad, en verdad les digo, verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar, sobre el Hijo del Hombre”.
Tú y yo tenemos momentos de nuestra vida, como Natanael que debajo de la higuera, somos de alguna manera desnudados en nuestro ser profundo, y somos reconocidos por Jesús.
Hoy, más allá de preguntarnos qué aconteció debajo de la higuera, digámosle al Señor al comienzo de este nuevo año, guíame, Tú eres mi Señor, tú eres mi Maestro, tú eres el Hijo del Dios vivo.
Que el Señor te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Alimentar, Amor, Guardar, Paz interior, Rabia, Rencores, Resentimientos, Sentir, Biblia, Evangelio