¡Hambre de Dios!
Date
2023-04-21
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO
Juan 6, 1-15
Lectura del día de hoy
Libro de los Hechos de los Apóstoles 5,34-42:
En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a aquellos hombres y dijo:
– «Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con estos hombres. No hace mucho salió un tal Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a todos sus secuaces, y todo acabó en nada.
Más tarde, cuando el censo, salió judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y dispersaron a todos sus secuaces.
En el caso presente, mi consejo es éste: No os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se dispersarán; pero, si es cosa de Dios, no lograréis dispersarlos, y os expondríais a luchar contra Dios.»
Le dieron la razón y llamaron a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando el Evangelio de Jesucristo.
Salmo del día de hoy
Salmo 27/ 26,1.4.13-14:
Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?
Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Evangelio del día de hoy
Del Evangelio de San Juan 6,1-15:
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:
– «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?»
Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó:
– «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.»
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
– «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?»
Jesús dijo:
– «Decid a la gente que se siente en el suelo.»
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
– «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.»
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
– «Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.»
Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
Description
TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES
Hablemos del evangelio de hoy, sin lugar a dudas, uno de los acontecimientos que más impresionó a la Iglesia primitiva, fue la multiplicación de pan y pescado para una gran multitud de personas, milagro que está documentado seis veces en los cuatro evangelistas, dos veces en Mateo, dos en Marcos, una en Lucas, y esta última en san Juan, la que estamos meditando.
¿Pero que descubrimos a partir de esta multiplicación de los panes y los peces?, reconocemos toda la introducción al gran prodigio que Jesús hará, dando el pan de su propia vida a los hombres, pero primero saciando su hambre material.
En efecto, Jesús toma la iniciativa, busca a Felipe y el mismo se interroga: “¿Qué necesitarán para comprar alimento para tantas personas?”, pero el mismo evangelista hace la precisión, que Jesús simplemente quería tantear a Felipe, pues bien sabía lo que iba hacer.
Se nos habla de un Jesús pastor, que precisamente sobre un pastizal alto, buenos pastos, buenos campos, lleva a sus ovejas; se nos habla de cómo hay una total desproporción entre la cantidad de panes y peces y la multitud inmensa, cerca de 5000 hombres, para mostrar la sobreabundancia de los dones mesiánicos, la vida divina que no tiene límites.
Hoy reconocemos a partir de este gran milagro que Jesús quiere anticipar, anunciar, construir la imagen de lo que es el gran pan, el gran don para el mundo, el pan de la vida prefigurado en la Eucaristía. Más allá de quedarnos ciertamente en la caridad operada con los hambrientos, en la compasión que sintió por los necesitados, en reconocer la comunión y solidaridad con aquellos que estaban sin nada que comer, reconocemos que Jesús quiere mostrar un signo más alto, más noble, más elevado; quiere mostrar la sacramentalidad de esta acción narrada en san Juan y señalar como veremos a lo largo de todos los evangelios sucesivos, como Jesús es el pan de la vida, que quita el hambre de Dios que hay en el corazón humano.
Hoy reconozcamos una verdad profunda que es la gran enseñanza para nuestra vida, cuando construimos nuestra existencia en Dios, cuando nos alimentamos en Dios, las necesidades humanas de alguna manera son menguadas grandemente, son atendidas; cuando construimos nuestra vida, cuando sentimos que es el Dios de la vida el que alimenta y nutre nuestra existencia, reconocemos que no hay lugar para la soledad, los desconsuelos, las pobrezas afectivas y humanas; no hay lugar para ese vacío existencial que muchas veces manejamos en nuestra vida, porque Él, el Señor, el pan de la vida como se nos presentará en el evangelio de los próximos días, es capaz de saciar el hambre más profunda que hay en todo ser humano, el hambre de Dios.
Seguiremos analizando este evangelio y concretamente este capítulo seis de san Juan, hoy simplemente di, Señor, gracias por darme pan a mi vida, Señor, gracias por alimentar y atender mis necesidades.
Que el buen Dios te bendiga en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Alimentar, Certeza, Corazón, Don para el mundo, Eucaristía, Multiplicación de los panes, Pan, Vida eterna, Biblia, Evangelio