¡El Señor es mi luz y mi salvación!
Date
2024-12-06
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO
Mateo 9, 27-31
Lecturas del día de hoy:
Primera Lectura: Is 29, 17-24: Aquel día verán los ojos de los ciegos.
Así dice el Señor:
«Pronto, muy pronto, el Líbano se convertirá en vergel, el vergel parecerá un bosque; aquel día, oirán los sordos las palabras del libro; sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos.
Los oprimidos volverán a alegrarse con el Señor, y los pobres gozarán con el Santo de Israel; porque se acabó el opresor, terminó el cínico; y serán aniquilados los despiertos para el mal, los que van a coger a otro en el hablar y, con trampas, al que defiende en el tribunal, y por nada hunden al inocente.»
Así dice a la casa de Jacob el Señor, que rescató a Abrahán: «Ya no se avergonzará Jacob, ya no se sonrojará su cara, pues, cuando vea mis acciones en medio de él, santificará mi nombre, santificará al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel.»
Los que habían perdido la cabeza comprenderán, y los que protestaban aprenderán la enseñanza.
Palabra del Señor. Te alabamos Señor
Salmo del día de hoy:
Salmo (27)26, 1.4.13-14:
El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
El Señor es mi luz y mi salvación.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.
El Señor es mi luz y mi salvación.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
El Señor es mi luz y mi salvación.
Evangelio del día de hoy:
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 9, 27-31:
En aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando:
– «Ten compasión de nosotros, hijo de David.»
Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo:
– «¿Creéis que puedo hacerlo?» Contestaron:
– «Sí, Señor.»
Entonces les tocó los ojos, diciendo:
– «Que os suceda conforme a vuestra fe.»
Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente:
– «¡Cuidado con que lo sepa alguien!»
Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.
Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
Description
TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES
En la memoria litúrgica del obispo san Nicolás, que en la tradición de los siglos se ha llamado santa Claus o aun Papá Noel, y que ha dado un poco de sentido a la Navidad por tratarse de un obispo caritativo que se desprendía de sus bienes para dar regalos a los niños y comida a los pobres. El mundo comercial ha desplazado un poco el centro de nuestra fe, que es Cristo, el Redentor, y ha llamado a la Navidad, no el nacimiento, natividad del Niño Redentor, del Niño Divino, sino que se ha centrado un poco más, lo repetimos en la figura del obispo san Nicolás o santa Claus (como popularmente se le dice), para buscar de alguna manera impulsar las compras y los regalos, ya que este santo bispo era un hombre que regalaba todo en su vida, especialmente a los necesitados. Está muy bien por san Nicolás, Obispo o Papá Noel o santa Claus, pero está mucho mejor por Dios Salvador, Dios Redentor, que los santos por grandes que sean, no dejan de ser meros hombres con múltiples limitaciones; pero nuestra fe es cristocéntrica, centrada en la persona divina de Jesús el Cristo, esto es, el Ungido, el enviado por Dios.
Pero hablemos de las lecturas preciosas por demás, leyendo todos estos primeros días del Adviento al profeta Isaías, él nos trae hermosas promesas del Señor. Y hablando del Líbano, un país que ahora nos es conocido, desafortunadamente por los violentos ataques y guerra que allí se libra, ubicado en el norte de la actual Israel, noreste o nororiente, es la zona más fértil de todo este sector que llamamos la Tierra Santa. Y nos dirá en la fertilidad precisamente de sus tierras: “Que el Líbano se convertirá en vergel, en jardín y el vergel en bosque de grandes árboles (que tienen fama), los cedros del Líbano”. Nos habla también: “De cómo los enfermos, concretamente los sordos, escucharán, los ciegos verán, los oprimidos se alegrarán, los pobres se llenarán de júbilo, desaparecerá el violento y será aniquilado el corrupto, el inicuo, el malvado”. Promesas llenas de esperanza que nos hablan de un mundo mucho más justo, más humano, un mundo que sólo puede ser construido con la llegada del Niño Salvador. Esta santificación del mundo será por la acción del Dios hecho hombre, por eso, en esa línea, el salmo responsorial de este día nos invita a cantar: “El Señor es mi luz y mi salvación, Él es la defensa de mi vida ¿quién me hará temblar?, a ¿quién puedo temer si estoy con Dios? Una sola cosa pido al Señor, habitar en su casa, en su templo por los días de mi vida. Gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo”. Y el salmista dirá: “A quien ora y a quien busca el rostro de Dios, espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor”.
Pero no es gratuito que digamos “El Señor es mi luz y mi salvación”, porque descubriremos en el evangelio de hoy leído en clave de Adviento, en la curación de dos ciegos que encontraron luz y salvación para sus vidas, y de la curación de estos dos ciegos que claman a Jesús con pasión, saquemos tres enseñanzas para nuestra vida.
La primera, la gran llave que abre la puerta del corazón de Dios, es simplemente clamar la compasión divina, la ternura de Dios, la misericordia de su corazón. Hoy di con toda la fuerza de tu alma: ¡Jesús, hijo del rey David, o descendiente del rey David, ten compasión de nosotros!, como lo dijeron los dos ciegos que buscaban ante su fragilidad, ante su enfermedad, ante su dolor, ante su mal, el del pecado personal y ante la muerte misma, reconocían en su debilidad, que sólo pueden clamar y pedir la compasión, la misericordia de Dios.
Hoy nuestro mundo, lleno de tanta ceguera, tanta terquedad u obstinación, ser tan testarudos en medio de tanta oscuridad para distinguir el bien del mal, la luz de la oscuridad, la verdad de la mentira; hoy tendremos que clamar al Señor que nos dé luz interior, porque como dice un viejo adagio de la sabiduría popular: “La verdad tiene muchos opositores y la mentira tiene muchos seguidores”, muy a propósito de una sociedad que está al revés en sus valores y a lo bueno del evangelio, del cristianismo lo llama mal y al mal del mundo lo llama bien, luz y la gran cosa.
Pero en una segunda enseñanza descubramos la proximidad de Jesús al hombre. Nos dice el evangelio que al llegar a la casa se le acercan los ciegos y en una acción impensable, Jesús les toca los ojos y les dice en su Palabra llena de poder ¿creen que puedo curarlos? Es la cercanía de Jesús, es la cercanía en esta próxima Navidad o como decían los llamados padres de la Iglesia en el cristianismo naciente: “Jesús se acerca al hombre, para que el hombre se acerque a Dios, Jesús se aproxima al hombre, para que el hombre se aproxime a Dios”. En la imagen de un recién nacido que podemos tocar y palpar, consentir y llevar a nuestro regazo por la fe, sentimos la cercanía humana, tierna en la fragilidad de ese recién nacido, sentimos la cercanía de Dios a nuestra vida.
Pero en una tercera enseñanza y final, reconocemos el poder de la fe que fue capaz de curar a estos dos ciegos y que le llevó a Jesús a decirles a ellos: “Que les suceda, que les ocurra, que se sanen conforme a su fe”. Y nos dice el evangelista: “Que justo en ese momento se les abrieron los ojos”.
Hoy te pregunto ¿tu fe es grande para que tengas luz en tu corazón, para que se abran tus ojos?, ¿tu fe es grande para ver no lo superficial de las personas, sino lo profundo de su corazón y distinguir quién te habla con verdad o con mentira?, ¿quién te quiere con sinceridad o sólo por un interés económico, físico o de oportunidad? O ¿tienes la fe suficiente para ver en lo profundo de tu vida qué has alcanzado como proyectos ciertos, qué has hecho de bien a las almas, en qué has construido una familia, un mundo mejor para los tuyos? ¿Hoy tienes la fe suficiente para descubrir también el mal y el dolor que has causado a otros y a arrepentirte de corazón antes de morir? Es que necesitamos tanta luz y hoy en la sociedad divertida, dispersa, en la sociedad depresiva, drogadicta (todas palabras con la letra d), hoy no somos capaces de reconocer la luz de la fe para descubrir en profundidad en qué hemos fallado en la vida y qué rumbo necesitamos tomar, qué correctivos hay que adoptar para hacer que nuestra vida sea más humana, más útil, más fecunda, con más fruto para los demás.
Señor, la ceguera no es sólo física, hoy hay una ceguera más dolorosa, quizás más sutil, más disimulada, más difícil de detectar, pero no por ello menos profunda, y es la ceguera del corazón. Que tanto ruido, tanta publicidad, tanto reguetón, tanta algarabía en nuestro mundo, no nos haga ciegos para conocer la única verdad que hace grande la vida, tu Señor, iluminando nuestra existencia.
Que el Señor te bendiga en abundancia, en tu salud, en tu trabajo, en tus seres queridos en este día, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Acercarse al Señor, Clamar a Dios, Compasión, Fe, Misericordia, San Mateo, Ver con la luz de la fe, Vivir de la mano de Dios, Biblia, Evangelio