¡Construye tu vida sobre Roca!

Abstract
REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Mateo 7, 21.24-27 Lecturas del día de hoy: Primera Lectura: Del libro de Isaías Isaías 26,1-6 Aquel día, se cantará este canto en el país de Judá: «Tenemos una ciudad fuerte, ha puesto para salvarla murallas y baluartes: Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad; su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti. Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua: doblegó a los habitantes de la altura y a la ciudad elevada; la humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó al polvo, y la pisan los pies, los pies del humilde, las pisadas de los pobres.» Palabra de Dios. Te alabamos Señor. Salmo del día de hoy: Salmo 118 Bendito el que viene en nombre del Señor. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres, Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los jefes. Bendito el que viene en nombre del Señor. Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Ésta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. Bendito el que viene en nombre del Señor. Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios, Él nos ilumina. Bendito el que viene en nombre del Señor. Evangelio del día de hoy; Del santo Evangelio según san Mateo 7, 21. 24-27 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: – «No todo el que me dice «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.» Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Con alegría inmensa hoy en la noche, en muchos países del mundo entero, tendremos lucernarios, vigilias de oración encendiendo las velitas en casa, a las afueras de nuestra casa, con nuestros vecinos y en muchas ciudades se han adoptado alumbrados públicos, como es el caso de nuestra ciudad Medellín, donde encendemos alumbrados para recordar un acontecimiento que se ha ido perdiendo en el tiempo y que dio origen a toda la celebración de las velitas en 7 de diciembre. Y es, la vigilia que el mundo entero, y especialmente en Roma, hicieron miles de creyentes católicos, un 7 de diciembre de 1854, hace 169 años, esperando el gran día 8 de diciembre, donde el Papa Pío Nono, declararía el dogma inmenso de María como Inmaculada en su Concepción, porque Ella no podía estar sometida a la mancha del pecado original, aquella que llevaba en su corazón y en su vientre al portador de la vida y de la suprema pureza. Esta costumbre bellísima, que hoy nos cuesta entender porque encendemos las velas o se encienden alumbrados públicos en las ciudades, tiene un origen netamente religioso y quizá nuestra cultura secular y pagana, va olvidando las raíces cristianas, de tantas bonitas liturgias, costumbres y prácticas religiosas, que aprendimos de generación en generación. Pero hablemos de las lecturas de hoy, en Isaías capítulo 26, meditemos brevemente la expresión, que lanza el profeta a propósito del Niño Salvador que llegará a nuestra vida y que él anuncia siglos atrás de su nacimiento y nos invita a la confianza diciendo: “Confíen siempre en el Señor, porque el Señor es la roca perpetua”. Que las pruebas de la vida, los reveses de nuestra historia, las dificultades de nuestra cotidianidad, no nos hagan tambalear, no nos hagan dudar del Señor y que por el contrario, nuestra confianza en Él que es nuestra roca, nos ayude a sortear todo tipo de dificultades en la existencia. Pero pasemos al evangelio de hoy, donde Jesús hace una advertencia diciendo: “Que no todo el que con mera palabrería me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos”. No se trata sólo de palabras vanas y repetitivas, sino que se exige la obediencia a la voluntad del Padre de los Cielos, el cumplimiento de las leyes de Dios, que hoy a muchos les parecen desactualizadas, en desuso, olvidando que la ley de Dios es eterna, es sabia, es universal y es perfecta. Y hoy que atendemos tanto las leyes sociales para evitar matoneos y bullying mediático, olvidamos que las leyes de los hombres son temporales, engañosas, pasajeras y nunca universales ni totalmente sabias. Cuánto nos tiene que enseñar la parábola evangélica, que hoy nos presenta Jesús cuando dice: “Que el que escucha sus palabras, el que escucha su evangelio, el que escucha la sabiduría del Reino de los cielos y la obedece, lo pone en práctica en su vida, es verdaderamente un hombre o una mujer prudentes, que a la manera en que se edifica una casa sobre roca y no sobre arena, por más que vengan tempestades, vientos huracanados, entiéndase sufrimientos, adversidades, enfermedades, derrotas, fracasos; la casa de la vida, la casa de la familia, la casa de tu vocación no se va a derrumbar y por el contrario, se va a sostener, porque fue edificada sobre la Roca que es Cristo Jesús”. En sentido contrario señalará la parábola evangélica de hoy: “Que el que escucha las palabras de Jesús, pero no las pone en práctica, ya no será el hombre sabio y prudente, sino el hombre o la mujer necios, torpes e insensatos, que edificaron su casa entiéndase edificaron su vida, su matrimonio, construyeron su familia, su vocación, su misión de vida, sobre arena, sobre valores del mundo: la vanidad, la apariencia, sobre el egoísmo, sobre la dominación de otros, la codicia, sobre la sensualidad, sobre el lujo, valores del mundo que no dejan de ser arena movediza. Y cuando vengan pruebas, sufrimientos, lluvias torrenciales, se desborden los ríos, soplen vientos huracanados, las casa, entiéndase tu matrimonio, tu familia, tu vocación, se derrumbará, se caerá hasta los cimientos con gran estrépito, con gran ruido y escándalo para todos”. Tú a veces, cuando ves a una persona y dices, pero ¡Dios mío!, el matrimonio de ellos era perfecto, ¿cómo se divorciaron?, ¡Dios mío!, pero este sacerdote o esta religiosa tenían una vocación tan firme, ¿cómo abandonaron su vocación para salir a casarse?, cuando tu dices ¡Dios mío!, esta persona que parecía tan firme en su fe, y ahora se alejó y hasta reniega de Dios, ¿qué le ha pasado? Muy en el fondo de su corazón, habían valores distintos de la propuesta de Jesús, cimentar nuestra vida en la Palabra de Dios, en las promesas de Dios, en el amor de Dios, en las bendiciones de Dios, en la sabiduría de Dios, y tal vez estas personas cimentaron su vida aunque no pareciera, en los valores del mundo, en pensar que todo en la vida es hacer dinero, todo en la vida es aparentar ante los demás, todo en la vida es vivir de frivolidad, de farándula, todo en la vida es ambicionar, atropellar, pasar por encima de los demás, y así su matrimonio, su familia se rompió, se cayó estrepitosamente. Hoy pedimos al Señor, prudencia, sensatez en nuestro corazón, meditar la Palabra de Dios, orar a Jesús Eucaristía con frecuencia, celebrar la Eucaristía de la manera más frecuente que podamos y allí alimentarnos de la vida divina, para que ante los vientos huracanados, las lluvias torrenciales, las pruebas de la vida, nuestra existencia, nuestros hogares, nuestro trabajo, nuestra vocación de vida, no se venga abajo, no se derrumbe. Que el Señor te bendiga abundantemente en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Amor, Obediencia, Palabra de Dios, Palabras vanas, Palabras repetitivas, Prudencia, Reino de los cielos, San Mateo, Señor, Voluntad del Padre, Biblia, Evangelio
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