¡Escucha, interpreta, acoge!

dc.contributor.authorFundación Amén Comunicaciones
dc.date.accessioned2024-11-27T16:10:00Z
dc.date.available2024-11-27T16:10:00Z
dc.date.issued2024-11-21
dc.descriptionTRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Según una antigua tradición, la Virgen María cuando era muy niña, fue presentada por sus padres, san Joaquín y santa Ana, en el templo de Jerusalén, para ser consagrada al Señor y para que junto con otro grupo de niñas infantes, fuera instruida cuidadosamente respecto a la religión y a la ley de Dios. Hoy las lecturas propias de esta memoria litúrgica, nos hablan precisamente de la alegría que expresa el profeta Zacarías en su primera lectura, hablándonos precisamente: “Grita de gozo, regocíjate, Hija de Sión, pues vengo a habitar en medio de ti. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos y serán pueblo mío; habitaré en medio de ti y comprenderás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti”. Es el grito del profeta que en el fondo reconoce la presencia de Dios que va a nacer de una doncella judía, María, presentada hoy en el templo, o por lo menos así celebrada litúrgicamente, y el Hijo de María traerá alegría, paz, salvación al mundo entero. Pero es también motivo de regocijo para la Madre, que en su sí al arcángel Gabriel ha dicho: “Acepta el plan de Dios en su vida”, y por eso nos unimos como asamblea litúrgica en el salmo responsorial diciendo: “El poderoso ha hecho obras grandes por mí, y su nombre es santo”. Hagamos oración precisamente de este texto precioso del capítulo primero del evangelista Lucas: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su sierva, desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos los despide vacíos”. Y termina este precioso cántico de María, (reseñado en san Lucas): “Auxilia Israel su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia por siempre”. María expresa en este bello cántico o himno de alabanza el júbilo y la alegría profunda de su corazón, porque aceptando la voluntad de Dios, acoge al bebé salvador, al Niño redentor en su vientre y lo entregará a la humanidad para que todos los pueblos se alegren con la vida nueva y la salvación que traerá este Niño. Pero muy a propósito de esta memoria litúrgica de la Presentación de María, nos permite entender por qué la Iglesia nos presenta el evangelio de san Mateo en el capítulo 12, cuando algunos espontáneos le dicen a Jesús rodeado de una multitud apretada de gente: “Que su Madre y sus familiares están afuera de donde Él se encuentra y quieren verlo”. Jesús da una respuesta que nos parece un poco desconcertante, pero que está llena de verdad y de sabiduría. En efecto, dirá Jesucristo ¿quién es mi Madre?, ¿quiénes son mis familiares, mis hermanos cercanos?, y señalando con la mano a los discípulos afirmará: “Estos son mi Madre, estos son mi familia, aquellos que cumplen la voluntad de mi Padre del Cielo, esos son mi hermano y mi hermana y mi Madre”. Con esta afirmación categórica y contundente, Jesús declara: “Que más importante que el vínculo de sangre que pueda tener con su Madre o con cualquier familiar, el gran vínculo en profundidad con Jesús se construye sobre la escucha de su Palabra y sobre todo, la obediencia a la misma”. ¿Hoy quieres dar gloria a Dios?, ¿hoy quieres agradarlo?, ¿hoy en agradecimiento quieres vivir como dándole gusto al Señor?, no encontrarás mejor manera que escuchando su Palabra y obedeciéndola. Hoy descubramos tres momentos centrales en esta respuesta de Jesús. El primero, aprendamos a escuchar la voz de Dios, pero para eso se necesita silenciamiento interior. Necesitamos escuchar la Palabra viva, la Palabra encarnada en la Persona divina de Jesús, pero tanto ruido exterior e interior, tanta dispersión y entretenimiento nos hace superficiales, como lo hemos dicho en otras oportunidades y por tanto, incapaces para reconocer la voz de Dios. Pero hay un segundo momento, y es que nos toca interpretar, discernir como María y entender qué es lo que Dios nos pide para nuestra vida, cuál es su voluntad sobre nosotros. Aprendamos a mirar los carismas, entiéndase los dones, las cualidades, los talentos que Dios nos ha dado a la vida, que no son simplemente de adorno, sino para ponerlos al servicio de los demás y en el cumplimiento de una misión personal y propia que Dios nos ha encargado. Leamos en nuestra historia, además de los carismas, en lo que se llama un poco una orientación espiritual, leamos en nuestra historia, Dios cómo nos ha ido conduciendo. Te repito, desde tus cualidades y carismas y desde las circunstancias particulares de tu historia, descubre qué es lo que el Señor pide para tu vida. Finalmente, además, uno, de escuchar, dos, de interpretar o discernir la Palabra de Dios, tres, como María, acojamos la Palabra de Dios, recibámosla en nuestro corazón, obedezcámosla con nuestras acciones. Esto sólo se puede dar por una gran apertura al Espíritu Santo, una docilidad interior a la acción de Dios. Como María que hoy es presentada en el templo por sus padres, uno, que escuchemos, dos, que interpretemos, tres, que acojamos y obedezcamos la Palabra de Dios, y sólo así seremos bienaventurados. Que el Señor te bendiga abundantemente en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
dc.description.abstractREFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Mateo 12, 46-50 Lectura del día de hoy Lectura de la profecía de Zacarías 2, 14-17 Grita de júbilo y alégrate, hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio de ti -oráculo del Señor-. Aquel día, muchas naciones se unirán al Señor: ellas serán un pueblo para él y habitarán en medio de ti. ¡Así sabrás que me ha enviado a ti el Señor de los ejércitos! El Señor tendrá a Judá como herencia, como su parte en la Tierra santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén. ¡Que callen todos los hombres delante del Señor, porque él surge de su santa Morada! Palabra de Dios. Te alabamos Señor Salmo del día de hoy: Salmo: Lc 1, 46-55 El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador. El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. Porque Él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡Su Nombre es santo! El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre. El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. Evangelio del día de hoy: Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 12, 46-50 Jesús estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con Él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte». Jesús le respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre». Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
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dc.subjectAcoger la palabra de Dios
dc.subjectAmor
dc.subjectDiscernir
dc.subjectInterpretar
dc.subjectObediencia
dc.subjectSan Mateo
dc.subjectSilenciamiento interior
dc.subjectVoluntad de Dios
dc.subjectBiblia
dc.subjectEvangelio
dc.title¡Escucha, interpreta, acoge!
dc.title.alternativeEscucha la voz de Dios
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