¡Feliz año 2024!

Abstract
REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Lucas 2, 16-21 En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
Description
TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES Con inmensa alegría recibimos la luz de un nuevo año 2024 y damos gracias a Dios, Señor del tiempo y de la historia, por el nuevo año de existencia que nos permite ver a todos. Hoy la liturgia de la Iglesia, a partir sobre todo del evangelio según san Lucas, nos muestra la imagen inmensa de Santa María, Madre de Dios. De hecho, la celebramos litúrgicamente como solemnidad, y de ahí que el evangelio de Lucas nos muestre a los pastores, corriendo hacia Belén y encontrando a María y a José, y al Niño Dios, al Niño Salvador, acostado en el pesebre. Luego cuentan todo lo que habían oído decir de aquel Niño, y todos se admiraban por lo que los pastores narraban. Nos dice el evangelista Lucas, que María como mujer prudente y sabia, conservaba todas estas palabras y las guardaba en su corazón. Es un evangelio muy apropiado para reconocer, el primero y gran dogma mariano en la historia de la Iglesia, “María no es solamente Madre del hombre Jesús, sino Madre de Dios”. A ella nos encomendamos en este nuevo año 2024, y pedimos su intercesión maternal, para que en medio de todas las circunstancias, bondadosas y difíciles, de bendición y también de dificultad, sepamos acogernos a la intercesión maternal, de la Santísima Virgen María. Pero en un segundo momento, la Iglesia, en este 1 de enero, medita y convoca al mundo entero a hacer una oración a la manera de una jornada mundial de intercesión y de plegaria, por la paz en el mundo; por la paz entre las naciones y cuánto la necesita la humanidad por estos tiempos, cuando el corazón está armado, cuando hay guerras entre naciones, cuando hay amenazas de conflagraciones mucho más globales. Pidamos al Señor, que con la Navidad de Jesús, su Hijo, venga la paz al mundo y se haga realidad ese anuncio del ángel: ¡Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres y mujeres que ama el Señor! Que desarmemos el corazón, que entendamos que la paz es sobre todo un fruto exquisito del Espíritu Santo, del Espíritu de Dios en nuestro corazón, que es una tarea diaria construir la paz, porque hay justicia en las relaciones humanas, porque hay respeto entre nosotros, porque hay solidaridad y empatía, esto es comprensión, ponernos en el lugar de los demás. Pidamos al Espíritu Santo: desarmar el corazón y no vernos como adversarios, enemigos, objetivos militares si se quiere, porque todos somos hijos del mismo Padre Dios y por tanto, hermanos entre nosotros. Pero además de celebrar litúrgicamente a María como Madre de Dios y además de la Jornada Mundial de Oración por la Paz, se nos invita en este primer día del año, a recibir una bendición especial, en la cual Aarón, según nos relata el libro de los Números, en el capítulo 6, bendecía a todos sus hijos y les decía: “El Señor los bendiga y los proteja, ilumine su rostro sobre ustedes y les conceda su favor, el Señor les muestre su rostro y les conceda la paz”. Y dice a renglón seguido el libro de los Números: “Así invocaremos el nombre del Señor, todos los hijos de Israel, y serán bendecidos”. Hoy nosotros que somos el nuevo Israel, (la Iglesia), sintamos que el Señor quiere bendecir nuestra vida, quiere acompañar nuestro camino en el nuevo año, nos quiere llenar de esperanza, de ilusión, mirar con alegría y sobre todo confiando en Dios, todo lo que acontezca en este año y en sus 366 días, que es un año bisiesto, porque febrero tendrá 29 días. Terminemos, con la bendición solemne, que la liturgia de este día aconseja para todos y hagamos extensiva esta bendición, a la familia, a los seres que amamos y a aquellas personas por las que pedimos oración, porque quizás están un poco alejadas de Dios. En esta bendición a todo respondamos Amén. Dios, fuente y origen de toda bendición, les conceda su gracia, les derrame la abundancia de su bendición y los guarde sanos y salvos durante todo este Año Nuevo 2024. Amén. Los mantenga íntegros en la fe, inconmovibles en la esperanza y perseverantes hasta el final con santa paciencia en la caridad. Amén. Disponga sus días y sus acciones en su paz, escuche sus oraciones aquí y en todas partes y los conduzca felizmente a la vida eterna. Amén. Y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos ustedes y permanezca a lo largo del nuevo año que hoy iniciamos. Amén. Amén. Amén. Para todos, bendecido año 2024, ¡la Virgen Santísima nos cuide y nos guíe a todos!
Keywords
Acompañar, Bendición, Camino, Espíritu Santo, Fruto, Intercesión maternal, María, Paz, Vida, Biblia, Evangelio
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