¿Hacia donde vamos?
Date
2024-11-17
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO
Marcos 13, 24-32
Lecturas del día de hoy
Primera Lectura: Dn 12, 1-3
En aquel tiempo, se levantará Miguel, el gran príncipe que defiende a tu pueblo.
Será aquél un tiempo de angustia, como no lo hubo desde el principio del mundo. Entonces se salvará tu pueblo; todos aquellos que están escritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo, despertarán: unos para la vida eterna, otros para el eterno castigo.
Los guías sabios brillarán como el esplendor del firmamento, y los que enseñan a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas por toda la eternidad.
Palabra del Señor. Te alabamos Señor
Salmo de hoy:
Salmo 15, 5 y 8. 9-10. 11
R. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia:
mi vida está en sus manos.
Tengo siempre presente al Señor
y con él a mi lado, jamás tropezaré.
R. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.
Por eso se me alegran el corazón y el alma
y mi cuerpo vivirá tranquilo,
porque tú no me abandonarás a la muerte
ni dejarás que sufra yo la corrupción.
R. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.
Enséñame el camino de la vida,
sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti. R.
R. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.
Segunda lectura de hoy: Heb 10, 11-14. 18
Hermanos: En la antigua alianza los sacerdotes ofrecían en el templo, diariamente y de pie, los mismos sacrificios, que no podían perdonar los pecados. Cristo, en cambio, ofreció un solo sacrificio por los pecados y se sentó para siempre a la derecha de Dios; no le queda sino aguardar a que sus enemigos sean puestos bajo sus pies. Así, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los que ha santificado. Porque una vez que los pecados han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos.
Palabra del Señor. Te alabamos Señor
Evangelio de hoy:
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 13, 24-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando lleguen aquellos días, después de la gran tribulación, la luz del sol se apagará, no brillará la luna, caerán del cielo las estrellas y el universo entero se conmoverá. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad. Y él enviará a sus ángeles a congregar a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales y desde lo más profundo de la tierra a lo más alto del cielo.
Entiendan esto con el ejemplo de la higuera. Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Así también, cuando vean ustedes que suceden estas cosas, sepan que el fin ya está cerca, ya está a la puerta. En verdad que no pasará esta generación sin que todo esto se cumpla. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse. Nadie conoce el día ni la hora. Ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre’’.
Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
Description
TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES
Las lecturas de este día nos presentan signos perturbadores de hacia dónde camina la humanidad, hacia dónde vamos como mundo. Tanto la primera lectura del profeta Daniel como el evangelio de hoy, nos anuncian un cataclismo del mundo; y es que reconocemos que toda la historia de la humanidad ha estado signada por la lucha entre el bien y el mal. El bien según nos dicen aquí las lecturas bíblicas: “Apoyados por las fuerzas celestiales y a la cabeza san Miguel arcángel” y los malos en la época de estos escritos bíblicos, “Estaban significados por el corrupto y malvado Antíoco IV, verdadero enemigo del pueblo de Dios, verdadero enemigo del bien”. Esto nos muestra que la persecución, aunque nos escandalice, es constitutiva de la vida del creyente, pero no nos debe desanimar la certeza de que más allá de incomprensiones y persecuciones, Dios siempre acompaña, Dios siempre está al lado del hombre justo.
Concluirá diciendo estos textos: “Que los que duermen en el polvo de la muerte despertarán, los justos para la vida eterna, inscritos en el llamado libro de la vida, y los injustos, los malvados, despertarán para la ignominia y el castigo eterno”.
Pero en concreto para nuestra vida ¿hoy en el siglo XXI qué enseñanzas puntuales podemos sacar?, hablemos de cuatro grandes sabidurías para nuestra vida.
La primera, hay un final del mundo eso no lo dudemos. La descripción de la inestabilidad del mundo, el sol, la luna, las estrellas, los astros que se verán sacudidos, nos habla de que el universo no es eterno y que, en algún momento de la historia del mundo, del cosmos y si se quiere de la humanidad, habrá un final. Hoy reconocemos que esta estabilidad está sacudida, por lo menos hay signos de ello: guerras crueles, hambrunas, cambio climático acelerado, nuevas pandemias, y no hablamos de virus, ni mucho menos, sino pandemias como la depresión, el suicidio o la ideación suicida; líderes políticos polarizados y polarizadores, erráticos en sus discursos que, en vez de unir las sociedades, las confrontan y las oponen. Recordemos esta realidad, que nuestro mundo con todo lo pomposo y solemne que nos parezca tiene final, igual que nosotros el final para la vida será el día de la muerte y de ella, de ella, de ese día nadie se escapa. Tanta vanidad, tanto meternos en el mundo y olvidamos que somos caducos como la hierba, efímeros como el pastizal, en la mañana somos frescos, en la tarde nos marchitamos y morimos.
Pero más allá de esa primera enseñanza, reconocer que hay un final en la vida humana, el día de nuestra muerte y un final del cosmos, hay una segunda enseñanza, vendrá el juicio de Dios para todos. En efecto nos señalan las lecturas de este día: “Que vendrá el Hijo del Hombre con poder y gloria”, (y este poder y majestad se significa cuando se habla que vendrá sobre las nubes del cielo). Nos dice: “Que enviará a los ángeles para reunir a los elegidos de los cuatro puntos cardinales y del extremo de la tierra, al extremo del cielo”. Hoy reconoce que ese momento definitivo lo vivimos y hoy te pregunto ¿si el Señor te llamara a su presencia en este día, te sientes preparada, preparado para presentarte ante Dios?, ¿sientes qué ha habido amor, fe, esperanza, actitudes de servicio, de humildad, decisiones sabias en tu vida?, ¿vida fraterna con los cercanos y vida de caridad y ayuda con los necesitados? Como dice bellamente el texto de Mateo 25: “Seremos juzgados en las obras de amor: tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estaba desnudo y me vestisteis, era forastero y me acogisteis, encarcelado y fuisteis a verme, igual que si estaba enfermo”. Estas obras de misericordia serán los parámetros a partir de los cuales seremos valorados, mirados en el juicio de Dios.
Pero en una tercera enseñanza, hay que aprender a reconocer, esto es, a interpretar, a discernir los tiempos de cambio que hoy vivimos. En efecto, el evangelista nos presenta: “Como las ramas tiernas de la higuera, anticipan la primavera”, (aunque realmente es el verano, porque en la Palestina se pasa muy rápidamente del invierno al verano, siendo la primavera muy corta). Hay que aprender a descubrir si en los signos de hoy, estamos cerca de una manifestación grande de Dios, de una intervención divina, de una etapa podría llamar de purificación para la humanidad. Es que, si aprendemos a leer la historia humana, no solamente en clave lineal e inmanente, sino en una clave más trascendente y de una manera sobrenatural, entenderemos que, a lo largo de distintos estadios o etapas de la historia del mundo, se han dado sucesivas acciones de la naturaleza que el hombre de fe interpreta como acciones de Dios que nos purifican. Para nadie es un secreto también que en la historia humana Dios puede hablar y que después de períodos de grandes sufrimientos, el ser humano emerge como un hombre permítanme la expresión más misericordioso, más humano, más compasivo.
Hoy en nuestra generación de egoístas, de indiferentes, de vivir para el placer efímero y material, quizás estamos preparándonos para vivir una etapa de purificación en la humanidad, tal vez por períodos de sufrimientos que no sabemos por dónde vendrán y nos llevarán a pasar de la inconsciencia de Dios, la falta de sentido divino, a una conciencia más clara de que Dios no solamente acompaña, sino que también guía y sostiene nuestra vida.
En una cuarta enseñanza y final, descubramos a partir del evangelio de hoy y de las lecturas en general que la liturgia de este día nos presenta: “Que estamos invitados a tener siempre vigilancia y esperanza”. Vigilancia porque no sabemos ni el día, ni la hora de la venida de Dios, sólo lo sabe el Padre de los cielos; vigilancia que nos impone vivir alejados del pecado y realizar obras de luz, obras de bien, obras de amor. Pero también estamos llamados a la esperanza, porque más allá de que pasarán el cielo y la tierra, entendemos que la acción de Dios, la Palabra de Dios, la vida de Dios, no pasará. Estamos llamados a tener esperanza, porque los hombres sabios y justos nos dirán bellamente las lecturas de este día: “Brillarán como el fulgor del firmamento y como las estrellas por toda la eternidad”. Una lectura muy diciente justo en el final de este año litúrgico, cuando nos faltan pocos días para finalizarlo, y una advertencia: ¿estamos tan preparados para un cambio político?, ¿nos preparamos para un futuro que no conocemos?, ¿nos preparamos para una nueva etapa en la vida con pensión de vejez o de jubilación?, ¿nos preparamos para irnos a vivir a otra ciudad u otro país? Pero ¿estás preparado para el momento más definitivo de tu vida, cuando el Señor te llame ante su presencia y cuando inicies la vida definitiva con Él o la pérdida de la vida eterna sin Él? Estamos advertidos, que sepamos vigilar e interpretar los signos de Dios en nuestros días.
Que el Señor te bendiga en abundancia en este domingo, y te bendigo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Keywords
Agradecimiento, Gratitud, Leer nuestra historia, Lo que espera Dios de ti, Lo que quiere Dios de ti, Mirar exteriormente, Mirar interiormente, San Lucas, Situaciones, Trascender, Biblia, Evangelio