¡Busquen el pan que da vida eterna!

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2023-04-24
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REFERENCIA BÍBLICA DEL EVANGELIO Juan 6, 22-29 Libro de los Hechos Apósteles 6, 8-15: En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Indujeron a unos que asegurasen: – «Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.» Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, agarraron a Esteban por sorpresa y lo condujeron al Sanedrín, presentando testigos falsos que decían: – «Este individuo no para de hablar contra el templo y la Ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá el templo y cambiará las tradiciones que recibimos de Moisés.» Todos los miembros del Sanedrín miraron a Esteban, y su rostro les pareció el de un ángel. Salmo del día de hoy Salmo 119/ 118,23-24.26-27.29-30: Aunque los nobles se sienten a murmurar de mí, tu siervo medita tus leyes; tus preceptos son mi delicia, tus decretos son mis consejeros. Te expliqué mi camino, y me escuchaste: enséñame tus leyes; instrúyeme en el camino de tus decretos, meditaré tus maravillas. Apártame del camino falso, y dame la gracia de tu voluntad; escogí el camino verdadero, deseé tus mandamientos. Evangelio del día de hoy Evangelio según san Juan 6, 22-29: Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago notó que allí no había habido más que una lancha y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos. Entretanto, unas lanchas de Tiberíades llegaron cerca del sitio, donde hablan comido el pan sobre el que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: – «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?» Jesús les contestó: – «Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios.» Ellos le preguntaron: – «Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?» Respondió Jesús: – «La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado.» Palabra del Señor, Gloria a ti Señor Jesús.
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TRANSLITERACIÓN REFLEXIÓN PADRE CARLOS YEPES La primera lectura tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles capítulo seis, nos muestra un gigante de la Iglesia primitiva, nada menos que al diácono san Esteban, quien a la postre será el primer mártir de la Iglesia, por confesar la fe en Jesús, de ahí su nombre Esteban Protomártir. Nos habla esta lectura que describe la Iglesia primitiva, que Esteban era un hombre lleno de gracia, de la vida de Dios y de poder, y que realizaba grandes prodigios y milagros en medio de su pueblo; pero no faltaba la mirada de aquellos, sobre todo de la institución judía, la sinagoga que no entendían el talante y el talento divino de Esteban, se ponían furiosos frente a su sabiduría, y no encontraban cómo hacerle frente, frente a sus palabras llenas de poder; por el contrario, le calumniaban diciendo, que Esteban, el diácono de Jerusalén, le habían oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios, y se encargaron de alborotar al pueblo, a los escribas, y a las autoridades religiosas de la ciudad, para que agarraran a Esteban y lo condujeran ante el consejo religioso máximo de la ciudad del Sanedrín, apoyados en falsos testigos que decían, este joven Esteban no para de hablar contra el lugar santo del templo, contra la ley de Moisés, y aún le hemos oído decir que ese Jesús Nazareno, destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que nos dio Moisés. En el Sanedrín, sin embargo, cuando Esteban es presentado, nos dirá Lucas autor del libro de los Hechos de los Apóstoles, que aunque todos tenían la mirada puesta en este joven, su rostro no les pareció el de un corrupto, blasfemo o calumniador de la ley, sino que tenía el rostro de un ángel. Todo este capítulo seis nos preparará, para que en días posteriores contemplemos con detalle lo que fue el martirio de este gigante Esteban, convencido de la vida nueva, que Jesús había comunicado en él. Pero ahora pasemos al Evangelio, en el famoso y célebre discurso del Pan de Vida que hemos venido leyendo y meditando por varios días, encontramos en este capítulo seis, tres enseñanzas para nuestra vida. La primera, Jesús reprende a aquellos no pocos, a los que les había saciado el hambre multiplicando pan y pescado, y les dirá con un poco de dolor: “En verdad, en verdad les digo, ustedes me buscan, no porque han visto signos, sino porque comieron pan hasta saciarse”. Hoy, tú y yo, en el siglo 21, preguntémonos cada uno de nosotros si buscamos a Jesús ¿Por qué le amamos?, ¿Por qué lo descubrimos como el centro, la luz, la inspiración, el motor y el Dios de nuestra vida?, ¿o sólo buscamos un Dios tapa huecos, un Dios bombero que apague los incendios y problemas de nuestra vida? ¿Buscas a Dios sólo para conseguir, por ejemplo, empleo, salud, bendición para tus hijos, fortuna económica, que te arregle tu matrimonio?, ¿buscas a Jesús cada día en oración, porque lo sientes el amor de los amores más íntimo que tu alma misma, aquel que te inspira, te ilumina y te mueve a amar y que le da sentido a tu vida? Respóndete esta pregunta y no caigas en lo que vivieron los habitantes de Jerusalén hace 2000 años y que fue motivo de reproche por Jesús: “No me buscan por amor a mí, sino porque han visto milagros y han comido pan hasta quedar satisfechos, saciados plenamente”. Pero en un segundo momento Jesús hace una invitación, trabajen y nos lo dirá 2000 años después, a cada uno de nosotros, no sólo por el alimento que perece, aquel que comes a las 12 del día y a las 4 de la tarde ya tienes hambre, trabaja por el alimento que perdura para la vida eterna y que sólo dará el Hijo del Hombre, pues a éste lo ha sellado el Padre Dios. Hoy te pregunto: crees en la palabra de Jesús cuando afirma, “no sólo de pan, no sólo de comida, no sólo de un carro lujoso, no sólo de una casa buena, no sólo de un viaje, no sólo de restaurantes vive el hombre”. ¿Sino que vivimos, nos alimentamos, nos inspiramos, nos nutrimos de toda palabra que sale de la boca de Dios? y del pan de la vida que sólo comemos en cada Eucaristía. Mira, es que si fuera sólo cuerpo está bien que vivas como los cerdos para comer, pero si somos más que un cerdo, si somos hombres y mujeres con alma espiritual, aliméntate de Jesús con su Palabra y aliméntate de Jesús con el pan de la Eucaristía, el pan que da la vida eterna. Cuando comulgas en cada misa, te Cristíficas, cuando comulgas en cada Misa te divinizas; cuando comulgas la comunión sacramental en cada Eucaristía, te fortaleces en Dios, te llenas de la paz de Dios, de la luz de Dios en Jesucristo, de la libertad que Cristo nos ha dado a cada uno de nosotros. Piénsalo, no vivas, no vivas solamente para este mundo y sus placeres totalmente pasajeros, que de momento llenan y luego dejan vacío el corazón; busca trascender en tu vida, descubre tu identidad más profunda que es la de un alma espiritual y no solamente una vida corporal y orgánica, y aliméntate del pan que da la vida en plenitud, la vida con Dios. Terminemos nuestra reflexión, cuando la multitud le pregunta a Jesús ¿qué tenemos que hacer para realizar lo que Dios quiere? y Jesús le responde a la multitud de la época, y hoy a nosotros: “La obra de Dios que quiere para tu vida es ésta, que tengas fe, que creas en el que el Padre ha enviado, que no es nadie distinto, sino la persona de Jesús”. La vida me ha enseñado que muchos dicen creer en Jesús, pero pocos le creen a Jesús, pocos obedecen sus mandatos, pocos tienen los sentimientos de compasión, misericordia, perdón y amor entregado que tuvo Jesús. Hoy descubre que la gran voluntad del Padre Dios, es que creas en su enviado Jesucristo y como decía el mismo Pablo, “que tengamos los mismos sentimientos de nobleza, de amor, de perdón, de solidaridad que tuvo Jesús para con todos, especialmente para con los más pequeños y necesitados”. Que el buen Dios te bendiga en abundancia en este día, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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Alimento que perdura, Creer en el enviado, Jesucristo, Jesús centro de la vida, Padre Dios, Vida eterna, Voluntad de Dios, Biblia, Evangelio
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